Capitulo 4

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Aquella pista nos podría sacar de ese lugar, pero teníamos que esperar un tiempo para pensar como hacerlo.
Necesitábamos algo afilado y pequeño, como una horquilla.
Pero el problema es que nosotras no teníamos eso.

Nos quedamos pensativas durante un rato hasta que a Zaira se le ocurrió algo.

Dijo que con la cuchara/tenedor de plastico que nos dieran para comer, la podríamos afilar en la pared, sin que nuestro abuelo se enterara. Y después abrir el candado con eso.

No me parecía una mala idea, solo un poco imposible, porque el plástico se rompería.

Pero lo que más me alucinada en este momento esque parecía una película, pero la nuestra no acabaría tan bien, o eso creo yo.

Teníamos poco tiempo, ya que mi abuelo no tenía muy buen aspecto. Parecía estar enfermo o bastante mayor.

Yo le hechaba unos 80 años, y Zaira 84.

Pero eso no importaba, lo que si importaba de verdad, era conseguir salir de ahí.

Estuvimos platicando de ello.

Y no encontramos más soluciones que la que había dicho Zaira.
No teníamos nada, entonces era un poco difícil abrir esa oxidada puerta de hierro.

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