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Baje eufórico del escenario, ¡había ganado!. Tener ese cinturón en mis manos me había hecho darme cuenta que tanto esfuerzo, tantas preguntas, tantos malos ratos habían válido la pena.
Todos mis compañeros y amigos habían terminado de felicitarme, pocas veces ganas la Red Bull.
Y fue ahí cuando apareció Walls. — Hermano, eres una puta bestia — me abrazó. — te lo mereces, y lo sabes.
— Gracias Ginés — sonreí
— Felicidades — murmuró una chica un tanto apenada, era más bajita que yo. Llevaba un vestido blanco con flores amarillas. Mire a Walls y rápido habló — Me olvide por completo, ella es Sibel. Una amiga de la familia.
— Mucho gusto, y gracias. — Murmuré y ella solo sonrió.
El día terminó con una fiesta y millones de felicitaciones. No podía sentirme más contento. Me senté fuera del bar en el que nos encontramos a fumarme un cigarrillo, la gente me había abrumado un poco.
— ¿puedo sentarme?— preguntó la rubia y yo me hice a un lado, indicándole que se sentará. — ¿porque saliste? — Giré mi cara al otro lado para hechar el humo y que no le cayera a ella, y después la mire.
— Quería tomar un poco de aire, cada dos minutos alguien nuevo viene a felicitarme — miré al frente con miedo de que tomara a mal mi respuesta y pensara que soy un mal agradecido por no tener ahora tantas ganas de abrazar a cuanto desconocido que aunque viene con buena intención, me parecía un poco incómodo.
— Entiendo, debe ser lindo pero raro a la vez — alzó los hombros — Menos mal yo no te abracé — solto una leve risita.
— eu, no lo digo por ti. No me habría molestado que lo hicieras — Respondí y ella me abrazo.
— Felicidades Bnet — murmuró muy despacio.
—¿no tienes frío?— pregunte mientras señalaba su vestido, ya era bastante tarde y había refrescado un poco.
—Na, estoy bien — se levanto del piso — iré a decirle a walls que me voy.
—¿quieres que te lleve?— pregunté, no quería que este momento terminará tan pronto
— ¿tomaste?— negué y le mostré una lata de red bull
— Bien, igual le avisaré a Walls, ya vengo— entro de nuevo al bar y yo me quede fuera. Si entraba a despedirme no me dejarían salir de nuevo.
Sabía quien era Sibel, Walls nos había hablado de ella desde hace tiempo. Eran amigos cercanos, pues cuando llegó de méxico a hacer su último año de universidad de intercambio en murcia, walls la conoció porque se mudo frente a el. la chica hacía videos en youtube y de vez en cuando lo visitaba después de que regresara a méxico. Pero era la primera vez que la presentaba ante nosotros.
La rubia salió con una sonrisa y se acercó a mí. — creo que nisiquiera me entendió, pero cuando llegué a casa le mandaré un mensaje para que no se preocupe mañana que despierte — entro al coche y comencé a conducir.
— ¿Te quedarás mucho tiempo?— pregunté
— No, de hecho mañana voy para argentina — murmuró — Me anime a sacar música.
— la época youtuber a terminado? — asistió — debes estar muerta de nervios.
— soy un manojo de nervios, a veces pienso que todo esto es un error y que debería seguir creando contenido — le di una rápida mirada y segui mirando al frente.
— ¿ es el hotel que esta cerca de centro verdad? — asintió — Si es algo que te gusta no tienes porque sentir que es un error. No dudes de tu talento, ni lo desvarolices.
— gracias — sonrió — mira, te voy a dejar mi autógrafo, para cuando sea famosa digas que fuiste el primero en tenerlo— sacó un papel de su bolso, hizo su firma y la puso sobre el auto.
En el camino seguimos hablando, aunque poco porque llegamos a su hotel.
— Gracias — me miró antes de salir
— No es nada — le devolvi la sonrisa — y no dude, que quiero verla dando shows. no olvides una gira por acá
— No lo olvidaré, y sin que se entere walls, que sepas: eres mi freestyler favorito. — me dio un corto abrazo y salió corriendo hasta su edificio.