La primera Navidad de Kerberus II

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El gran día había llegado, la noche caía sobretodo gran Bretaña, los copos de nieve cubrían los techos de todo hogar y edificio. En el gran hotel se veía un gran bullicio entre la multitud, apenas siendo las siete de la noche, el comedor estaba lleno de gente. Personas de alto estatus que habían reservado una mesa para sus amigos y familia.

La familia Crowley fue invitada al gran comedor por el propio gerente. Los adultos habían querido pasar las fiestas en la privacidad de su penthouse pero el gerente y una gran multitud clamaba por la presencia de la prestigiosa familia Crowley.

La Doña, alisto a sus sobrinos para la ocasión. Nora había querido tener una cena familiar con sus sobrinos pero lamentablemente todos sus esfuerzos se verían tirados a la basura, le dolía en el alma dejar guardada esa comida. Quizás un hechizo de conserva mantendría el estado de la comida pero eso no quitaba la importancia del momento.

Ingresando con la cabeza en alto. Kerberus miro las luces decorativas y las mesas de gala. Mucha gente los saludo y le dió muchos mimos y abrazos al pequeño.

La pequeña belleza, como muchos lo llamaban, fue la imagen de la delicadeza y elegancia, su traje formal solo le hizo resaltar la ternura de su pequeño rostro y el brillo de sus ojos. Los trabajadores estaban entusiasmados por la presencia de esta destacable familia.

Nora, siendo una mujer mayor, no sentia el apogeo del ambiente, había pasado por mil fiestas y había sentido la mirada de Miles. Que la mirada de todos los presentes solo la hizo sentir aburrida. Su fallada falsa nunca se quebró, mantuvo una sonrisa cortés y sus ojos solenmes. Llevaba puesto un sencillo vestido negro, contrastando con su piel pálida y avivando su cabello rojizo. Muchos hombres se quedaron hipnotizados por su presencia hasta la halagaron por su belleza.

Fueron dirigidos por el propio gerente hasta la mesa reservada para ellos. Cerca al escenario donde una gran orquesta tocaba una suave balada navideña.

-Muchas gracias por la invitación -dijo Nora -no esperábamos ser invitados a esta gran fiesta.

-Ni lo mencioné. Lady Crowley, fue en dueño quien insistió en invitarlos -respondio con una sonrisa el gerente -luce maravillosa, lady Crowley.

-oh, me halaga. Agradezcale al dueño de mi parte -dijo Nora. La conversación termino hasta ese punto, un par de camareros se acercaron a dejar pequeños postres de entrada. Nora agradeció por su atención.

Tobías se sentía inquieto, había mucha gente elegante en el lugar y la forma en que estaba vistiendo solo llamaba más la atención. Maldijo en su corazón una y otra vez a Nora. Porque debía de darle un traje formal para la ocasión, no se veía del todo mal pero la mirada insistentes de hombres y mujeres lo ponía de los nervios

Incluso Amanda y Louis estaba nervios. La primera no pudo ocultar sus nervios, sus manos temblaban y sus mejillas estaban sonrojadas, Nora le dió una mirada reprobatoria. Louis tuvo que mantener su estado oculto sabía que Nora detestaba las escenas en público.

-toma agua, querida -acerco una copa llena de agua a Amanda -debes de relajarte. Nadie te va a comer aquí

-eso dices tú -dijo asustadiza la castaña. Nora rodó los ojos y se abstuvo de hacer comentarios. Fue Kerberus quien llamó la atención de los adultos

-papi puedo ir a jugar con los otros niños -dijp Kerberus, quien miraba a la distancia a un grupo de niños jugando cerca del árbol navideño

-No tengo ni un problema. Qué dices Nora?- la pelirroja tampoco tenía ni un problema pero le preocupaba que alguien extraño se le acercara a su sobrino

-puedes ir, pero si sucede algo no dudes en gritar. Entendido? -Kerberus asintió muy emocionado.

Con la energia expulsando por sus poros, Kerberus corrió hasta los niños que estaban jugando cerca del árbol. Los niños al verlo no dudaron en recibirlo en su grupo, y es que, siendo tan lindo y pequeño, era fácil caer en el encanto de Kerberus.

Severus y KerberusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora