♡-; Capítulo: 13

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- No puedo creer que me pidas eso, no seré tu cómplice. - Yeri está súper furiosa.

- Yeri... por favor... - Rogué mientras lloraba.

Le conté todo, la planeación de la misión, el nuevo recluta de ello, mi cambio de imagen, el apartamento que me pertenece, mi presencia en la mafia, en fin le conté todo. ¿Y qué me gané? Insulto tras insulto, golpe tras golpe.

Mi cuerpo dolía como un infierno pero allí estaba yo, rogando para que no diga nada y le vayan hacer daño a Joy y a Irene...

- ¡Está bien, no diré nada! ¡Pero como se te ocurra hacer alguna idiotez yo misma me encargaré de matarte! - me miró con lágrimas derramándose por sus mejillas. - No creí que una persona como tú podría ser... una persona que solo busca ser el ejemplo del ejército Sur Coreano.

- Te prometo que no haré nada malo, te dejo mi vida en tus manos.  - respondí mientras me acercaba a ella y la abrazaba.

- Dios... perdóname por haberte golpeado, Seung-Wan. Pero estaba enojada y suelo ser agresiva...

- No te preocupes, estoy bien. - mentí.

Con suerte no tenía golpes en mi rostro, pero... de mi abdomen para abajo si que tenía unos golpes horribles.

- Creo que deberías ir a tu apartamento, vuelve más tarde. Debo ir a trabajar.

- De acuerdo, gracias Yeri.

- De nada, Seung-Wan.

Nos despedimos fuera del apartamento de Irene y cada una tomó su camino.

...

- ¿Qué te pasó? - preguntó Joy con preocupación.

- Te contaré luego. - respondí mientras me encerraba en mi habitación.

Tomé un pote de pastillas -sin mirar -  que habían encima del escritorio y me tomé dos de su contenido. Bebí un poco de agua y me adentré al baño. 
Me quité toda la ropa y la lancé al cesto de ropa sucia. Entré a la bañera donde segundos antes le había echado el jabón líquido con olor a manzana con canela.

El agua llegó al nivel de mi cuello cerré los ojos al sentir como las burbujas me daban una cálida bienvenida. Dejé que el cansancio me consumiera poco a poco, sentía una tranquilidad inmensa como si estuviese en un campo con flores aromáticas y un sol agradable.

A lo lejos escuché unos gritos provenir  del baño en el que  me encontraba, sentía una manos tomarme y sacarme de la bañera.

...

- ¡Ya está despertando! - escuché a alguien gritar.

- ¡Doctor Jang, la paciente está reaccionando! - escuché un segundo grito.

Abrí mis ojos adaptándome a la luz que me daba  al rostro, me tapé los ojos con mi antebrazo izquierdo.

- Señorita Son, ¿Está bien? - preguntó el doctor Jang.

- Si lo estoy... - respondí mientras quitaba mi antebrazo de mis ojos.

- ¿Sabe que pudo haber muerto por intoxicación?

- No...

- Tiene una suerte que sus amigas la hayan traído a tiempo, pudimos hacerle un lavado de estómago. La mantendremos en observación hasta que veamos que está apta para salir de aquí, con su permiso. - hizo una leve reverencia y se fué junto a la enfermera.

Cinco minutos después Joy y Irene entraron a la habitación. La primera se me abalanzó encima llorando.

- Eres una estúpida, ¿Cómo rayos se te ocurrió tomarte aquellas pastillas? Tuve miedo de perderte, idiota. - Chilló Joy mirándome y tomando mis mejillas.

- Tranquila, ya ella está mejor. - la consoló Irene.

- Tienes razón. - Joy se alejó de mí y limpió sus lágrimas. En ese momento pareció  recordar algo  gracias  a  la expresión que tuvo. - Ahora debo irme, ¡dejé la cacerola encendida! -  salió corriendo de la habitación.

- ¿Te encuentras mejor? - preguntó Irene mientras se sentaba en un espacio de la camilla.

- Lo estoy, aunque no sé cómo pude haber tomado unas estúpidas pastillas equivocada. - confesé haciendo una mueca.

- Cuando vi que  esa chica te llevaba en brazos en el ascensor tuve miedo de que fueras morir, por lo que me negué a trabajar y decidí venir al hospital con ella.

Me quedé en silencio por lo que acaba de decir, ella lo notó sonriendo cálidamente. Acercó una de sus manos a mi mejilla comenzando a acariciarla con ternura. Sonreí tímidamente sintiendo como mis mejillas se coloreaban de rosa.

- Te quiero mucho, mejor amiga.

Y ahí mi sonrisa se fue a la mierda.

𝐀𝐫𝐦𝐲-; 𝐰𝐞𝐧𝐫𝐞𝐧𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora