El legado de los Olímpicos

Capítulo 16: Los tres grandes del Olimpo vs los tres grandes de Othrys

Thalia (POV)

Me estrellé contra un árbol con suficiente fuerza para matar a una persona normal. Afortunadamente no lo estaba. Me levanté maldiciendo en griego antiguo y comencé a mirar a mi alrededor para ver dónde estaba. Estaba en un bosque que Hades sabe en qué lugar quedaba, necesitaba encontrar a los otros, pero primero necesito ver cuánto daño me había hecho a mí misma. Suspiré aliviado para ver que no era mucho, mi armadura estaba abollada y rasgada en algunos lugares, pero también eran visible,  los cortes y moretones que tenía. Entonces cerré los ojos y empecé a inhalar y exhalar profundamente para concentrarme en el daño que tengo, mientras hacía esto no pude evitar recordar los últimos cinco años.

Cómo Kronos emergió completamente formado del cuerpo de Luke sólo para ser herido de muerte por Percy, nos dio algo de tiempo para reunir lo que quedaba de nuestras fuerzas y reagruparnos para luchar otro día. También recuerdo a los dioses urgidos y convirtiendo a los consejeros del campamento como generales, razón por la cual Zoë fue devuelta a la vida por Hades como un favor de Artemisa, ya que me perdió como teniente, no sólo porque estaba representando a mi padre, sino porque me enamoré de Nico y rompí mis votos.

Recuerdo haber luchado en asedios y redadas contra las fuerzas de semidioses de los Titanes llamadas los caídos  y las fuerzas monstruosas de los Titanes, mientras que era tedioso y peligroso, por no saber cuándo iba a caer en la batalla o uno de mis amigos, pero fue divertido, disfruté todo lo que no me arrepiento en absoluto. Abrí los ojos y vi que mis armaduras, ropas y heridas estaban arregladas, entonces llamé a mi lanza y mi escudo para ver con satisfacción que no estaban dañados

Pero antes de que pudiera reunir mis pensamientos sobre lo que iba a hacer, un enorme destello de luz apareció a mi derecha casi cegándome y una vez que desapareció para revelar a Hiperión el Titán de la luz. Miró a su alrededor y me vio y su boca convirtiéndose en una mueca de desprecio.

"Así que aún estás vivo, mocosa, sabía que el plan de mi hermano no iba a funcionar, así que me alegra que pueda acabar contigo personalmente." Se mofó de nuevo. Levantó la mano y en un instante apareció su hacha y su escudo. Levanté mi lanza a nivel medio y levanté la égida en mi frente, sabiendo que esta iba a ser nuestra última batalla.

"Terminemos con esto". Gruñí. Con un grito de enojo me atacó como un toro enojado. En el momento en que llegó, le mostré mi escudo y se estremeció, dándome la oportunidad de apuñalarlo con mi lanza donde está su caja torácica, su grito de dolor fue la recompensa de mi ataque, pero no me detuve ahí. Cree un rayo en mi lanza para calentarlo  por dentro y por fuera, y funcionó hasta que empezó a brillar y me hizo estallar con la luz que me golpeó contra una roca.

"¡Niña tonta, soy el Titán de la luz!", exclamó, "¡Puedo negar fácilmente la mayoría de tus relámpagos, niña imbecil!" Juro que los Titanes tienen un gran ego, pero eso no iba a afectarme.

"He vencido a enemigos más grandes que tú y voy a hacer lo mismo contigo ahora." Y así de fácil, cargue contra Hyperion. Lanza contra hacha y chocamos con chispas que salían de nuestras armas y ninguno de los dos cedió ni un centímetro. Mientras estaba distraído con mi lanza levanté a Aegis hacia él, trató de retroceder, pero yo no me detuve y le di un escudazo con Aegis en la cara. Se cayó de espaldas y empecé a golpearle con mi lanza y cada vez que intentaba levantarse o cegarme con su luz, le mostraba mi escudo.

Esta rutina estaba funcionando hasta que trató de estrangularme y parecía que ahora tenía la ventaja, pero estaba equivocado. Cerré los ojos y sentí que me temblaba la columna vertebral y desaté un rayo furioso hacia Hyperion. Por un momento, nada más que el movimiento ocasional de una extremidad mostró el Titán, pero después de lo que hize lo que quedó de él fue un cuerpo carbonizado, sabiendo que pasaría un tiempo antes de que pudiera regenerarse por completo. Y así levanté mi lanza y grité un grito que sonó como el de una águila