XIIII. Heridas profundas

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Si no fuese porque tengo las caras de todos mis compañeros memorizadas quizás no le habría reconocido. Se ha deshecho de sus rizos pelirrojos y se ha teñido el pelo que le queda de castaño, tiene una herida en el cuello abierta y cubierta de un extraño potingue que le llega hasta la mandíbula. Camina desgarbado hacia mí, con las manos en los bolsillos y media sonrisa pícara en la cara. No puedo creer lo que estoy viendo, está vivo.

Me doy cuenta de que Zariah sale de la sala cuando le llama uno de sus guerreros pero esta distracción no dura mucho, mi vista vuelve a centrarse en la herida del cuello de Skylar.

― ¿Te gusta mi herida? ― su pregunta me saca de mis pensamientos ― Lo digo porque no le quitas la mirada.

― ¿Cómo demonios puedes estar vivo? Una bala perdida te mató en combate, todos estuvimos en tu funeral. ― tartamudeo buscando a Neela y Finn con la mirada, se acercan a nosotros con cautela, están tan confundidos como yo.

― Sí, el General de División dio un discurso, te puso en un pedestal y nos culpó a todos del avance de las Sombras. ― Neela se une a la conversación, tiene un aire de inseguridad en su voz.

Skylar suelta una carcajada y pasa una mano por su cabeza.

― Estoy bien vivo como podéis ver. ― dibuja una sonrisa burlona en su rostro y extiende los brazos a ambos lados.

El ambiente se siente cargado, se ha hecho de noche y la única luz que ilumina la estancia es la de las velas que están colocadas en las paredes. Neela se lleva ambas manos a la boca, sus ojos se cargan de llanto. Finn, sin embargo, está tenso. Cierra los puños con fuerza y da un paso adelante. Examina cuidadosamente a Skylar, lo mira de arriba a abajo y chasquea su lengua con desdén. Su siguiente movimiento nos deja boquiabiertos, gira su cuerpo hacia atrás con el brazo ligeramente levantado y le da un puñetazo en la cara a Skylar, provocando que este se incline involuntariamente hacia un lado.

― Un fantasma no es, eso está claro. ― afirma el rubio acariciándose el puño con el que ha efectuado el golpe.

Skylar se lleva las manos a las rodillas y escupe sangre. Se levanta poco a poco y mira a Finn.

― ¡No es mi culpa que os hayan engañado como a tontos!

― Engañado, ¿qué dices? ― pregunta Finn con incredulidad.

Los gritos de la discusión en la que se han enzarzado ambos despiertan al Capitán. Se levanta torpemente de la silla y, cuando por fin se ha incorporado, nos mira con ojos como platos.

― ¿Skylar? ― el hombre se frota un ojo con la mano y parpadea varias veces. ― No, no eres Skylar, él era pelirrojo.

― ¡Eso es, tú no eres Skylar! ― discute Finn dándole un golpe en el hombro.

El chico de pelo moreno pone los ojos en blanco y se aprieta el puente de la nariz con los dedos.

― Y yo que pensaba que Leo es el más tonto del escuadrón... ― masculla ― Claro que soy yo, imbécil.

― ¡Demuéstralo! ― le ordena Finn cruzándose de brazos.

El Capitán se queda de pie a mi lado y observa perplejo a ambos chicos mientras vuelven a discutir. Neela sigue paralizada mirando la escena.

― Es Skylar ― interrumpo ― , yo le hice esa herida. ― elevo ligeramente la cabeza para señalarla, su herida es horrenda y, por su aspecto, está claro que es una quemadura.

Finn da un paso hacia atrás y se sujeta la barbilla con los dedos índice y pulgar.

La realidad me golpea como una lluvia de agua helada.

Lilith: ave de fuego [COMPLETA | SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora