Cap. 12

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Ese mismo día, Namjoon hyung nos ofreció hospedaje en el lugar donde se estaba quedando junto a Soyeon. Fue una noche tranquila llena de conversaciones sobre las aventuras que vivían en los cielos, hasta que mis ojos no pudieron soportar más el cansancio y me fui a dormir.

Al siguiente día, después de el desayuno Jungkook y yo fuimos a buscar a su casa, nuestras cosas que utilizaríamos el día de hoy. Siendo sincero, tenía miedo, tenía miedo de que la historia se repitiera, de que me volvieran a gritar todas mis inseguridades, tenía miedo y Jungkook lo notó

— Voy por las cosas, mientras esperas en la camioneta ¿Si?—

— Pero Kook... —

— Por favor, Mimi — insistió sonriéndome. Sin resisistir a esa sonrisa, asentí.

Al momento que entró a la casa, mis nervios aumentaron y mí sueño también, aunque ese último no sabía porque. Saqué mí celular para jugar en lo que esperaba y no aburrirme, no sé cuánto tiempo pasó hasta que sentí como abrieron la cajuela, me di la vuelta alarmado tratando de ver algo, cuando la cerraron pude ver a Jungkook así que me tranquilize... Un poco. Pues después de ver su cara, sospeché que las cosas no estaban bien. Volvió a entrar a la casa en lo que yo, esperaba ansioso tratando de buscar una explicación lógica, pero cuando lo vi salir con maletas mí explicación llegó

— No puede ser — susurré alarmado. Bajé de la camioneta sin pensar en otra cosa  —¿Qué pasó?—

— Nos vamos, Mimi —

— Sabes que tarde o temprano te van a encontrar. —

— Parece que no me conoces — comentó Jungkook cerrando la cajuela — Súbete — asentí ante lo que dijo y me subí a la camioneta, viendo cómo nos alejabamos de la casa poco a poco

—¿Qué vamos a hacer?— pregunté

— Irnos con Namjoon — contestó con sus facciones totalmente serías. Las venas de sus brazos se marcaban y pude ver cómo sus manos apretaban el volante peligrosamente. Sin saber que decir exactamente, puse mí mano encima de la suya que estaba en la palanca y comencé a darle pequeñas caricias con mí dedo pulgar, tratando de transmitirle mí tranquilidad de alguna forma. Dejé mí mano en la suya unos cuantos minutos, mientras que aprovechaba para mirar las calles de busan. Todo el camino estuvimos en silencio, ninguno mencionó ni una oración y eso era la paz que necesitaba, como siempre él me transmitía paz y esperaba hacer lo mismo.

— Gracias, Minnie — al escuchar esas palabras dirigí mí mirada a Jungkook, su mirada se veía mucho más calmada, sus manos ya no apretaban con fuerza el volante y sus labios tenían una pequeña sonrisa

—¿De qué?—

— Por estar aquí — sonreí al escuchar sus lindas palabras. Jamás imaginé que el chico tan serio y peligroso que veía en la universidad, terminaría siendo así. Jamás imaginé estar en una situación así con él.

— No tienes nada que agradecer,  Kookie —

— Claro que si. Sentía que en cualquier momento me iba a explotar la cabeza —

— Y yo pensé que en cualquier momento ibas a arrancar el volante de su lugar... Pero está bien — Jungkook rio al escucharme mientras apagaba el motor

— Vamos, tenemos que darle la noticia a Namjoon — asentí y bajé de la camioneta. Entré a la casa con Kook atras de mi, Namjoon estaba sentado en la sala con unos lentes puestos leyendo un libro mientras que Soyeon estaba acostada viendo la televisión

—¿Y bien?— preguntó Namjoon al vernos entrar. Jungkook negó con la cabeza y yo bajé la mirada tímido

— Que malditos — habló Soyeon

Tú eres mi razón [JIKOOKMIN]  TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora