Manual para ver un paisaje

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Levantarse de la cama y ver que llega un nuevo día, surge un ideal esporádico, como aquella flor que florece de repente sin que nadie se lo espere, como una ventisca fuerte, espontáneamente hace que alguna de tus prendas se muevan mientras vas distraído por la calle pensando en cualquier acontecimiento, cuando repentinamente siente un tipo de escalofrío por este aire, te interrogas, tal vez desvías el pensamiento anterior y te cuestionas por qué pasó tal ventarrón a pesar de que el suceso no sea algo a lo que comúnmente se le de relevancia, en fin, sientes curiosidad... 

 Al verte un poco pensativo y plantearte la idea de querer observar, no sabes muy bien qué, sin embargo presientes el deseo profundo de tranquilizarte o deleitarte mientras simplemente contemplas, sales de tu casa y notas inmediatamente el mismo entorno de siempre con otras vistas a pesar de que siga totalmente igual, es hermoso, magnífico, inimaginable, o al menos eso crees, ya que probablemente no te habías fijado en él. Sientes como si estuvieras adentrándote en aquel raro sitio de tus sueños, que por cierto sólo existe allí y te hace sentir tan afortunado en otra dimensión; y es así como accedes, visualizas y te enloqueces con tan sólo estar en el lugar de donde jamás quisieras salir. Probablemente habías tenido la oportunidad de ir a otro mundo y te argumentas "¡Oh, por qué fui tan tonto y no lo vi, quisiera haber caído en cuenta mucho antes!" Ahora disfrutas pese a que tardaste en fijarte que no todo lo que brilla es oro, que puedes encontrar lo imperfecto en lo perfecto si te lo propones, que a pesar de que solamente hayas salido de tu hogar y visto cada una de las cosas que ves todos los días, desde entonces cada vez que mires a tu alrededor verás un mundo en una partícula y la belleza en algo supuestamente repugnante, la diferencia en lo normalmente ya observado.

Sebastian Bonilla

Manual para entender el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora