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¿Por dónde nos quedamos?

Ah, si. Una madre castaña fregaba los platos mientras pensaba en sus vecinos.

Luego de quitarse los guantes se dirigió al sofá, pero su acto fue interrumpido por unos golpes algo fuertes en la puerta.

«¿Quién será? ¿No sabe que existe algo llamado timbre?» pensaba irritada y a la vez cansada.

Vaya sorpresa se llevó cuando abrió la puerta y vió a una azabache muy alterada apoyada en el marco de su puerta.

Por otro lado; los dos chicos llevaban más de unos 15 minutos encerrados en el ascensor, cosa que alarmaba de una forma inimaginable a Freddy.

No es que tuviera fobia o algo parecido, sino porque había visto casos en la que la gente había muerto asfixiada o porque el ascensor paró de funcionar y bajó de una forma veloz hacia abajo dando un fuerte golpe y también porque estaba encerrado con un desconocido.

Uno demasiado tranquilo para estar en tal situación.

Freddy, alterado, pulsó por décima vez el botón de ayuda que tenía implantado el ascensor.

- Freddy, si sigues tocando el botón te lo vas a cargar. -

- ¡Nadie viene! ¿Seguro que has llamado a urgencias? ¿Me estás mintiendo? De seguro tu hiciste que esto se parase, aunque no creo que seas tan listo. ¿Osi? -

- Mira niño de mamá, a penas tenía batería así que en vez de liarme a hablar con un estúpido agente del 112 llamé a otra persona. -

- Es broma, ¿no? Dime que es broma. -

- ¿Me ves con cara de partirme de risa? -

- No, te veo con una cara de estúpido que no hace nada por nadie. -

- Lo que tu digas. -

El ascensor era algo amplio, así que Fred hizo que el espacio entre él y el otro fuera igual de amplio que ese, dándose la vuelta para mirar su reflejo en el espejo.

- Por tu culpa ahora nos vamos a morir. ¿A quién no se le ocurre cargar tu móvil antes de salir de su casa? -

- Tu ni lo trajiste, listo. -

- Porque no me dejan. De todas formas sigo sin creer que no hayas llamado al 112. No quiero morir con un idiota como tú. - Dijo Freddy golpeando la puerta atrancada del ascensor, haciendo que el azabache se enfureciera más.

Harto, se dirigió hacia el castaño y, con un semblante serio; hizo girar a Freddy, forzándolo a mirarle a lo ojos y luego lo inmovilizó contra la puerta, dejando al de ojos azules sorprendido y a la vez, bastante asustado.

- Mira niño de mamá, yo tampoco quiero morir con un estúpido que no sabe hacer nada por su cuenta y lo único que hace es estorbar o empeorar las cosas. Así que para o te juro que aquí el que morirá serás tú y no por culpa del ascensor. Y si no quieres morir, quédate en el rincón y no te muevas de allí hasta que salgamos, y si, vamos a salir porque yo sé lo que hago, no como tú. ¿Vale? -

➤_ Mi Vecino ||FrededdyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora