Tú eres mi razón [JIKOOKMIN] TERMINADA

[ Final Part. 2 ]

— Está muerto niño, y murió por ti —

—¡No! — grité — ¡Jungkook, mierda despierta!—

— Jimin ya déjalo — escuché de Yoongi al igual que de Namjoon.

— ¡No! ¡Jungkook despierta!— volví a gritar, me negaba a creer eso  — Por favor —

— Van a tener el mismo final — habló Yon acercándose
— Seokmin murió y dejó sola a tu madre... Ahora Jungkook murió, dejándote solo —

— Jungkook no está muerto — susurré, limpiando mis lágrimas que me impedían ver

— Si, está muerto — dijo empujandome alejándome de Jungkook, dándome un fuerte golpe

— ¡No es cierto!— grité,  recibiendo otro golpe

— Si, está muerto. Fue tu culpa  ¡Tu lo mataste! — gritó pateandome en el estómago

— Claro que no —

— Tu lo mataste  — repitió

— Que no— dije sintiendo otro golpe en mí estómago

—¡Tu lo mataste!— gritó dándome un puñetazo en la cara, haciéndome perder los estribos. Claro que no, él lo había matado. Y pagaría por eso

—¡No!— grité levantandome de golpe, sintiendo la ira crecer poco a poco en mí, lanzandolo hasta el otro lado de la calle
—¡Jungkook despierta!— grité acercándome a él de nuevo con lágrimas en mis ojos, el dolor de mí espalda aumentó pero ahora eso me importaba un carajo. Yon volvió a mí, jalandome de los hombros girandome hacía él, rápidamente le metí un golpe tirándolo al piso. Lo tomé de el cuello, alzandolo y pegándolo a mí cara

— ¡Jungkook no está muerto. Es más poderoso que tú y yo juntos !— grité pegándole en la cara — Jungkook conoció algo que tú jamás conocerás, el amor. Y ese, es el poder más grande que hay en el mundo. Ese chico estaba lleno de él, no solo por mí, si no por sus amigos, por su familia. —

— Familia que está muerta y desecha, por protegerte — comentó

— Familia que tú, te encargaste de destruir. Y ahora, me toca protegerla — lo azote en el piso haciendo que su cabeza rebotara. Al momento de sentir como el dolor aumentaba en mí espalda, me alejé de él. El aire comenzó a ser más fuerte, de nuevo, los árboles se movian, y el sol parecía brillar más de lo normal. Sentí como mi espalda comenzaba a arder, algo luchaba por salir de mí espalda desgarrando mí piel, haciéndome gritar del dolor tirandome al piso. Pero de un momento a otro lo sentí, salió haciendo una fuente de aire mucho más fuerte de lo que ya estaba

— N-no pue-ede ser— tratamudeo Yon. Giré mí cabeza hacia atrás viendo un par de alas blancas atrás de mi, más blancas que la nieve y más brillantes que el sol, eran las alas más grandes que había visto y las arrastraba ... Mis alas habían crecido, al fin habían crecido. Sonreí, sintiéndome poderoso, las agite escuchando la corriente más grande de aire. Mis heridas se había curado y la sangre se había limpiado, era mí oportunidad de ganar esto

— Levántate, vamos a arreglar esto de una vez — hablé, levantando una espada del piso

— ¡Cómo quieras!— Yon se levantó y me tacleo, ambos volamos hacia el cielo, dando varias vueltas entre nuestras alas. Hasta que nos alejamos, intentó enterrarme la espada pero en un solo movimiento lo esquivé, girando por los aires delicadamente, volvió a hacer lo mismo al igual que yo, mis movimientos eran una práctica más de danza. Mis extremidades se movían por si solas aferradas a la espada, cerré mis ojos comenzando a concentrarme en el aire que impactaba contra mí cara. Al momento de abrir mis ojos vi como Yon tenía ya varias heridas recientes en su cara y en sus brazos.