You are my redemption. [Klaroline]

CAPITULO II

-         Lo soy. –Enzo respondió. Y, Dios, nunca iba a borrar esa sonrisa de suficiencia de sus labios? De nuevo quise golpearlo. Mi cabeza buscaba una respuesta antes de escuchar la explicación que se avecinaba. Lo había enviado Klaus? –pensé débilmente.  Luego sentí un nudo en la garganta y lo observé con detenimiento. Claro… Las cosas siguen encajando… La pinta de chico malo, lo guapo que era –Sí, debía aceptarlo- y ese acento… -suspiré de nuevo.

-         ¿Otro odioso original? ¿La historia no era suficiente con los cinco hermanos desquiciados? ¿De dónde carajo salen tantos? – escupí las palabras.

Enzo negó, y fue Damon quien respondió en su lugar.

-         Esas son muchas preguntas, Caroline. Hmmm… veamos –Se paseó por el living, creo que dio una, dos… tres vueltas, no estoy segura. – Uno, Enzo efectivamente es un original, no se le puede matar con nada, yo ya lo intenté en el pasado –Rió.- dos, él no es hermano del híbrido sanguinario ni de la rubia loca enamoradiza, tres… -Miró a Enzo detenidamente, e hizo una mueca- Yo tampoco sé de donde salen tantos de ellos.

-         Oh gracias Damon, ¡nos has sacado de la duda! –Ese fue Stefan, que estaba tan desconcertado como yo y sediento en busca de respuestas.

Damon solo sonrío en respuesta y murmuró un bajo “Cuando quieran…” y entonces Enzo volvió a hablar.

-         En realidad, ellos son mis primos… Pero no he venido a contarles acerca de mi “gran historia familiar”, he venido a buscarte a ti, risitos. –Sus ojos se posaron en mi de nuevo. Esta vez estaba serio, no sonreía. Me estremecí.

Inhalé hondo.

-         Primero que nada… Hola!  Me presento, soy Caroline Forbes! –exhalé. –Así que espero que de este momento en adelante me llames por mi nombre y dejes los apodos.

Stefan rió y se puso a mi lado.

-         Lo que quieras con ella, tendrás que decirlo frente a todos. Ya hemos lideado con tu gente, y créeme, no nos fiamos de ningún original.

Mordí mi labio inferior. Stefan hablaba por él y por los demás, ambos sabíamos que eso no aplicaba en mí. Yo había confiado en Klaus por más de una ocasión. Y la última había sido hace un par de meses, cuando yo le prometí sincerarme con él acerca de mis sentimientos a cambio de que el prometiera nunca regresar a Mystic Falls.

-         ¿Ah sí? Me llegaron rumores de que no todos piensan como tú, Stefan Salvatore. - Enzo se volvió para mirarme y me sonrió, fue como si pudiese haber leído mis pensamientos. Apreté la mandíbula e intenté dejar mi mente en blanco. Por si las dudas…

-         Además… este asunto solo le concierne a ella. –Añadió de forma tajante y le dio el último sorbo a su bebida.

Entrecerré los ojos. ¿Por qué estaba tan interesado en mí? ¿Había hecho yo algo malo? Me sentía curiosa y nerviosa, y sin embargo, no había ni una pizca de temor.