Capítulo 1

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Hoy no es día de Reyes, es tu cumpleaños. Y, aunque no te guste celebrarlo, hemos pensado que a lo mejor sí que te gustaría tener un pequeño regalo diferente. Esto no es un regalo de Reyes, sino uno de cumpleaños para ti. Esperamos que te guste, ManuFtSel 💗

▽▽▽

El avión acelera por la pista de despegue. Alba traga saliva con fuerza y apoya la cabeza en el respaldo. Aprovecha para cerrar los ojos mientras esa sensación de huida se apodera de ella. Sin embargo, no puede regodearse en el sentimiento, ya que una vocecilla le hace abrir los ojos de nuevo.

-Mami...- Gimotea la niña desde su asiento. Alba frena con una mano las intenciones de levantarse de su hija.

-No puedes moverte todavía, cariño.- Le dice con toda la calma que puede transmitirle en ese momento. Cuando el avión coge altura, Aitana desata su llanto.

-¡Mami!- Presa del susto, la pequeña vuelve a intentar subirse en las piernas de Alba. Esta, una vez más, la sujeta contra el asiento.

-En un ratito te cojo, ¿vale?- Dice casi suplicando.- Ahora no puedes levantarte, mi amor. Mira, mira qué bonito se ve todo por la ventana.- Pero Alba sabe de sobra que Aitana no alcanza a ver nada. El señor que le ha tocado al lado mira por el cristal sin intención de apartarse.

El disgusto de la bebé se hace aún más patente al comprobar que su madre la ha engañado, que no hay ninguna vista bonita. Empieza a patalear y a llorar con más intensidad, hasta tal punto que Alba teme que le llamen la atención. Acaricia la corta melena de Aitana mientras le dedica palabras de aliento, rezando para que se calme y deje descansar al menos al resto de los pasajeros.

-¿Te da miedo?- Intenta entablar una conversación con ella, pero la niña se limita a asentir sin dejar de llorar.- ¿Por qué? Si estamos volando como Buzz Lightyear. ¡Y como Dumbo! Te encanta Dumbo, ¿a que sí?- Aitana vuelve a asentir, sollozando cada vez menos.- Y... Dime, ¿quién más vuela?

-Azú.

-Sí, muy bien, Zazú también vuela.- Responde con una pequeña sonrisa.- ¿Te duelen los oídos?- Aitana asiente y mira a Alba con los ojos llenos de lágrimas y un puchero. Extiende los brazos hacia ella y la mayor no puede hacer otra cosa que reírse.- Buen intento, pero todavía no podemos movernos, chiquitina.- Deja una caricia en su mejilla antes de buscar su mochila debajo del asiento.- Peeeero...- Abre la cremallera y rebusca en el interior.- Sí puedo darte una galleta.

-¡Eta!- Alba sonríe aliviada por haber conseguido calmarla.

-Toma.- Le da dos galletas, una para cada mano, y comprueba que la pequeña está distraída y calmada antes de cerrar los ojos. Se lleva una mano a la frente y la masajea con cuidado. Lleva tanto tiempo sometida a tal presión constante que ya no sabe lo que es dormir más de tres horas en una noche.

Un pitido la devuelve al avión. Levanta la vista y comprueba que la lucecita de los cinturones se ha apagado. Se gira hacia Aitana, que tiene más babas que galleta en la mano, y desabrocha su cinturón.

-Ven aquí.- La sienta sobre sus piernas y la pega a su pecho.- ¿Mejor?- La niña asiente, aunque hace tiempo que dejó de quejarse.- ¿Y los oídos?

-Bien.- Responde escueta. Alba sonríe y se distrae mirando a su pequeña, su carita, sus ojos, sus manos... Aquello que le ancla a la vida, que le da fuerzas para seguir.

-Quero eta.

-Nere...

-¡Quero eta!

-Nere, no es tuya. No tenemos galletas ahora, mi vida.- Alba se gira con curiosidad. Detrás de su asiento, aunque en el lado contrario del pasillo, hay una chica que parece estar en su misma situación. No, en su misma situación seguro que no.

ibiza ; albocíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora