Epílogo

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-Es que no entiendo cómo has podido pegar a ese chico.- Alba da vueltas por la cocina, sin comprender la actitud que tuvo su hija esa mañana en el instituto.- Yo no te he educado así.

-Era la tercera vez que se metía con Nerea. No me iba a quedar quieta.- Se encoge de hombros cruzándose de brazos.

-Haber avisado al profesor de guardia, que para eso estamos, Aitana.

-Lo siento, ¿vale?- Pronuncia con una vocecilla tan suave que su madre se gira para mirarla.- No me gusta que la insulten y se pasan el día entero igual.- A unos metros de la discusión, Rocío abraza a Nerea con la angustia dibujada en los ojos.- Sé que lo hice mal y que posiblemente me castigues, pero es que no me arrepiento.- Alba sopesa las palabras de su hija y acaba por negar con la cabeza.

-Nere, - llama volteándose hacia ella.- ¿estás bien?- La rubia asiente con una sonrisa sorprendentemente sincera. Está en casa y además es viernes: tiene dos días de descanso.

-Sí, tampoco es para tanto.- La pelirrosa vuelve a mirar a Aitana y suspira abriendo los brazos.

-Ven aquí, anda.- Aitana sonríe antes de levantarse de la silla. Ya sabía ella que no le podía durar mucho el enfado.- No vuelvas a hacerlo.- Advierte una vez está entre sus brazos. El timbre suena cuando la morena comienza a responder.

-No prometo nada. Si vuelven a meterse con ella, no me voy a quedar cruzada de brazos.

-Ya voy yo.- Anuncia Rocío cuando vuelven a llamar.

-Te voy a apuntar a boxeo o algo para que te desahogues.- Es lo último que escucha la adulta antes de abrir la puerta.

-¿Alba Reig?- Rocío traga saliva, reconociendo al instante a uno de los cuatro hombres que están frente a ella.

-No, ya no vive aquí.- Intenta ser lo más convincente posible.

-Me llega la presencia de una bruja de agua desde hace dos kilómetros, así que apártate si no quieres que te reviente la cabeza.- Traga saliva con brusquedad, pero no hace el más mínimo movimiento.

-No. Han pasado diez años y no ha vuelto a hacer nada ilegal. Sois unos putos carroñeros. Solo buscáis destrozar vidas.- El hombre que la ha amenazado la agarra por el cuello y la empuja contra la pared de la entrada haciendo que un quejido se escape de sus labios.

Esa parece ser la señal para que los otros tres procedan a invadir la casa en busca de la otra bruja. No tienen que buscar mucho, pues la primera puerta a la izquierda es la cocina. Alba ahoga un grito cuando los ve y se apresura a empujar a Aitana hacia Nerea. Mantenerla cerca solo supondrá un peligro para ella.

-¡Eh! ¿Y estos quiénes son? ¿Qué hacen en casa?- Pregunta confundida.

-Alba Reig, queda arrestada por el incumplimiento de la tercera norma del Consejo.

-¿Qué?- Preguntan las tres a la vez: las adolescentes casi gritando y Alba con un hilo de voz.

-Además, - prosigue el último hombre, que acaba de entrar en la cocina. Alba lo reconoce al instante.- su pena se agravará por su anterior huida y por fingir su propia muerte.- Aitana y Nerea abren los ojos tanto como sus párpados se lo permiten. Con miedo, se abrazan mutuamente sin quitarle ojo a la escena.

-Él me dijo que saltara... ¡Yo creí que iba a morir!- Intenta justificarse sin dejar de mirar a Marcos. Sus ojos se están encharcando. No quiere, pero no puede evitarlo. Pensaba que había conseguido escapar para siempre.

-A él ya se le ha dado su merecido por traicionar al Consejo y tú vas por su mismo camino.

-¡No!- Las lágrimas, esta vez, no son de miedo, sino de pura rabia.- ¡No he vuelto a hacer nada! ¡No he sido un problema! ¡Ni siquiera he vuelto a practicar la magia fuera de estas cuatro paredes, joder!

ibiza ; albocíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora