El principio de algo nuevo.

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Era una noche lluviosa, Seungwoo se encontraba desesperado por un poco de inspiración.

Salió de su casa frustrado y de repente sus pasos lo llevaron a un lugar oscuro. Un cementerio.

Confundido por haber acabado en ese lugar se adentró a el sin ningún tipo de preocupación. Caminaba entre las tumbas mientras su cabello caía encima de sus ojos. Cada vez la lluvia se hacía más fuerte pero algo dentro de él le hacía seguir hacía delante.

A lo lejos vio una pequeña figura que se encontraba hecha bolita sentado al lado de una tumba. Extrañado se acercó lentamente hasta quedar delante del muchacho que se encontraba allí.
Se llevó unos minutos para reaccionar y sin pensarlo mucho dejó caer su chaqueta en los hombros del pequeño.

¿Estás bien?- Preguntó el mayor.

Seungwoo se golpeó mentalmente por su pregunta, era obvio que el chico no estaba para nada bien.
El pequeño levantó su mirada llena de lágrimas y negó suavemente.
El chico de tez blanca le tendió la mano a la que el chico sentado en el suelo aceptó sin rechistar.

Deberías ir a casa, vas a enfermar.- Dijo en un pequeño susurro.
No importa.- Soltó entre lágrimas.
¿Quieres venir a mi casa?- Preguntó dudoso.

El pequeño encogió sus hombros y caminaron en un silencio cómodo para ambos mientras llegaban.
Al llegar Seungwoo miró cada centímetro del menor.

Me llamo Seungwoo, ¿y tú?- Preguntó curioso.
Soy Dong Pyo.- Dijo nervioso.
Deberías darte una ducha.- Sugirió el mayor.

Dong pyo se sentía como en una nube, hace unas horas se sentía devastado y ahora estaba en casa de una preciosa persona a la que le era inevitable poder dejar de mirar.

No tengo ropa.- Dijo jugando con sus dedos.
Quizás tenga algo que pueda quedarte bien.- Sonrió.

El chico asintió sin nada más que decir. Mientras Dongpyo se duchaba la puerta se abrió y dejando ver el cuerpo tan perfecto del mayor tapado por una fina capa que lo envolvía.

He venido a traerte una toalla.- Dijo señalando la misma.

No pudo evitar observar el cuerpo de Dongpyo mientras pequeñas gotas calidas descendían por él.

Gracias.-susurró.

El mayor dejó la toalla en el lavabo y estaba dispuesto a salir justo cuando la voz del pequeño lo detuvo.

¿Te puedes quedar aquí?- Preguntó timidamente.

Seungwoo se volvió extrañado pudiendo ver la cara sonrojada del menor, no pudo evitar sonreír. Asintió y se apoyó en la pared llena de vapor.

¿Sabes cantar?- Preguntó emocionado.
Claro, sé cantar.- Dijo el mayor algo avergonzado.
Quiero escucharte.- Pidió mientras sus mejillas volvían a tonarse de un sutil color rojo.

El chico comenzó a cantar suavemente mientras Dongpyo lo admiraba desde la ducha. Cuando el mayor terminó de cantar ambos se vistieron con sus respectivas ropas en habitaciones distintas y luego fueron al salón a reunirse.

Hoy ha sido sin dudas el mejor día de mi vida.- Se sinceró el pequeño.
Me ha gustado estar contigo.- Dijo sonriendo.

El mayor abrió sus brazos y Dongpyo se acurrucó en ellos.
Ninguno había sentido ese sentimiento antes, ese sentimiento de estar completos.

No quiero irme de tu lado.- Susurró entre lágrimas el menor.
Entonces no te vayas nunca.- Dijo mientras pegaba más a su cuerpo al pequeño.

En el lugar más oscuro, incluso en el menos inesperado puede haber una pequeña persona esperando a ser amada. La vida no son más que momentos que al final te llevarás contigo, no dejes escapar ninguno de ellos, puede que sea loco, pero puede que esa locura se convierta en lo mejor que has podido hacer.

Eres mi ángel.- Dijo el pequeño mientras miraba los ojos del mayor.

Poco a poco sus labios se juntaron acabando en su primer beso, el principio de muchos más.

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Lo siento si cometí muchas faltas de ortografias.

Espero que disfrutéis de la lectura bellas personas. 💕

Mi ángel. (OneShot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora