Decepción

1.1K 98 26
                                    

---Realmente estoy muy agradecida contigo, no sabes cuanto Damián.

Si ese niño no hubiese aparecido, ahora quizás estaría muerta.

---Tranquila no hay nada que agradecer.

Tomó una de mis manos y la besó con cariño.

Sin duda este pequeño era de otro mundo.

---Eres un niño muy especial.

Un angelito.

---¿Especial?

Mi último comentario pareció llamar su atención. Su mirada parecía curiosa.

---Si, especial. Siempre acudes en mi rescate. Eres mi héroe.

Ambos reímos pero pronto el dejó de reír, como si recordará algo.

---Por ti sería capaz de hacer muchas cosas.

Aseveró con seriedad pero yo sonreí burlesca.

---Eres todo un casanova, seguro que cuando crezcas no se te escapará ni una sola.

Y si así era de niño, no imagino como sería de adulto pero yo moría por preguntarle en donde se encontraba su padre.

---Sólo quiero que una, no se me escapé.

Reí con picardía y le guiñe un ojo.

---Esa niña es muy afortunada entonces.

Bostece, empezaba a tener sueño.

---No es una niña pero bueno, será mejor que me vaya para que así puedas descansar.

¿Un niño?

¿Era gay?

Me acomode mejor en la cama y sonreí amistosa.

---Gracias Damian, linda noche.

Mi pequeño vecino sonrío levemente y después de observarme un par de segundos, lo vi marcharse.

**********************************

Había pasado un mes y yo seguía sin poder hablar con Franco, la espera me desesperaba.

Empezaba a querer que las clases empezarán porque me aburría pasar todo el tiempo en casa.

Debía admitirlo, tenía pocos amigos. Mi vida social era baja, más bien nula para ser exactos.

Hoy en particular me sentía decidida, iría a la casa de mi vecino y lo invitaría a pasar el rato, así que me puse mis mejores prendas.

Me miré al espejo y me gustó lo que vi, vestía casual pero sexy a la vez.

Estaba nerviosa cuando salí de la casa, eran las 7pm, estaba segura de que el se encontraba en su casa. Caminé unos cuantos pasos y ya me encontraba allí.

Iba a tocar el timbre cuando de repente la puerta se abrió sola, era Franco, reía junto a una mujer.

---¡Hola Jennifer! ¡Qué gusto verte!

Franco me saludó efusivamente.

Me dio un beso en la mejilla y luego me presentó con la mujer. Mi sonrisa se borró de inmediato.

---Te presento a Claudia, mi novia.

No daba crédito a lo que acababa de escuchar.

¿Su qué?

---Mucho gusto, Jennifer.

Sonreí forzadamente, me sentía tan estúpida. Aquella mujer hasta parecía agradable.

Mi pequeño acosador  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora