¿Cómo fue que todo empezó?

370 39 14
                                    


Mi nombre es Izuku Midoriya y tengo 25 años; mi familia solo se compone por mi madre y yo, pero así ha sido toda mi vida de modo que es a lo que estoy más acostumbrado: los dos contra el mundo…bueno en realidad eso no es del todo cierto, pero es lo que prefiero pensar pues lo contrario solo es parte de un simple desvarío de mi cabeza, algo de niños…un asunto que carece de importancia.

Somos una familia del espectáculo.

Mi madre heredó de sus padres un hermoso teatro en el centro de la ciudad, el cual ha administrado por varios años incansablemente porque siempre me ha dicho que así puede honrar la memoria de sus padres y sus abuelos. Este lugar es sin lugar a dudas la joya de la ciudad, donde se han presentado grandiosas obras de todo tipo, desde clásicos dramas hasta los espectáculos infantiles que siempre fueron mis favoritos porque en ellos aparecían muchos tipos de personajes, entre ellos mi favorito de todos los tiempos: el héroe, AllMigth.

Desde que era pequeño me encantó todo lo relacionado a la actuación, a esos guiones que muy pocos actores podían dar vida sobre el escenario, la maravillosa música que lo envuelve todo provocando en el público emociones que talvez nunca antes habían sentido y todas esas historias…historias que relatan desde el más puro de los amores, hasta la oscuridad más profunda…

Cada vez que me asomo entre los gruesos cortinajes, no puedo evitar que mi corazón lata con fuerza por todo lo que alcanzo a ver…y quisiera poder ser parte de todo eso, pero sé que no puedo.

Izuku Midoriya es un joven que siempre sonríe, porque está convencido de que así llena de esperanza al resto de las personas, es también alguien que está dispuesto a ayudar en todo lo posible a los que trabajan dentro del teatro, a esas personas que más que empleados, son algo así como su familia; Izuku Midoriya es un soñador completo que día tras día lucha por ser parte de un mundo lleno de luces y brillo, que cada noche se desvela hasta tarde escribiendo y escribiendo una y mil historias que nunca podrán ver la luz ¿Por qué? Sencillo, porque Izuku Midoriya es también la persona más cobarde de todo este mundo.

No siempre fui así…

Hubo una época de mi vida en la que realmente creí que alcanzaría el cielo con mis manos si tan solo me estiraba un poco más…una época maravillosa en la que no me sentía tan solo y donde tenía mi propio y brillante sol iluminando cada uno de mis días…

…Pero, llegó un día en que toda luz simplemente se apagó dejándome sumido en la oscuridad.

<><><><><><><><><>


Era una pacífica noche sin luna, afortunadamente las luces de las farolas eran más que suficientes para iluminar el lento caminar de las personas que regresaban a sus hogares más tarde de lo habitual.

La calle estaba llena de edificios construidos a diestra y siniestra, todos equipados con varios departamentos habitados por una infinidad de personas completamente diferentes unas de las otras, cada una de ellas con su propia historia para contar, pero nuestro destino se encuentra en uno de esos departamentos en específico. Un cuarto con las cuatro paredes llenas de posters de héroes que sonríen eternamente, con varios juguetes esparcidos en el suelo y con dos niños dentro de una improvisada carpa hecha con sábanas encima de la cama.

Los pequeños rondan cerca de los siete u ocho años y se mueven constantemente tratando de evitar que el sueño se adueñe de sus pequeños cuerpos, algo que solo los hace reír más y más cada vez que por accidente o apropósito se chocan entre ellos como cabritos llenos de energía; el más pequeño de los dos tiene sus verdosos cabellos más alborotados de lo usual por los poco coordinados cabezazos que le da a su amigo haciéndolo reír con más fuerza, a pesar de el intento que hace este pequeño por cubrir su boca con la mano con la intención de que sus carcajadas no sean escuchadas.

Bajo Las Luces del Teatro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora