La venganza de una vampiresa.

Venganza cumplida

Era ya la medianoche, ya era la séptima noche en que Atol venía al bosque y se sentaba al pie de ese árbol.

Daría lo que fuese por leer sus pensamientos, quería saber que pensaba el modesto príncipe.

Esperé a que fuesen las tres y media de la madrugada, a la misma hora en que dicen que Drecon murió.

Salí de él árbol que me cubría y fui directo a donde estaba Atol.

Él al verme se asustó un poco e intento huir.

Yo solo Sonreí y le pedí que se acercará, que no le haría nada malo, que sólo necesitaba compañía.

No sé como ese príncipe fue tan tonto y accedió a hacerme compañía, cuando no sabia que él sería mi venganza.

Él me miraba a los ojos con asombro, como si estuviese viendo el rostro más hermoso que hubiese visto.

Lo acerqué a mí, lo pegué al árbol, lo besé en los labios.

Sus labios eran sedosos, muy carnosos y hermosos.

Procedí a morder sus labios, él sólo disfrutaba y deslizaba sus manos por mi cintura.

Baje hasta su cuello, donde le daba lentos y apasionados besos, a la vez de mordidas leves.

Agarré con mi gran fuerza sus manos y las pegué al árbol, y mordí con fuerza su cuello.

Él gemía pero no era de placer, si no de dolor.

Gritaba como si no hubiese un mañana, mientras yo sólo incrustaba mis dientes lo mas profundo que pudiese en su cuello. Disfrutaba de su deliciosa sangre mientras escuchaba como cada vez sus gritos se desvanecían , hasta quedar inconsciente.

Una vez disfruté de su última gota de sangre, lo solté en el suelo y lo miré. Ya no se veía hermoso, se veía pálido, demacrado.

Sonreí con mis dientes manchados en aquella dulce sangre y lo único que dije fue "Venganza cumplida".

No pude dejar allí a Atol, pues tal vez nunca lo encontrarían.

En su mismo caballo lo lleve a la entrada del palacio.

Al otro día se escuchaban los comentarios llenos de tristeza y temor de la gente diciendo: “A muerto el príncipe Atol", “ A sido asesinado por un vampiro" , “Los vampiros se han levantado de sus tumbas".

Y sí, me alegraban sus comentarios.

Pero los vampiros no nos hemos levantado de nuestras tumbas, los vampiros nunca hemos muerto.

Y ahora los humanos nos han vuelto a temer.

Y espero que así sea toda la eternidad...