My Little Mermaid Diane X King

deseos

hola chicos, espero que estén bien y disfruten del primer capitulo de este mini fic, el cual apenas tenga el segundo se los traeré inmediatamente <3 

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siempre había leído que las sirenas eran parte de un vasto cuento de hadas, eran chicas mitad pez y mitad humano quienes causaban grandes estragos a los antiguos navegantes, yo quien soy un humano normal el que recién entraba a ser adulto joven, sentía mucha curiosidad por aquellos seres mitológicos, daria mi vida por encontrarme con un hada, gnomo, duende, elfo o una sirena, aunque ese fuera el fin de mi vida, al menos moriría feliz por ver algunos de los seres que tanto he anhelado.

si bien soy bastante perezoso me vi obligado a buscar un empleo, todo los días al amanecer debía levantarme y dirigirme al bote para ir a recolectar el oro verde como le llaman a las alga nori por estos lados, aún mantenía la esperanza que en alguna de nuestras recolecciones submarinas pudiera ver una hermosa sirena, en los paseos nocturnos toparme con un hada en lo profundo del bosque o algún gnomo entre las raíces de los árboles, lo se es algo bastante ridículo, después de todo soy categorizado como "adulto joven"así que solía escuchar que debía buscarme una hermosa novia y formar una familia junto a ella, esta bien, es lo esperado por la sociedad, pero ninguna chica era lo suficientemente linda, no lograban que mi corazón latiera con el fulgor que esperaba, por ello esperaría a la doncella indicada para entregar hasta el más mínimo centímetro de mi ser.

vivo en una playa bastante alejada de las grandes ciudades, en un lugar casi olvidado por las diosas, a pesar de todo aquella alga nos daba algo de fama ya que somos los pocos que podemos exportarla, de igual modo somos pocos los residentes de este lugar, mi hermana es mi único acompañante aunque a veces es como si no hubiera nadie en casa, se encerraba en su habitación dado que el abandono de nuestra madre la afectó de una manera considerable, por ello era el encargado de ir por helado de chocolate y fresa cada vez que ella lo requería, debía caminar al menos 1 km para poder encontrar dicho postre, el calor del verano permanecía aun de noche, pero para mi suerte siempre que salía corría una suave y fría brisa la cual hacía más ameno mi camino como si este fuera provocada por algún ser mágico.

cada vez que el dependiente me veía entrar a su tienda sacaba inmediatamente el postre que requería, el conocía la historia de mi familia, ambos hermanos producto de una familia desastrosa, un padre que abandonó a sus hijos y esposa para irse a la gran ciudad y una madre la cual se enamoró y nunca más se supo de ella, a pesar de que nos miraban con lastima tambien eramos un gran ejemplo a seguir, después de todo era el encargado de sacar adelante y no sumergirnos en esta desastrosa situación.

ya estaba acostumbrado, caminaba un largo camino de regreso, pasaba por el viejo puente de madera, atravesaba una pequeña parte del bosque que estaba en las cercanías, recorría unos cuantos metros por el borde costero para luego llegar a casa, el cual estaba en el centro del pueblo, con una agradable vista al mar, la noche tan negra era iluminada por la luna la cual se reflejaba en el océano y sus estrellas quienes le hacían compañía, estaba sumergido en mis pensamientos, pero algo llamó mi atención, unos destellos brillantes venían del agua, mire fijamente, y una figura femenina se hizo presente ante la tenue luz de la noche, quedé petrificado no... no podía ser, las sirenas no existen, son solo cuentos de viejos marinos, sin embargo lo que veía era real, en cuanto dicho ser noto mi noto mi mirada desapareció en las profundidades del océano.

los días pasaron, segui buscando aquella chica, tanto de día como en mis paseos nocturnos, sin embargo no volvió a aparecer, por lo que pasaba los días con la esperanza de volver a verla, de conocerla, admirar su rostro y conocer el color de su cola, me sumergía en las miles de fantasías que tuve de ella, aquella chica desconocida, sin cara y de castaña cabellera sin embargo comencé a tomar la costumbre de dejar flores en el agua, quizas asi llamaría su atención, desde rosas, girasoles, claveles y tulipanes, toda flor que encontraba la dejaba en las cercanías de donde la vi para así llamar su atencion..

un dia como cualquier otro fui al trabajo, al parecer venía una tormenta, el chico que me acompañaba insistió en hacer un viaje más, vi las nubes a lo lejos del horizonte asi que asumi que nos quedaba al menos 3 horas para que llegara, nos embarcamos, navegamos hasta más allá de lo permitido, perdimos la noción del tiempo, sacamos un gran cargamento de algas, las tranquilas aguas de la región se estaban transformando en pequeñas olas las cuales fueron creciendo de tamaño mientras iba pasando el tiempo, cuando nos dimos cuenta ya la tormenta estaba sobre nosotros, mi acompañante encendió el motor logrando que el bote fuera a su máxima velocidad realizando saltos por sobre el agua para poder llegar a la costa con tiempo, era tan difícil de mantener la estabilidad que termine cayendo al agua quedando varado a mi suerte, siendo absorbido por la corriente marina.