III

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-Esto no es gracioso, me la puedes devolver. A lo que me acerque demasiado a él y pude notar una erección un tanto llamativa. Me sujetó del brazo, suavemente y me susurro al oído. -¿Dame una razón para hacerlo? Y tal vez lo considere.

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   -Es mía, no debo de dar ninguna razón. 

-No te preocupes la tendré muy bien guardada, será nuestro secreto. -No te atreverías. Dije acercándome por completo hacia él.  Pude sentir su respiración un tanto acelerada, por lo que deducir que es mutuo y intenso. 

-No eres tan inocente como pareces. Pero no me interesas. Al escuchar eso sentí sed de venganza, por el hecho de que me haya dejado en la friendzone. Sin haber intentado nada por lo que decidí que esto va hacer un juego y la ganadora seré yo. Así que rose mis labios junto con los de el y le susurre. -No es el interés, sino atracción. Dejándolo embobado me aparté de él y me dirijo hacia mi habitación con la caja en mano. 

Coloque la caja encima de la cama y por un momento sentía esa necesidad de que las cosas aumentarán. Pero al abrir la puerta veo a Matt con un mueble, parecía no importarle el peso ni el tamaño y en fin. No paso a mas, me ayudo a desempacar y a organizar. Para ser un chico arrogante tiene creatividad para colocar las cosas y que queden perfectamente bien al combinarlas. Al terminar nos sentamos en el sofá, claro se sentía esa sensación de incomodidad aunque hubiesen pasado unas cuantas horas y no me pareció nada extraño que no habláramos de lo que pasó, así que decidí romper el hielo. 

   -Quieres pizza, ya son las seis. Debes de tener hambre.

Miró su teléfono y suspiró, parecía cansado. 

-Claro. Dijo viéndome a los ojos y dándome una leve sonrisa. -Deque la prefieres?

Tan mal la paso?

-De lo que a ti te guste.

   -Ok, me gusta mixta. Tomo mi teléfono y intento llamar, pero recuerdo que recién me acabo de mudar y que el número es otro, que tonta. Matt me mira y parece como si me leyera la mente. -No tienes el número cierto. 

  Alzo mi mirada hacia donde está y con un leve movimiento con la cabeza afirmó. -Lo sabía, dame tu teléfono. Se lo entregó y veo como registra el número de la pizzería y que veo, su número. 

Matt Walden +1(----------------)

-En caso de emergencias.

   -Emergencias? para ello está el 911.

-Será solo para emergencias importantes, ni más ni menos. -Esta bien ya entendí. Llamó a la pizzería y ordenó un mixta, esas son las mejores. El tiempo de espera fue de unos 20 minutos, en el transcurso del tiempo fue lo mismo silencio entre ambos, solo se podía escuchar la televisión al fondo con un volumen moderado. Al llegar el repartidor pague y lleve esa hermosa y magnífica pizza a la cocina, la coloque sobre la isla que estaba casi al centro de la cocina. 

-Ya era hora. Dijo dándole un mordisco a la rebanada de pizza. Parecía tener mucha hambre pues se comió cinco rebanadas y no eran para nada pequeñas. 

Pasó el tiempo y la pizza se convirtió en una caja vacía con migajas, no era tan desagradable estar con Matt después de todo tiene su encanto claro solo por el físico. Realmente no lo conozco y sé que no debo de juzgar sin antes conocer pero esto es un juego. 

-Bueno debo de irme, gracias por la pizza. Se dirige a la sala y tomó su teléfono que estaba en una mesita a lado del sofá. Sin decir más abre la puerta y veo cómo se va cerrando de a poco. -Adios. Dije cuando la puerta estaba completamente cerrada. No se me hacia extraño que mi madre no haya regresado pues estaba con los vecino, lo más probable es que estén festejando mi madres es una excelente abogada, es por tal que estemos en esta casa.

A la casa parece faltarle algo, tal vez un poco de compañía o estaba cansada y lo que necesitaba era dormir. Pero no planeaba dormir hasta que llegase mi madre, por lo que decidí ir a la sala y ver televisión tal vez eso me ayudase a no dormir pero fue inútil. Al sentarme en el sofá sentí esa pesadez y comodidad el sueño era inevitable y a los pocos minutos mis párpados se van cerrando, el cansancio era demasiado.

-Laura.

Al escuchar mi nombre noto que alguien esta frente a mi con su mano en mi espalda. No sabía si ya hubiese amanecido o si aun era de noche, pero pude visualizar mejor esa voz  femenina. -Madre.

-Hija que haces aquí? Deberías estar en tu recamara.

   -Eh? Que querías esta cámara?

-Ven vamos a tu recamara, te ves muy cansada.

Parecía estar inconsciente y con anestesia a la ves. Al llegar a mi recamara mi madre me coloco entre las sábanas y solo pude escuchar. -Descansa lau...

Tanto había trabajado como para quedar tan exhausta.

-Matt? Donde estamos y por qué me has vendado?
-Porque es una sorpresa, ya veras. Pude notar esa brisa del mar tan cálida y la arena en mis píes, se sentía tan real. Puso sus manos sobre la venda y la fue retirando poco a poco. Al sentir esa brisa en mi rostro veo a Matt con un traje de gala severamente sexy.

-Laura, me gustas y quiero que seas solo mía. Junto con sus palabras me abrazo y me be...

-Laura estas despierta? Necesito hablar contigo.

Todo Cambió, Matt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora