Sehun no es un bebé como cualquiera, y Junmyeon lo sabe, al igual que todos sus tíos.
Y LuHan también sabe como es, y por eso lo ama, a pesar de él tener siete y Sehun cinco.
No culpen a Kim Junmyeon por estar de mal humor aquel 12 de abril, porque su trabajo era un total desastre con un jefe de tirano; y, como si fuera poco, el chico "mayor" de su departamento parecía un niño, su otro amigo era como una diva, y el otro parecía un vampiro. Agradecía al cielo de que sus amigos no tuvieran novio: de ser así, no sabría que hacer.
- ¡Está sonando la puerta! - exclamó, dejando su libro en la mesa de star.
Al parecer, nadie lo escuchaba. Con un genio de mal en peor, abrió la puerta molesto, dispuesto a gritar a quien estuviera parado allí.
- 1, 2, 3... -
Jamás esperó encontrar a un niño pelinegro parado, con las manos en su rostro blanco y con una voz suave. Su suéter a rayas blancas y rojas estaba roto, y sus pantalones cortos azules dejaban ver sus piernas lastimadas.
- ¿Ehm...? - lo miró - hey, oye...
- ...4, 5, 6, 7, 8, 9, 10! - retiró sus manos de golpe y mostró su dulce sonrisa - ¡Mamá! - luego, miró bien y dudó - t-tú n-no eres mí m-mamá.
- Niño, ¿y tú mamá? ¿dónde está? - preguntó, inclinandose a su altura.
- T-Tú no e-eres mí madre - murmuró empezando a soltar lágrimas por aquellos brillosos ojos cafés - ¡tú no eres mí mamá!
Empezó a llorar, provocando que Junmyeon se asustara e intentara calmarlo, pero parecía imposible. ¡Perfecto! ¡su día no podía empeorar! Lo amarcó y lo llevó a la sala, cerrando la puerta con un suspiro; quería echarse a morir.
- ¿Junmyeon? -
Salió Kim Minseok, mientras sostenía una toalla en su brazo y lo miraga confundido.
- Hola -
- ¿Quién es él? - cuestionó mientras se acercaba cuando el niño fue dejado en el sillón.
- No lo sé - objetó molesto - lo dejaron en la puerta y ya.
- ¿De verdad? - se inclinó y lo miró - hola niño, ¿por qué lloras?
- ¿Cómo te llamas? - insistió - si me lo dices, tal vez te pueda ayudar.
- So-Soy Se-Sehun -
- Muy bien Sehun, ¿cuántos años tienes? -
- Tengo así - mostró sus cinco deditos al abrir la mano.
- ¡Oh! ¿De verdad? - sonrió - un gusto, soy Kim Minseok, pero dime Minie.
No sabía porque, pero la voz de aquel chico le daba confianza. ¡Sehun no era un niño malo! ¡él no hablaba con extraños! Pero cuando su tío lo dejó en esa puerta al jugar...¡nunca pensó que se iría así no más!
- ¿C-Cuántos años t-tienes? - preguntó, calmandose poco a poco, aún suspirando - ¿m-más que esto? - señalo su manito.
- Sí, ¡mucho más que eso! - exclamó - tendría que tener más manos para mostrartelo.
- ¿Va más a-allá del d-diez? -
- Va más allá de veinte - susurró como si se tratase de un secreto, a lo que el niño puso su cara de sorpresa.
- ¡Wow! -
En eso salió de la cocina Do Kyungsoo, quien iba a anunciar que el almuerzo estaba listo y de paso a espiar quién había llegado.
- ¿Quién es? - cuestionó.
- Su nombre es Sehun - anunció el mayor - es un niño que nos vino a visitar, ¿verdad? - este asintió - ¿podrías apartar lugar?
- Bah, esta bien - se giró - espero que sepa comer.
- ¿L-Le caí m-mal? - Sehun estaba abrumado, ¡ese chico parecía serio y frío!
- A él todos le caen mal - aclaró Minseok - ven, vamos a comer, luego buscaremos a tú madre.
- Pe-Pero...e-ella dice que es pe-peligroso andar c-con extraños -
- No soy un extraño, ¡ahora soy tú amigo! - lo tomó de la mano y lo condujo a la mesa - además, no se puede buscar a alguien con el estómago vacío ¿sabes?
Le tocó levemente la nariz y lo subió en sus piernas para que pudiera alcanzar la mesa. Sí le preguntan a Junmyeon...¡él fue quien lo encontró! ¿Por qué lo tenía Minseok? ¡además era un extraño! Si, realmente estaba teniendo el peor día de su vida.
- ¡Qué niño tan bonito! -
Y acababa de empeorar.
- Baek, siéntate a comer -
- Ya Dodo, no te enojes -
Byun Baekhyun era el típico amigo que se arreglaba incluso para dormir. Y no se podía negar que era guapo, pero a veces se pasaba.
- Hola bebé - saludó, sentandose a su lado - soy Baekhyun, pero dime Baek - sonrió - ¿y tú? ¿cómo te llamas?
- M-Me llamo Sehun - el niño lo observaba detenidamente.
- Tienes un bonito nombre - tomó un vaso - ¿zumo de naranja o refresco de coco?
- E-El zumo e-está bien - él había aprendido que, si le daban de comer, debía aceptar lo que le dieran. ¡No podía escoger! Ya que no todas las casas tenían la posibilidad de darse banquetes, ¡tenía que ser humilde! ¡como su madre le enseñó!
- ¡Qué ternurita! - a Baekhyun se le enterneció el corazón, ¡era un niño precioso!
- Ya, dejalo comer - intervino Junmyeon - después, iremos a la comisaría a que nos ayuden a buscar a tu madre, ¿si? - el niño asintió.
Su madre le había enseñado que los oficiales eran buenos. ¡Y al fin la encontraría!
Aunque nunca se olvidaría de su amigo de ojos gatunos, voz dulce, y sonrisa brillante de más de veinte años.
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