Extra 1: Los sentimientos de un niño estancado.

253 35 20
                                    

Damian:

-Recupérate pronto, Damian -dice la señora Tremblay al mismo tiempo que su hijo toma las últimas cosas de su lado de la habitación- Hazle caso a la enfermera Diana y no corras por los pasillos, ¿si? 

-Okay -respondo, triste.

La señora Tremblay había sido mi compañera de habitación durante una semana. Había entrado al hospital por una intoxicación alimenticia y -como la maestra que es- me había hecho compañía leyéndome los libros que le daba a sus alumnos para enseñarles nuevas palabras y a interesarse por la lectura.

-Hoy en día los niños ya no leen libros como antes -se quejaba mientras me leía- Sus padres creen que es mejor darles un teléfono o entretenerlos con un videojuego para mantenerlos ocupados en vez de darles un buen libro que les ayude a mejorar su conocimiento de las palabras y el mundo. Incluso el libro más tonto e infantil puede enseñar más que esos juegos llenos de armas y destrucción.

Yo no tengo un teléfono y a mis papás les gusta dejarme libros de fotos en vez de darme un videojuego, así que supongo que esa fue una de las razones por las que la señora Tremblay se sintió cómoda y feliz conmigo desde el principio. Es divertido leer con ella. Durante la semana que pasó en el hospital me había enseñado muchas cosas y estoy muy feliz porque se ha recuperado rápido y que le hayan dado permiso para dejar el hospital... pero eso significa que estaré sólo de nuevo. 

-¿Va a venir mañana? -le pregunto antes de que deje la habitación que ahora es mía nuevamente- Aún hemos terminado de leer el libro del león.

Espero una respuesta diferente a la que he recibido hasta ahora. Espero al fin escuchar un "sí, lo haré", pero sólo necesito ver la cara de la señora Tremblay para saber que su respuesta será igual a la de todos mis otros compañeros de habitación.

-No creo poder, cariño -comienza a decir con la misma voz suave que ponían todos antes de irse- Ya me he retrasado bastante con mi trabajo, así que tengo que ponerme al día. Tal vez otro día venga a visitarte.

No es cierto.

-Sí -sonrío- Cuídese.

Ella y su hijo me dan una última mirada y sonrisa antes de irse. El tipo de mirada y sonrisa que recibe alguien por el quien se sienten mal pero a quien no volverán a ver. Recibía esas miradas y sonrisas cada vez que mis compañeros de habitación se iban y había pasado tantas veces antes que no entiendo por qué sigue doliéndome cada vez que ocurre.

Las personas llegan y se van siempre. Lo hacen todo el tiempo porque así es como se supone que es cuando estás en el hospital. Te quedas hasta que te sientes mejor y te dan el permiso para irte, pero así no es para mí. Aún en el momento en el no me siento tan mal como en otros días debo quedarme aquí en mi habitación con las cortinas cerradas. No importa si es mi cumpleaños, no importa si es ese día del año en el que los niños de mi edad empiezan a ir a la escuela, no importa que, tengo que quedarme aquí. 

Y sé que éste será el lugar en el que estaré siempre porque estoy -¿cuál había sido la palabra que me había enseñado la señora Tremblay?- ¿estancado? Sí, estancado. Atrapado dentro de este lugar porque soy "especial" según la enfermera Diana, mis papás y las personas que había conocido hasta ahora. Pero ¿qué tiene de especial no poder comer bien y vomitar? ¿qué tiene de especial no poder respirar? ¿qué tiene de especial tener el cabello de este feo color? ¿qué tiene de especial tener que mantener las cortinas cerradas porque mi piel comienza a dolerme si el sol está sobre mí? 

La palabra "especial" se había usado para describirme desde que tengo memoria y a pesar de todos a mi alrededor lo usaban como una buena palabra -o al menos eso decían-, sé que no podía serlo. Sé que lo que sea que signifique no puede ser bueno porque ser "especial" es lo que me ha mantenido aquí y me hace sentir todo ese dolor cada vez que me enfermo y no puedo ni levantarme de mi cama. Mamá y papá dicen que no hay nada de malo en serlo, pero yo no quiero ser especial. Quiero ser lo opuesto a especial. Quiero ser como mis compañeros de habitación. Quiero poder ser capaz de sentirme mejor y salir de aquí, pero no importa lo mucho que me esforzara, ni lo mucho que me hicieran tomar medicinas o pasar por inyecciones y cirugías, no podía dejar de ser especial. 

Not EternalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora