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Forcejeaba sus manos y tobillos con toda su fuerza aunque lo único que conseguía era dolor en sus muñecas, sus sollozos eran ahogados en la cinta gris que cubría su boca, su desesperación aumento cuando escucho pasos cercas, mil veces hubiera preferido morir en aquel callejón que a ser torturado hasta morir de dolor.

La puerta fue abierta dejando ver a un hombre con un uniforme de trabajo y un cubre bocas negro, observo al chico que se encontraba amarrado en el suelo con sus pantalones negros escolares al igual que sus zapatos sucios por el lodo y su suéter gris con el logotipo del instituto.

Se agacho para mirarlo este mantenía la cabeza abajo mojando su suéter ante el llanto, le tomo del mentón y levanto su rostro, sus mejillas rosadas, sus lagrimas rodando por sus cachetes y esa inocencia que tenia en sus ojos era lo que mas le encantaba a Jimin, el rostro tan tierno que poseía.

- ¿Aun no me reconoces pequeño? - su voz salio tan suave que incluso el pelicastaño había dejado de llorar para negar con su cabeza temeroso.

El rubio se deshizo del cubre bocas sonriendo angelicalmente, asiendo que el menor se quedara atónito. El mayor se deshizo de la cinta suavemente y para su bien este no grito.

- Te vez aun mas lindo de cerca..Min Yoongi- le susurro y este se sonrojo retrocediendo chocando su espalda a la pared y el rubio sonrió acercándose a su oído - No tienes que fingir conmigo cariño, si eh visto mas de una ves como te tocas mirando cosas prohibidas - una risa maliciosa salio de sus gruesos labios mientras el pálido se sintió humillado al ser descubierto.

Sus manos y pies fueron liberados mas se quedo quieto esperando ver la trampa aunque no hubo ni había ninguna.

- ¿Que esperas? debes conocer nuestra casa - el chico se paro lentamente y fue hasta el temblando.


NUESTRA CASA .

"Estocolmo" JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora