Tú eres mi razón [JIKOOKMIN] TERMINADA

Cap. 1

"Estaba llorando, me dolía todo mi cuerpo, estaba temblando y no podía parar de sangrar

–oye Minnie, tienes que levantarte–

–No puedo, no puedo– dije entre sollozos

–Tenemos que irnos o regresarán y no sé qué pasará si nos encuentran acá, por favor–

–T...tienes razón– me levanté con ayuda de mi amigo, en ese momento sentí como las sangre salía con más rapidez. De repente ví vários pares de alas negras revoloteando en el cielo

–Mierda, mierda, mierda– repetía V

–Tenemos que irnos– dije alterado viendo cómo V abría sus hermosas alas cafés para defenderme

–no te alejes– me dijo alerta, el cielo comenzó a tornarse color vino y la corriente de aire era cada vez más fuerte

–¿¡Por qué mierda siguen aquí?!– gritó Jin mientras era arrastrado por un maldito de alas negras

–¡Jin!– grité separándome de V

–No Minnie, espera– en ese momento sentí como me empujaban y cerré mis ojos esperando el golpe, un golpe que no llegó

–Larguense– escuché, abrí mis ojos y unos brazos fuertes me sostenían –toma– me cargó y me entregó a los brazos de V

–No, espera no te vayas– dije viéndolo

–los que se irán son ustedes–

–pero... ¿Cómo pretendes ganarles a todos ellos?– preguntó V

–no está solo– dijo otro llegando, ví como los ojos de mi amigo se iluminaron

–pero ustedes...–

–estaremos bien– dijo otro llegando con Jin en brazos

–¡Jin!– grité

–¡Ya larguense!– gritaron, mis ojos tenían demasiadas lágrimas ¿Que tal y era la última vez que lo veía? Nuestras miradas se encontraron y él me sonrió mientras me hacía un guiño

–¡Te amo!– gritó y yo... desperté.

Mis ojos me pesaban, otra vez ese sueño tan extraño, mi imaginación da para mucho, traté de moverme pero un dolor me lo impidió

– auch – dije cerrando los ojos, había olvidado que el día anterior me habían dado una palisa que jamás se me olvidará

–¡Park despierta! – ah mierda, ahí va de nuevo

– son las seis de la mañana – dije enterrandome en las cobijas

–¡No discutiremos esto de nuevo!– gritó y entró

–si ya voy– sentí como me quitaba las cobijas, el silencio se hizo presente, mierda

–¿Otra vez con moretones?– preguntó serio

–y..yo–

–¡Cállate! Por cada moretón que traigas del colegio yo te haré diez más así que levántate y lárgate al gimnasio, debilucho–