Capítulo 2

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Sin embargo, nada mas dejó la dichosa hoja, fue devuelta 2 segundos después, como si alguien estuviese al lado de la puerta.
"¿¡Qué diablos!?".

— ¿¡Hola!? — gritó con un poco de cansancio, ya que la situación le parecía una tomadura de pelo — No me hace ninguna gracia. Abrid la puerta, por favor.

Cuando dijo aquella frase culminante de desesperación indeleble, se oyó una voz, un tanto masculina, aparentemente de una edad avanzada, a la par que robótica, ya que provenía de un altavoz con apariencia antigua.

— ¡Hola, recluso 81507! — dijo, con intención de transmitir tranquilidad, a pesar de que daba totalmente la sensación contraria — Bienvenido a la Cámara de Pruebas.
— ¿Eh?

"¿Ha dicho mi número?", dijo, haciendo referencia a la camiseta que portaba que él llevaba.

— Us-us-ted ha sido transportado a esta cámara por un indebido comportamiento en la sociedad — dijo, un poco entrecortado, como si fuera un disco rayado, y que no parase de repetir palabras.

Xavier no comprendía lo que estaba ocurriendo, hasta que recordó lo que hizo no mucho tiempo atrás.
"¿Será por...?", pensó, dando alusión a un cometido pasado.

— Oye, no será por aquél robo, ¿verdad?
— Correcto, recluso 81507.
— P-Pero...

Rápidamente, el locutor interrumpió las palabras de Xavier, como si no estuviese escuchando aquella voz juvenil.

— Acceda a la habitación siguiente, si es tan amable - dijo, ofreciendo paso a otro posible zulo como el anterior.

Con muchísimo miedo, avanzó lento, con una hipertensión notoriamente molesta.
Nubló su vista.
Una bajada de azúcar está pronta.
Solo pasaban preguntas no retóricas por su cabeza:
"¿Por qué aquí, y no en una cárcel?", pensaba.
"Aunque, ahora que lo pienso, esto para mí es una verdadera cárcel", rectificó mentalmente.
Solo quería respuestas, pero al único ser errante, a la vez que inmóvil, no se las daba.

Castigo PerpetuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora