Tarde 9

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Después de nuestro inesperado encuentro en la cafetería, te seguí viendo en el Instituto tu ibas a tus clases y yo a las mías —lastima no estamos en el mismo nivel— y así pasó una semana y yo no dejaba de ir en las tardes a la cafetería yo creo que están apunto de darme una tarjeta de cliente frecuente por todas las veces que voy a quitarme mis penas con café.

Un día que iba camino a la cafetería, te vi a lo largo que estabas saliendo de esta y pues me sentí aliviada que no tenía que pasar vergüenza como la otra vez.
Yo caminaba tranquila con el corazón apunto de salirse de mi boca cuando te detuviste al frente mío y me dijiste:

—Hola, eh tu eres Maya verdad?— me dijo con su hermoso tono de vos
—Ss...si— logre decir llena de nervios, desde la ves que me atrapó antes de mi caída nunca lo avia tenido tan serca, su embriagante olor a colonia masculina mezclada con menta hacia que me escapara de desmayar a sus pies
—Es que la vez pasada te vi en la cafetería, no se si lo recuerdas, tenías un libro y un bolígrafo y resulta que el bolígrafo lo dejaste olvidado— saco la mano de si bolsillo y me lo entregó, con la mano temblorosa lo agarré
—Emm gracias—
—Y pues no te lo di en el Instituto porque siempre estábas como con prisa y no lograba hablarte— Esperen un momento, ¿Estoy soñando? Ósea Ryan Goldman el chico más guapo-para mi claro- me estaba hablando, sabía de mi existencia y mi nombre, y me estaba entregando mi bolígrafo, esto debería ser un sueño.
—Muy amable de tu parte— le dije casi sin aguantar el calor de mis mejillas, por la vergüenza-hay me muero-
—No es nada, por cierto ¿que libro leías?—
—Emm leo muchos a la vez, pero con el que estaba es vez era Verónica Decide morir de Pablo Cohelo—
—Que interesante, yo leía La quinta montaña de el mismo— no puede ser le gusta el mismo escritor que a mí esto es un sueño
—A que bien— logre articular nada más
—Emm... bueno fue un gusto hablar contigo Maya, hasta luego—
—Hasta luego— logre decir.

El se marchó y yo me fui a la cafetería me senté y pedí lo de siempre, sentía que el corazón se me iba a salir, las manos me sudaban y estaba helada, no lo podía creer.
Creo que pediré otro café y más fuerte.

Esta iba a ser una tarde de café pensando en ti.

Tardes de café sin ti #1 [Terminando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora