"De todas maneras... Ruby, hoy es tu primer día en la preparatoria, sé que te irá bien pero aun así... Dia, cuídala por nosotras" Maki las observaba con una hermosa sonrisa y Dia no pudo evitar devolverle la sonrisa, extrañaba volver a casa con Ruby, desde hace tiempo que ella volvía sola, comía su almuerzo sola... en especial desde que ambas dejaran de hablarle...
"Es cierto, Dia, sé que este es tu último año y sé que te irá excelente... pero, ¿No necesitas que alguien más te ayude con el consejo estudiantil?" le dijo Nico con preocupación, ya habían tenido esta conversación antes pero Dia siempre evitaba hablar del tema.
"Estaré bien... además, tía Eli y tía Nozomi me dieron muchos buenos consejos" y no era mentira, ambas le habían ayudado mucho en el transcurso de su cargo en el consejo y ella estaba muy agradecida por eso.
"... Muy bien, tendré que agradecerle a Nozomi luego" Nico observó el reloj de su celular "Me parece que alguien ya está llegando un poco tarde en su primer día de clases..." Dia y Ruby miraron el reloj de pared con horror y salieron corriendo, despidiéndose efusivamente de sus dos madres que reían ante la cómica escena.
Salieron lo más rápido que pudieron de su hogar, Maki y Nico deseándoles suerte desde la puerta principal, la preparatoria Uranohoshi se encontraba cerca de su casa, no les tardaba ni cinco minutos llegar así que decidieron caminar un poco más rápido de lo normal pero sin llegar a correr.
"... Onee-chan... ¿Por qué huiste en la mañana?" Dia sintió calor en su rostro, sus ojos posándose en todo menos en Ruby.
"Y-ya te lo dije, había una araña en mi almohada y me asusté, es todo" su voz no sonaba muy aseguradora pero no podía evitarlo se forzó a ver a Ruby a los ojos y pudo ver que ella fruncía los labios, la vista hizo que su corazón latiera muy rápido, no pudo evitar pensar en besar esos hermosos labios rojos... '¡Alto! Ella es tu hermana menor, ¡Contrólate!'.
"Al menos podrías habérmelo dicho, yo también estaba ahí" Dia dejo salir un suspiro de alivio, al menos Ruby se había creído la excusa. "De todas formas, no puedo evitar sentirme emocionada por empezar la preparatoria... ganbaRuby" no pudieron evitar reírse, Dia adoraba lo tierna e inocente que era Ruby, aunque esto solo le hacía sentir mucho peor respecto a sus sentimientos por ella.
De pronto sintió como una cálida mano se unía con la suya, su corazón comenzó a latir como loco y se detuvo completamente, sentía todo su cuerpo en llamas y pudo escuchar cómo Ruby llamaba su nombre repetidamente, vio que ya estaban cerca de la preparatoria y se soltó, corriendo lo más rápido que pudo, chocó contra alguien, escuchó que le decía "Lo siento zura", habían muchas personas promocionando sus clubes y no pudo evitar chocar contra otras personas pero no se detuvo, llegó a la sala del consejo estudiantil y se detuvo a reponer su aliento, podía sentir como su corazón latía fuertemente además de un leve cosquilleo en su mano, se dejó caer en la puerta, llorando silenciosamente, sabía que estuvo mal dejar a Ruby así pero no pudo evitarlo, cuando sus manos se juntaron perdió el sentido de la realidad, queriendo abrazarla desesperadamente pero sabía que no podía hacerlo y mucho menos frente a todos.
"¿Por qué...? No me merezco estar cerca de ella..." se sentía terrible, sabía que esos sentimientos que tenía por su dulce e inocente hermanita eran considerados horribles a los ojos de las demás personas, si alguien se enteraba, podían mandarla muy lejos de ella o incluso podía ir a prisión.
Se siguió mortificando con estos pensamientos hasta que sonó la campana anunciando la ceremonia de entrada, ella como presidenta debería de haber estado ahí hace mucho, sin duda se metería en problemas si se quedaba ahí; se limpió la cara y caminó lentamente hacia el auditorio, se ganó un buen regaño de sus profesores y se dispuso a dar el discurso de bienvenida que llevaba ensayando con Ruby desde hace mucho, sintió un leve dolor al pensar en el nombre de su hermana pero lo dejó pasar, tenía cosas más importantes en las que pensar.
"..." ahora que observaba el auditorio completamente, se dio cuenta que habían por lo menos cien estudiantes ahí, sabía que su escuela había perdido muchos estudiantes con los años pero nunca se imaginó que llegaría a esos extremos.
'Ruby no está ahí' fue lo primero que pensó, quiso ir a buscarla pero los murmullos de las estudiantes y las miradas de los profesores le obligaron a quedarse y dar su discurso.
