Tengo una habitación con vistas a la misma habitación. Cada vez que la desordeno encuentro algo. Todas las cosas que aparecen siempre habían estado allí. ¿Cuántos años de mala suerte trae un espejo que ya estaba roto cuando llegué? Cada vez que la desordeno tiro todo lo que creo no saber poner en su lugar. Cuando quiero guardar algo y no encuentro espacio duermo todas las horas que hagan falta para estirarme lo suficiente por la mañana, pero nunca es suficiente. Estoy llena y los mortales presumen de vacío. Estaba escribiendo 'saturación existencial' en un cuaderno cuando dejó de sonar el teléfono. Siempre cojo los números ocultos porque nada me parece más inteligente que esconder una cifra, aunque sé que eres tú. El silencio es tan absoluto... ¿Quién si no iba a aprender a imitar mi respiración? Riego el jardín de los idiotas que murieron por creer que la opción correcta era contenerla. Te he dicho que sí tantas veces... ¿Sí? ¿Sí? ¿Sí..? Al tercero siempre me cuelgas. Por eso también he tirado todas las banquetas. No quiero morir observada, pero nunca se rompe del todo el espejo. Allí, un montón de yos apuñalan a la enferma confundiendo a esta con la enfermedad; mientras la enferma, cada vez más pequeña desaparece y; un montón de yos se apuñalan.
Por la ventana de mi habitación veo mi habitación. Los mismos cuadros para evitar el círculo, los mismos libros. Sólo quise leer cien años que no fuesen de soledad. El poema número veinte se escribió mucho después que los versos más tristes y eso que todavía están por escribir. Alguien está haciendo una canción feliz desesperada, los muertos están donde tengo que estar y si es orden no puede ser correcto.
Soy un 60% hielo, el resto de mi cuerpo: un barco.
Alejandra, la jaula siempre fue un pájaro que enterraste vivo.
Yo me quedaré con el miedo.