Rompe las cadenas

Capítulo 4

Después de dos días con la chica nueva, Jade Taily le dió una carta a Karla y me ignoro por completo, te cuento. Ya era hora de la salida, y como antes era así de que el que acabe de apuntar la tarea, se marcha, así que Karla y yo nos retabamos para saber quién escribía más rápido, a lo que ella me ganaba.

Siguiendo, al abrir la nota, era un mensaje "encriptado", con figuras que decían cada una de las letras del abecedario, al resolverlo, decía:

— Todos los hombres son unos cerdos.

A lo que fuimos con la maestra, y ella nos dijo que le habláramos a aquella chica, que era necesario que hablara con ella.

Y así lo hicimos.

...

En vacaciones de verano, rumbo a casa de mis bisabuelos en un autobús llamado Futura, me enamoré de Karla observando por la ventana la lluvia, y pensaba en todo lo que había hecho por mí. Así que pensaba decircelo al regresar.

Cuando entré a la secundaria, en aquel entonces, y por estúpido que suene, pasaba un programa de televisión, la cual se llamaba igual que en el nivel educativo en el que estaba... Y si no lo entiendes, vuelve a leer y observa lo subrayado, ese programa me gustó. No lo voy a negar, y me hacía ver aquello que era bueno y que era malo ante la secundaria.

Dejando eso, cuando fueron las inscripciones, me encontré con varios amigos, no muchos, pero si los que más me hicieron reír. Pero me encontré con alguien que ya no iba desde quinto grado de primaria... Jade...

Me la encontré con un un short corto, una blusa amarilla, pulseras en sus muñecas, una gorra plana, tenis converse, y andaba en una patineta...

Cuando nos vimos nuevamente, ella frenó un momento, pero aceleró para no verla...

En fin, al regresar, le dije a Karla lo que sentía por ella, por Messenger... Y si, soy tan idiota que no lo hice de frente hasta el día siguiente. Donde me dijo que me vería en la cancha de eventos.

Y así fue, fui con ropa civil y me dirigí a la cancha, y ahí fue donde me gritó:

— ¡LUIS!

— ¿S-Si?

— ¿Que fue todo eso que me mandaste por Messenger?

— Pues... Es lo que siento por ti... Me gustas y... Bueno...

Se quedó callada por un rato y dije:

— Me reto Erick...

Erick era un amigo que entró en sexto grado, y que al ser como yo y mi grupo de amigos; Julio, José, Justin y Jonathan, encajo perfecto con nosotros.

Así que ella respondió:

— Dame unos días...

Y así fue...

Pasaba el tiempo, y ella me buscaba para pedirme dinero, y yo con gusto le prestaba hasta de más.

Y ella me decía:

— ¡Ay gracias, te amo!

Y eso me... Atolondraba.

Fue hasta un día donde en el receso, ella me gritó y al voltear, ella me entrego una carta en forma de corazón, no recuerdo que decía y creo que hasta tire la carta.

Pero al final decía:

Te amo.

Y solo eso recuerdo. Pero, al hacer una carta para ella, algo me decía que no estaba bien... No le di importancia y solo espere hasta el siguiente día.