-.-
Al concluir la ceremonia de ingreso, corrió en busca de su hermana, no asistir a la ceremonia de ingreso generalmente suponía problemas y no quería que Ruby tuviera percances en su primer día de preparatoria, lo que no esperó nunca fueron las palabras que escucharía a continuación, mismas que desencadenarían una serie de eventos que en los siguientes días cambiarían su vida completamente.
"Ruby-chan, todo estará bien zura, no llores más por favor..." escuchó cuando se acercó a los baños, deteniéndose al escuchar los sollozos de alguien que inmediatamente reconoció como Ruby, sintió mucho dolor al escucharla, parecía realmente dolida y ella sabía que era su culpa.
"Hanamaru-chan... que pasará si ella cree que ya estamos muy grandes para seguir tomándonos de las manos..." Su voz se escuchaba muy mal "Creo que ella ya no quiere pasar más tiempo conmigo..." pudo sentir como sus ojos se llenaban de lágrimas 'Ese es el problema, lo que yo quiero es pasar toda mi vida contigo' "Hanamaru-chan, ¿Qué debo hacer?"
"..." hubo un silencio largo solamente roto por los leves sollozos de Ruby "Dale un poco de tiempo, estoy segura de que Dia-senpai te quiere mucho..." 'Oh, si tan solo supieras cuanto...' notó que estaba molesta con esa chica sin ningún motivo - a quien vagamente reconocía como la hija de una de las amigas de sus madres.
Entonces se dio cuenta, Ruby ya tenía una amiga muy cercana, ya no necesitaba que ella esté a cada momento a su lado, este pensamiento logro que una nueva oleada de lágrimas asaltaran sus ojos.
"Tal vez es lo mejor..." susurró, Ruby merecía vivir una vida tranquila, una vida libre de sus inapropiados sentimientos; lentamente y sin hacer ningún ruido se retiró a clases completamente deprimida.
-.-
En la mañana habían acordado en encontrarse en la puerta principal pero cuando Dia llegó, no encontró a nadie, sentía unas inmensas ganas de llorar pero se contuvo, el lugar estaba lleno de gente y no sería bien visto que la presidenta del consejo estudiantil se ponga a llorar sin motivo aparente.
'Es lo mejor' trató de decirse de nuevo, estas palabras le habían traído un consuelo vacío durante el transcurso del día, evitando que se deprima totalmente pero sin traerle ningún tipo de consuelo.
Llegó a su casa y se dirigió a su cuarto, quería descansar un poco, anoche se había quedado hasta muy tarde estudiando su discurso una y otra vez, estaba exhausta y se sentía culpable por haberle causado tanto dolor a Ruby gracias a sus patéticos sentimientos.
Lo que no se esperó fue ver a Ruby salir de su cuarto justo cuando ella iba a entrar al suyo, se quedaron mirando la una a la otra por un largo tiempo, dolor reflejado en ambos pares de ojos.
La primera en romper el incómodo silencio fue Ruby, que bajó su cabeza impidiendo que Dia vea su rostro "Bienvenida a casa Onee-chan..." Dia retrocedió, el tono de voz de Ruby no era nada parecido al que siempre usaba con ella, era frío, dolido, lleno de angustia, sentía un nudo en su garganta y vio que Ruby temblaba, se le rompió el corazón en miles de pedazos... pero no debía, no debía actuar según sus sentimientos, los cuales gritaban para que ella le abrace y nunca le deje ir.
Ruby se dio la vuelta y corrió a su habitación, cerrándola fuertemente. Dia apretó sus puños tan fuertemente que le comenzó a doler, quería entrar al cuarto de Ruby, sostenerla en sus brazos y... decirle que lo sentía, que ella no quería separarse nunca de ella, quería decirle cuanto... la amaba.
Pero no podía, sabía lo que eso implicaría, si alguien las descubría... si sus madres lo descubrían, las separarían y no podría hacer nada para evitarlo, salvo observar lo inevitable.
No, si evitar ser separada de la persona a la que más amaba significaba que ella la odie... entonces así sería, por más que la lastime, era lo mejor para ambas.
Esa noche, se quedó despierta toda la noche, pensando... deseando alcanzar a su hermana, atravesar la simple pared que las separaba.
Pero sabía que había una pared mucho más grande que no hacía más que crecer con cada segundo que pasaba.
"Es lo mejor" se susurró a sí misma.
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Anhelando lo ¿Imposible?
RomanceDia tiene miedo, miedo a que sus mamás y todas sus nuevas amigas la rechacen, miedo a que la separen de ella, miedo a quedar sola. Pero en la oscuridad del miedo, un sentimiento brilla más que ningún otro. Ella está enamorada. Y tendrá que aprender...