Para Alexander, Vania había sido un accidente sin fundamentos.
Ser padre nunca formo parte de sus planes, ni de sus intereses. Aquella niña marco un antes y un después en su vida pese a que ni siquiera la trataba demasiado desde el día en que las cosas con su madre fueron en declive.
Vania había nacido un diecinueve de diciembre del 2011 en Glasgow, pesando 3 kilos exactos y midiendo cincuenta y dos centímetros. Su madre, una tal Elizabeth Fletcher, estaba más que feliz con su nueva hija, dándole así, a Bruce, su primer hijo producto de un matrimonio fallido, la felicidad de ser hermano mayor.
Alex no quiso saber de ninguna de las dos ni en pintura, pero tuvo que responder. Era gracioso – y hasta frustrante- que a su edad decidiera salir corriendo para evadir una responsabilidad como esa, para su desgracia.
No existió ningún cuento de hadas para Alex y Elizabeth, simplemente salieron un par de veces, intimaron una que otra y el DIU de esta falló, dando como resultado el dolor de muelas para el escoces.
—¿Por qué me ocurre esto a mí? – se lamentaba Elizabeth luego de regresar a casa con sus hijos, quienes estaban al cuidado de su tío, hermano de esta- ¿Qué voy a hacer? ¡No puedo estar enferma de algo tan grave!
—El doctor no tiene por qué mentirte con algo tan serio – recrimino Assael, su hermano menor y tío de los pequeños. Entre sus brazos estaba Vania, quien, para su suerte, era la copia al carbón de su progenitor-. Sé que suena aterrador, pero todo va salir bien
—¡Tengo treinta y un años! – siguió chillando- Y mis hijos aún son pequeños
—¡No vas a morir! – bramo, haciendo a la niña exaltarse- Cáncer no es sinónimo de morir o de que todo está mal. Vas a tomar las quimioterapias, las radioterapias, todo lo que los doctores te pidan
—No es así de fácil, Assael, ¡Tengo cáncer de ovario! ¿Tan poco empático eres?
El chico frunció el entrecejo y con un poco de brusquedad, le devolvió la niña a su madre.
—Fácil no es, pero con esa maldita actitud es peor – exclamó girándose para irse-, ¡Ah! Y más te vale que se lo digas al inútil de Kapranos y al papá de Bruce. Deben ayudarte en algo, no puedo hacerlo todo yo
Era cierto que Elizabeth cometía errores como madre soltera, pero uno de los peores era pedirle ayuda de más a su hermano; Assael Fletcher odiaba con todo su ser a los padres de sus sobrinos, y nunca desechaba la oportunidad de recordarle a su hermana que eran unos idiotas y pocos hombres, —Sí algo heredaste de mamá, es el pésimo gusto.
Justo aquel año, Franz Ferdinand estrenaría su nuevo álbum, Right thoughts, right words, right actions, por lo que Elizabeth deducía que Kapranos estaría cerca de Glasgow para visitar forzadamente a su hija.
Vania era un misterio para los fanáticos de la banda, era casi desconocida para todos y eso mantenía cierto orden para Kapranos, quien estaba convencido de que si su identidad – e incluso existencia- fueran conocidos públicamente, afectaría su imagen artística.
Estaba poco familiarizado con su propia hija, incluso poco cariño le demostraba, ya que hasta juraba no sentirlo. Su familia estaba fascinada con ella y no paraban de decirle lo mucho que se parecían, haciendo incomodo todo proceso de interacción humana entre lo que se suponía, tenía que ser normal al ser padre e hija.
—Es una niña preciosa – dijo Anne, hermana de Kapranos tan pronto la vio en los brazos de su madre el día que fue alumbrada-, sí que se parece mucho a ti, Al
Alexander la miraba escéptico con una ceja arqueada, rezándole a cualquier Dios que fuera capaz de escucharlo que aquella niña no fuera suya.
Una petición ridícula pues era su viva imagen, era de ojos grandes, pestañas largas y cabellera rubia, que en esos momentos era muy escasa, no se parecía en nada a Fletcher.
—Se parece un montón a ti – dijo Paul en cuanto fue presentada a sus amigos de banda luego de que Anne haya insistido. De ser por Kapranos, sus amigos ni siquiera la hubieran conocido-. Mírala, pero si es chula
El líder hacia poco caso a sus comentarios, viendo desde lejos como sus tres amigos de toda la vida observaban cada detalle de ese pequeño ser que llevaba toda cadena de ADN de su parte.
—¿Y cómo se va llamar? – preguntó McCarthy dándole unos roces pequeños a su naricilla- ¿Tendrá un nombre griego difícil de pronunciar?
—No lo sé – vacilo el papá-, ya veremos eso después
—Es increíble como la prensa o los fans no se han dado cuenta – comento Paul meciéndola dulcemente-. Cuando lo sepan será una locura
—Nadie lo sabrá – asevero Alex atrayendo la atención de todos-. No me gusta ventilar mi vida privada y no quiero que se sepa
—¿Vas a ocultar la existencia de tu propia hija? ¿Eso es posible?
—Pocos sabían que ustedes tenían hijos – recalco haciendo referencia a Nick y Paul- y no veo que sea un problema, claro que se podrá
Ninguno era capaz de entender el comportamiento tan inverosímil que Alex tenía en ese momento, quizás no todos estaban diseñados para la paternidad y ahora sólo quedaba la resignación y simular que todo estaba como antes por el bien de la agrupación, o más bien, del propio Alexander.
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Van Tango | Franz Ferdinand Fic
FanfictionVania nunca estuvo en los planes de Alex, mientras que el cáncer tampoco en los de Michael. Parecía ser que ya no existía ninguna conexión entre ambos, hasta que la madre de Vania enferma y Michael necesita dinero topándose, en su desesperación por...