Esa noche...

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¡HOLA! 

Espero disfruten esta pequeña historia.

En una noche, una que parecía más normal que cualquier otra cosa, aún así todo tenía un aspecto tétrico e irremediablemente oscuro estando dentro de aquel departamento, el cual me era muy conocido. 

Mis pasos silenciosos por el angosto pasillo que da a las habitaciones, las tres puertas abiertas dan la luz necesaria para poder ver por donde voy. Acaricio la pared blanca con las llemas de mis dedos, parando al llegar a la segunda puerta, la mitad de mi silueta se plasma en el closet que esta a mi otro costado. El sonido sordo proveniente del televisor es lo único que puedo percibir.

Aguanto la respiración antes de girarme hacia la habitación, la alfombra gris es lo primero que veo antes de comenzar a subir la mirada, encontrandome con la cama, en ella se encntraba mi suegra sentada mirando el televisor.

Ella mira la pantalla distorsionada sin pestañar, está perdida en si misma, al grado de no girarse cuando comienzo a caminar hacia ella, las manchas blancas y negras de la pantalla volvia mas tetrico este momento. Cuando intento tocarla para llamar su atención, mi nivio se acerca a mi lado asustandome por un momento, el cual vuelve al ver su mirada tan perdida como la de su madre, era como si estuviera sola en un museo de cera.

Me quedo de pie al costado de la cama, sin saber que hacer ni si debería decir algo, ni que pasará si es que emito sonido alguno, cierro los ojos con la esperaza de estar en un sueño, pero una vibraación hace que mire hacia la ventana, las cortinas comienzan un vaiven lento por la brisa.

Otra vibración, esta vez más fuerte y otro más y más... Hasta que parecen pasos de algo muy grande y aún así nada los perturbaba. Me arrodillo sobre la alfombra y me tapo los oidos cuando ese algo comienza a rugir como animal salvaje.

"¡Ríndanse ante mí, sus esperanzas ya no sirven ante mi llegada. Vengan conmigo o sufrirán un peor destino!" Escucho en mi mente con la misma intensidad de los rujidos de allí afuera, sus gruñidos eran su lenguaje nativo o eso era lo que logré pensar, pero en mi mente su mensaje era traducido innegablemente, como si su lengua hubiera estado enraizada a mi fisiología.

Veo con desesperación a los que estaban conmigo en la habitación, nada. Nada lograba sacarlos de ese estado, sus respiraciones acompasadas era claa señal que les importaba una mierda o estaban disociados en un grado muy elevado. En cambio a mi me tenia con los nervios de punta, aquella voz que a mi parecer había salido del inframundo o por lo menos de un vocalista de metal con unas fuertes cuerdas bocales me hacía querer estar en cualquier otro lugar.

Con temor recorriendo cada centimetro de mi me arrastro hasta la cama, subiendome con lentitud, no quería decir nada. Cuidadosamente comienzo acercarme mas a la ventana, ya teniendo el corazón latiendo tan rápido que por un segundo creí que saldría de mi pecho, todo esto parecía salir del pandemonio, tan cruel, tan sádico, toda una pesadilla... Los gritos que sin hacerse esperar resuenan por todos lados. Y solo eso me había hecho pensar aquella voz y su discurso de esclavista.

Solo su voz hizo falta para que estuviera temiendo por mi vida, por la vida de los tres que nos encontrábamos ahí. intenté conectar mirada con alguno de los dos, sabiendo en lo mas profundo de mí que nada serviría, era estupido, ellos estaban en otra sintonía y no les importaba todo lo que estaba pasando.

Tenía tantas dudas, tanto miedo, pero la curiosidad me ganó, tenia que ver quien había hablado, tomo la cortina haciendo un pequeño espacio para mirar afuera las cortinas.
Las luces se apagan cuando un brazo arranca los cables, eso me hace retroceder e instintivamente mirarlos,  dandome cuenta que a pesar de ya no haber electricidad, ellos no les importaba, seguían mirando fijamente el televisor.

PesadillaWhere stories live. Discover now