II

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En fin, Robert no se encontraba por cuestiones de salud de su abuela, tuvo que viajar a Londres para cuidar de ella y pasar tiempo con su verdadera familia, como tíos, tías etc.

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Y bueno Matt Walden, como lo dije su madre Marta el no se había presentado puesto que tenía algo importante que hacer por lo que no "nos presentaron." y así fue con el paso del día ellos se quedaron por poco tiempo pues cuestiones de trabajo se tuvieron que retirarse, algo que me llamó la atención fue que mi madre ella, es estudiada en leyes por lo que al igual ejerce la abogacía buscaba un trabajo y quemas que dos abogados trabajadores, el Sr. Walden le ofreció una entrevista a mi madre puesto que es el jefe del bufete. El bufete es una empresa donde se encuentran despachos de abogados que se desempeñan en diferentes rama del derecho.

Al llegar a la puerta visualice cómo sería ese chico que es mi vecino y que creen. Era todo eso y más. -Abro la puerta y veo al vecino, de perfil con el teléfono en mano a dos gradas de la entrada, a lo que el se percato de mi presencia y me observa de pie a cabeza.

Matt Walden, que no hay palabras para describirlo. Pero trataré, un chico alto de aproximadamente 1.88, cabello castaño liso, ojos azules. Un cuerpo de dios griego, con ese toque de chico malo y sus tatuajes.

Pero qué clase de compañía me trajo mi madre.

Sentía como mi cara se sonrojaba al verlo, por lo que decidí quitarle la vista de esos ojos azules y enfocarme en algo que no fuese él.

-Si me dejar entrar o tendré que quedarme a cuidar la puerta? Dijo un tanto molesto.

A lo que yo saque mi conclusión de que es un patan. Y poco cortes, lo contrario de sus padres.

-Hola, soy Laura. Y por lo que veo no tienes modales y bueno no queda de otra. Pasa, siéntete en casa. -Note en su rostro que mi comentario no le había agradado pero sin embargo lo tolero. Entró a casa y se quedó en la entrada, me observó y al instante se dirigió al sofá.

Al acomodarse en el sofá me volvió a observar pero hoy con más intensidad, que la primera vez. -Si notas, que soy un chico y tu ropa es muy llamativa y un tanto provocativa.

Al escuchar eso pude sentir un cosquilleo leve en mi entrepierna. Su voz era tan sexy que me provocó una mini orgasmo, tonto pero cierto.-Te incomode, no eres tan dulce como tu madre piensa. Pude notar que mi comentario te gusto.

-De qué hablas. Es absurdo, es mi vestimenta la que criticas. Es más es mi casa y por ende puedo estar como a mi me plazca. Y no, no me gusto no se que tipo de chica crees que soy pero me imagino que el tipo de chica que a ti tanto de llama la atención son las fáciles.

-Mi gusto de chicas es variada, y dije que mi comentario te agrado pues se puso un tanto roja y incómoda. Oh no es así Laura.

Diablos, este tipo y su voz. Es jodidamente hermoso y a la vez tan arrogante.

Dos horas oh más con este tipo y lo mató. Al pasar el tiempo recordé que tenía que desempacar y que mejor que él. Seras mi burro de carga.

Me levanté del sofá y apague la televisión, al igual el hizo lo mismo pero con su teléfono. Me dirigí a donde estaban las cajas y llegue las que no pesaban tanto, al bajar de las escaleras pude ver a Matt observando y viendo como cargaba las cajas, una por una.

-Quieres que te ayude? Oh lo puedes hacer tu sola. Vi en sus ojos esa malicia de chico coqueto, que me provoco dar un mal paso en el quinto escalón y me resbale llendome hacia atrás con una caja de ropa interior mía.

Al sentir su mano en mi espalda y la otra en mi cintura, note que tenia una fuerza fascinante. Pero algo no cuadraba. La caja, estaba sola en el suelo, estaban mis bragas una y otra oh encima de otra y vi a Matt observaba cada braga mientras aun me sostenía.

-Para ser el primer día que nos conocemos, esto si es una buena bienvenida. Que la vecina me muestra sus bragas, no es como me lo imagine pero por algo se empieza.

Pero que acababa de pasar! Mis bragas, el vecino, yo en sus brazos, mis bragas! Diablos.

-Bájame, ahora! A lo que él no entendió y siguió viendo las bragas en el suelo. -Matt, por un demonio bájame ahora!

Al percatarse de mi incomodidad lo puso aún más complicado. -Bien tranquila, te escuche solo dejame ayudarte a recogerlas.

Me soltó y vi como se agachaba para agarra una de mis bragas de encaje de color negro muy provocativa, a lo que me acerque rápidamente a él y trate de quitársela pero fue inútil.

-Devuelvemela!

-Te salvé la vida, esto es mi recompensa. No te parece injusto. Pedirme algo que yo mismo me lo gane.

Verga, tenía razón pero una panty! Para que la va a utilizar, acaso me hará un amarre, o una brujería.

-Estas bromeando no? Tu con una braga. Ya devuelvemela. Dije al estirar mi mano frente a él.

-Has notado que si te devuelvo esta tendré mas de donde escoger.

Volteo la vista hacia mis bragas que aún seguían en el suelo, por lo que me apresure a recogerlas y ponerlas en la caja. Note que le causaba mucha gracia mi cara de vergüenza que se quedó viéndome como las recogía una por una.

-Esto no es gracioso, me la puedes devolver. A lo que me acerque demasiado a él y pude notar una erección un tanto llamativa. Me sujetó del brazo, suavemente y me susurro al oído. -¿Dame una razón para hacerlo? Y tal vez lo considere.

Todo Cambió, Matt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora