Capitulo 12

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Kendrick.

Han pasado años desde la última vez que vivía sin preocupaciones, en aquel sucio lugar donde niños como yo, eran abandonados. La vida era aburrida y monótona, y la forma en que las mujeres querían que las trataremos como nuestras verdaderas madres, era totalmente desagradable. Todo cambió cuando llegó un niño completamente destruido, tanto emocional como psicológicamente. Una gran cicatriz vivía dentro de él, una de la que posiblemente nunca logre superar.

Fue aislado por los demás niños, y las enfermeras se rindieron al intentar entablar una conversación con él; el silencio era lo único que obtenían.

Aquel niño había llamado mi atención, nunca había visto a un ser tan destruido por el mundo, por lo que decidí quedarme a su lado y observar; quería ver si era capaz de darle lo que le fue arrebatado. Los años pasaban, y todos ellos lo habíamos pasado juntos. La gente me veía con lástima, por acercarme a un chico roto, pero yo sabía que él era consciente de mi existencia, sabía que me había vuelto parte de su vida, como él de la mía.

Cuando los Oyanadel nos adoptaron, pensé que todo sería mejor; Marcus era como un verdadero hermano para nosotros, pero Frederic, ese hombre, nos arrebató todo.

Había estado viviendo en esta ciudad, lejos de mi hogar, para lograr mi plan. Nunca esperé que alguien sería capaz de arruinarlo todo, entrando en mi vida sin previo aviso; Tyler, la primera vez que lo ví, no le había prestado tanta atención. Cuando volvió a presentarse en mi casa, con una tarta en mano, fue que comencé a ser más consciente de ese chico.

Él hecho de que él hubiera presenciado la escena en el callejón, se volvió un dolor de cabeza para mí. La opción más clara que debería haber tomado, era eliminarlo, pero no se porque decidí asustarlo en su lugar; el miedo podía ser una de las mejores armas, después de todo.

Pensé que todo volvería a la normalidad desde ese día, pero ese chico cada vez más estaba entrando en mi vida, volviendo más consciente de su existencia. Tanto, que me era difícil de comprender el porqué no lo alejaba.

- Tyler, ¿te encuentras bien?- el chico que confundía mis emociones y pensamientos se encontraba frente a mí. Parecía haber corrido todo el camino hasta aquí; sudaba de pies a cabeza.

Parecía tratarse de algo serio, por lo que lo hice pasar y le ofrecí un vaso de agua, el cual se terminó de un solo sorbo.

- ¿Vas a decirme qué ha pasado?

- ...Kenneth- fue leve, pero estaba seguro de lo que escuché- Kenneth Reed es tu varadero nombre, ¿no?

No esperaba escuchar ese nombre, menos de la boca de Tyler.

- Ken... ¿Estás relacionado con los recientes asesinatos?

Una situación en la que nunca esperaba encontrarme, esto podría ser un detonante que destruyera todo por lo que he estado trabajando estos últimos años. La mejor opción seria eliminar este factor, pero no era capaz de ello, no, no es que no fuera capaz.

No deseaba hacerlo.

- Ken- sus manos se apoyaron en las mías, un sentimiento cálido me invadía, nunca me sentí así antes- ¿Puedes responderme?

¿Desde cuándo empecé a estar acostumbrado a su presencia a mi lado? Sabía de que si decía las palabras que querían salir de mi boca, nada podría ser como antes. Sí lo peor que sucede es que se aleje de mi lado, no tendré más opción que...

- Si- decidí arriesgarme. Dependiendo de cómo actúe al escuchar mi respuesta, decidiré qué hacer con él.

- No diré nada, no diré nada de lo que me has dicho. No tienes que preocuparte Ken, puedes confiar en mí- sorprendido lo mire a los ojos. Hablaba en serio, no había ni una sola pizca de mentira en su mirada.

Un sentimiento cálido comenzó a invadir mi cuerpo, mi mano rozó suavemente la mejilla del chico que ocasiona todo esto.

Decidí confiar en él, por lo que debo afrontar lo que esta decisión traiga hacia el plan que he estado trabajando. No podía arriesgar la vida de Miles por mi decisión, haré todo lo posible para terminar lo que empecé.

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Claude.

Todo era un completo desastre, la policía ni siquiera tenía una lista de sospechosos o testigos cuando llegué. A este paso, el pánico será inevitable, no podíamos más detener a los medios de propagar la información al público. Las quejas de los ciudadanos comenzarán a acumularse y el prestigio de la policía estará por los suelos.

El hecho de que no sospechen de nadie es un problema enorme, esta situación era deplorable.

- Ugh- un chico chocó contra mí durante el camino. Lucía extrañamente familiar.

- ¡Tyler!- una chica llegó después, cansada. Parecía haberlo estado siguiendo- Maldita sea, ese chico...

Se trataba de nada más y nada menos que Ann, la hija del oficial Peterson.

- Vaya, no esperaba encontrarte por aquí, Ann- observe que cargaba con ella unos documentos, por lo que se los arrebaté y comencé a leerlos rápidamente. No podía dejar pasar ningún tipo de información en esta línea de trabajo.

Para cuando se percató de la ausencia de los documentos en sus manos, ya había leído lo justo y necesario.

- Kenneth Reed y Miles Kellog, ya veo- Ann pareció sorprendida- Lo que más me sorprendió al llegar a esta ciudad, fue la poca eficiencia de la policía; sin poseer ningún tipo de información que ayudará en el progreso del caso. Pero lo que menos esperaba, era que la hija de un simple oficial de policía fuera quien poseyera tal información.

Su rostro revelaba su frustración. Le devolví los documentos, ya que ya recordaba la mayoría de lo que ví. En su lugar, saque un pequeño cuaderno de mi bolsillo. Ella, al verlo, palideció.

- Encontré esto mientras exploraba la casa, buscando algo que me ayudara con el caso, debo decir que fue de mucha ayuda- balancee el pequeño cuaderno frente a ella, esperando su reacción.

- ¿No cree que es irrespetuoso revisar la habitación de una chica y robar su diario?- arrebató el cuaderno de mis brazos, guardándolo apresuradamente en su bolsillo.

- Es parte de mi oficio- respondí- No debes preocuparte, no voy a interrogarte sobre lo que sabes de los dos chicos de las fotos, eso fácilmente puedo descubrirlo yo. Lo que sí me causa curiosidad, y fue lo que más me llamó la atención de tu pequeño diario, fue el hecho de que sospecharas de tu propio amigo, ¿porque?

Su expresión se oscureció, mientras que sus puños se cerraban fuertemente, dejando pálida sus manos. No me respondió, en su lugar, se dio media vuelta y se fue.

Al perderla de vista, saque mi celular. Tyler, el chico que acababa de pasar corriendo, debe estar involucrado de alguna forma u otra.

- Oh, ¿Natalia? Necesito que busques algo por mí. Si, quiero que me envíes toda la información que encuentres sobre Kenneth Reed, Miles Kellog y Tyler Black.

Voy a obtener respuestas.

Mi Vecino de al Lado [BL] (Por Corregir Y Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora