Ruby apoyó su cabeza contra la puerta de la azotea, aguantando las lágrimas. El dolor que sentía por hacerle esto a Hanamaru era demasiado... quería volver al lado de Hanamaru... pero no tenía idea de qué haría entonces...
Comenzó a bajar las escaleras con lentitud, sus pensamientos eran un completo desorden... pero entre todo el caos, había una simple respuesta: Si la historia hubiera sido diferente... ella habría aceptado los sentimientos de Hanamaru sin siquiera dudarlo...
Pero Ruby de verdad amaba a Dia.
Pero era gracias a la pelidorada que se había dado cuenta de ello...
Hanamaru era también la razón por la que Dia era ahora su novia. La menor la había ayudado tanto sin tomar en cuenta sus propios sentimientos... sintió un calor ya conocido en su corazón seguido de un dolor mucho más fuerte, ambas sensaciones haciendo aún más difícil la decisión de dejar a Hanamaru sola.
Llegó al pie de las escaleras y supo que ya no había vuelta atrás, ella y Hanamaru habían tomado una decisión y no podía retractarse y volver a envolverla en sus brazos... no es como si no quisiera...
Tenía que decirselo a Dia... pero no era ella la que tendría que decirlo... ¿o sí?... honestamente preferiría nunca tener que hacerlo... Sabía que su hermana no actuaría de mala manera contra la pelidorada... pero Ruby no se perdonaría si en algún momento les hacía daño tanto a su hermana como a Hanamaru.
Perdida en sus pensamientos, llegó a la puerta del consejo estudiantil y, nerviosa y un poco asustada, tocó la puerta.
"Pase." escuchó decir a Dia, con su usual voz neutral.
"Onee-chan..." al momento de escuchar la voz de su novia, Dia instantáneamente sonrió y su tono de voz se volvió mucho más cálido.
"Ruby-chan..." el tono de adoración con el que había pronunciado su nombre la hacía sentir mucho peor... "¿Todo salió bien con Hoshizora-san?" comenzó a temblar levemente. Tenía miedo. No quería mentirle. No debía mentirle!, era su mejor amiga, su novia y sobre todo, era su hermana mayor, su persona más importante... no saber cuál sería su reacción era lo peor...
No, no le mentiría, ni ahora, ni en un millón de años.
La pelinegra le miraba con preocupación, había notado el nerviosismo de Ruby y no sabía que pensar de ello.
"¿Ruby-...?"
"O-Onee-chan..." le interrumpió la pelirroja, temblando más fuertemente que antes.
"¿Sí, Ruby-chan?" la menor estuvo a punto de derretirse en la sonrisa cálida y la mirada que le invitaba a seguir hablando.
No podía hacerlo... no era lo suficientemente valiente...
Asi que Ruby tomó una decisión.
No dar a conocer algo...
No era mentir.
"Te extrañé... y mucho..."
Realmente esperaba que así fuera.
"Y-Yo... yo también te extrañé mucho... amor mío" ambas se quedaron en silencio, el color de sus mejillas incrementándose a cada segundo.
Esas dos palabras fueron suficientes para que Ruby se olvide de todos sus problemas y que éstos sean reemplazados por una oleada de afecto hacia la pelinegra, que en ese momento la miraba con ojos de cachorrito mientras se mecía de un lado a otro, claramente avergonzada.
"¿A-Amor mío?"
"S-Sí... ¿Eres mía?" preguntó Dia con algo de temor en sus ojos.
Ruby no dijo nada, un gran sonrojo adornando sus mejillas. Se acercó a donde Dia estaba sentada, la mayor la miraba con timidez y confusión, y Ruby se perdió en aquellos bellos orbes color turquesa que, a pesar de ser del mismo color que los suyos, eran completamente diferentes y hermosos... y estaban brillando... no sólo por la tenue luz de la tarde que se colaba por las ventanas de la sala del Consejo, sino también por las emociones que la chica sentía... las emociones que sentía por ella... Ruby sonrió agradecida y alagada por ser la persona que causaba ese brillo.
ESTÁS LEYENDO
Anhelando lo ¿Imposible?
RomanceDia tiene miedo, miedo a que sus mamás y todas sus nuevas amigas la rechacen, miedo a que la separen de ella, miedo a quedar sola. Pero en la oscuridad del miedo, un sentimiento brilla más que ningún otro. Ella está enamorada. Y tendrá que aprender...