Un sueño que nos deja caer en un agujero de ilusiones.
Obscuridad y un infinito silencio
Sin recuerdos, con preguntas, únicamente siento un gélido soplido en mi piel y sin cesar un miedo absoluto se presenta en mi, siento algo cubriendo mi rostro, algo que no me permite ver mi alrededor -¿Dónde estoy?- comienzo a moverme y descubro que tengo una atadura en la muñeca derecha que impide mi libertad, toco mi cara para retirar el objeto de tela negra que la cubre y al hacerlo finalmente veo mi alrededor, estoy en una habitación desconocida con una luz verde en una colchón sin cobijas o almohadas, me pregunto como llegué aquí, sin sacar conclusiones intento liberarme de la cuerda que me sujeta con fuerza, finalmente consigo desajustarla un poco, lo suficiente para sacarme de esto, intento pararme pero siento un punzante dolor en distintas partes de mi cuerpo, extiendo mi brazo hasta la orilla del colchón para jalarme, finalmente lo consigo y veo el suelo, tiene un gran charco de un líquido rojo y espeso, tal vez no esté en mi mejor momento pero hasta un tonto puede notar que eso es sangre, sin darle importancia me lanzo al suelo; la luz de la habitación se torna roja eso me pone en un estado de alerta y me apresuro a rodear el enorme charco espeso, a lo lejos veo un caballo blanco de ajedrez, me parece familiar así que me impulso hasta tomarlo pero al hacerlo mi vista se empieza a nublar y empiezo a escuchar a lo lejos una canción vieja que proviene de un tocadiscos, levantó la mirada y estoy en una habitación con paredes de madera, veo mis manos y descubro que este no es mi cuerpo, estoy en el cuerpo de una chica desconocida que se encuentra atada a una silla de metal, se nota que está o... estoy inconsciente ya que todo parece una ilusión, veo borroso y aunque cierre y abra los ojos para limpiarlos sigo sin notar algún avance, escucho voces en mi cabeza diciéndome que me levante y corra pero no puedo hacer caso completamente, las voces se van disolviendo en el aire mientras se escuchan pasos en un viejo piso de madera que rechina, alguien se acerca, una luz tenue invade la habitación y con ella un señor alto y voluptuoso que se aproxima al mueble que sostiene el tocadiscos y de repente la vieja canción deja de soñar, ahora el señor viene hacia mí, siento como toma mi cabello por la nuca jalándome bruscamente la cabeza hasta mirar el foco verde en el techo de la habitación, de un segundo a otro veo el puño del hombre que se dirige a mi cara a toda velocidad y...
Todo se torna negro.
Abro los ojos y regreso a mi cuerpo, sigo estando en el suelo sosteniendo la pieza de ajedrez que ahora se encuentra rota -¿Qué fue eso?- creo que me acabo de desmayar y tuve algún tipo de visión extraña, tal vez fue provocada por alguna contusión, no le doy importancia y me sigo arrastrando hasta encontrar algún tipo de salida de esta fría habitación hasta que por fin veo una puerta de metal, intento llegar pero mis piernas entumidas me lo impiden y por mis brazos se empieza a sentir un hormigueo incómodo, se escucha un estremecedor golpe en la pared, levantó la mirada y se aproxima a mí el mismo hombre voluptuoso de la visión que tuve al sufrir la contusión. Lentamente, siento el miedo fulminante en mi cuerpo e intento dar la vuelta a mi cansado cuerpo para intentar escapar mientras escucho de su boca unas torpes palabras que lo hacen denotar algún problema mental -¿A dónde vas pequeño conejito?- el hombre toma con fuerza estrepitosa mi tobillo y me jala lentamente hasta su cuerpo para después arrastrar sus brazos debajo de mi cuerpo y levantarme, provocándome un dolor incomparable...caigo inconsciente.
