Capitulo 17

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07/05/2019

Mazmorra Orcrus 7° nivel 

Comenzando a recuperar la consciencia fue golpeado repentinamente por un insoportable dolor, Sora ahogo sus grito mordiendo su mano derecha, la sangre se derramo en el suelo, pero poco pudo importarle a el, en estos momentos el sentimiento de vivir ardiendo lo consumía 

De repente una leve sensación de alivio lo recorrió, aun le dolía tanto, pero podía soportarlo en su mayor parte. Las zonas mas heridas, su espalda, donde la sensación de arder en llamas era intensa se congelaron, literalmente, delgadas capas de hielo cubrieron sus heridas mitigando los dolores. Mirando hacia atrás se encontró con la fría, pero maltratada mirada de un gran lobo 

Los recuerdos de los recientes eventos comenzaron a fluir, abrio la boca para decir algo, pero se cayo de inmediato sin saber realmente que decir. Lo mucho que pudo hacer fue extender la mano acariciando la cola de Ragna que estaba desprendiendo un aire helado para enfriarlo

—Gracias— Murmuro débilmente

Es mi culpa— Regreso el murmuro recostando la cabeza en el suelo —te involucre en todo esto, siento verguenza desde el fondo de mi ser por hacerte objetivo de Valdur

—No pudiste preven-Ack!— Lloro de dolor haciendo una mueca ante el dolor de su cuerpo, nisiquiera podía moverse sin sufrir demasiado —esto apesta—

Recuéstate en mi, no puedo sanarte, pero podre aliviar un poco el dolor

Tomando la generosa oferta se recostó en el sucio pelaje de Ragna siseando de dolor antes de verse envuelto en un agradable aire helado. La cola de la loba lo envolvió congelando unas cuantas heridas en sus brazos, se quedaron en silencio en lo que Sora pudo reconocer como un profundo agujero semi-oscuro, la salida en la cima estaba demasiado lejos como para saber aproximadamente a cuantos metros de profundidad se encontraban, sin embargo, una cosa era segura, no tenían los medios necesarios para huir de su encierro.

Encargándose también de sus propias heridas al lamerlas, Ragna se retorció, una cálida mano agarro una de sus patas herida y ella vio al humano tratar de limpiar la sangre con la aun funcional piel del lobo atada en su cintura. Ella lo observo tratarla con delicadeza, a pesar de sufrir con los mas discretos movimientos estaba intentando hacer algo para aliviarla asi como ella lo hizo por el, una parte de si misma lo encontró un adorable gesto, el otro le pareció denigrante que un humano se tuviera que preocupar de su bienestar. 

Basta, no necesito mas— Murmuro alejando su pata —te lo agradezco, pero no necesito tu lastima, puedo tratarme a mi misma

—Esta bien— Suspiro relajando su cuerpo —huh, se que no es mi incumbencia, ¿pero quien es Valdur para ti? ¿de donde lo conoces?—

No te importa— Gruño mirando hacia otro lado

La loba ignoro al humano apoyando la cabeza sobre sus patas delanteras, trato de tomar una siesta y tal vez cuando despierte todo hubiese sido una mala pesadilla. Lastimosamente, no fue una pesadilla, tampoco podía dormir, sus heridas comenzaron a picar irritándola mucho, intento rascarse la incomodad pero sus extremidades no eran exactamente las mejores para alcanzar lugares como su espalda, sabiendo que solo había una solución suspiro exasperada tapando los ojos del humano antes de adoptar su otra forma.

Cuando el brillo se desvaneció estaba nuevamente la mujer lobuna de cabello azul cubierta de feas heridas, la gran parte de ellas eran marcas de garras en su cuerpo. Pudiendo rascarse, siseo de dolor al tocar sus heridas, la semi-loba gruño antes de detenerse girando a ver al callado humano a su lado, que curiosamente miraba al suelo donde se encontraba sentada

Unchained Hero: Libro IWhere stories live. Discover now