Tarde 19

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Narrador omnisciente

Maya entró a las 3:30 de la tarde al sala se cirugía, su cuerpo entró en estado de shok a las 4:00 de la tarde media hora después de empezar la cirugía a corazón abierto, su corazón no soporto y entró en paro cardio respiratoro a las 4:10 de la tarde, no lograron sacarla de crisis y falleció a las 4:20 de la tarde a la edad de 17 años.

—Familiares de Maya Ray— está era la parte más dolorosa de un médico entregar malas noticias a los familiares
—Yo— dijo la madre de Maya y junto con ella se levantaron Tara y Ryan—Como está mi hija?—
—Lo siento mucho Señora Ray, su hija no soporto la cirugía, entró en paro y su corazón se detuvo—
—NOOO!!— gritó ella tirándose al suelo Tara llegó a abrazarla también llorando, y Ryan sólo se quedó de pie en shok sin creer lo que decía el doctor.
Tara se levantó y le entregó el sobre que Maya le había dado unas horas antes
—Ten ella quería que tuberías esto si no salía con vida—
—Gracias— fue todo lo que pudo decir tomó el sobre y se marchó.

Se subió a su motocicleta y condujo lo más rápido que pudo hasta el lugar donde tenía la sorpresa de Maya preparada, el sabía que no lo lograría por eso tenía todo preparado, llegó a la cafetería Jean le abrió la puerta y se marchó, así que Ryan quedo sólo en medio de un camino de velas que daban dirección a la mesa para dos en la cual habían conversado semanas antes.

Se sentó y frente a el una imagen de Maya que logró conseguir por medio de su mejor amiga, ella sonriente y se recordó al día en que lo llegó a traer al hospital.
Abrió el sobre y en el estaba un cuaderno Diario de Maya<3  decía en la tapa y otro sobre con una carta dentro, no tuvo el valor de abrir el diario así que tomó el sobre con la carta y lo abrió, leyó en su mente imaginando la dulce voz de Maya:

Querido Ryan:

Se que de esta no voy a salir y por este medio pienso decirte lo que siento.
Me gustas, desde la primera ves que te vi, me enamoré de tus hermosos ojos color café, y tu hermosa sonrisa.
Talves tu no sientas lo mismo por mi, pero lo que yo siento por ti es muy fuerte, te quiero y quiero que seas feliz con una buena chica, que te valore y cuide.
No se como hiciste para saber lo de mi arritmia pero pareció lindo que te preocuparas por mi, sabes el día que te fui a traer al hospital sentía que se me iba a salir el corazón de los nervios, incluso lo siento ahora que escribo esto.
No sabes la falta que me harás, tú, Tara y obvio mi mamá, que a pesar que estuvo ausente por trabajo no dejó de preocuparse por mi.
No tomé tu consejo de dejar el café, claro ya lo sabes.
Me dolió el alma saber que pedias mi opinión para algo que tenía que ver con otra chica, pero estaba hasta cierto modo feliz por ti.
Quiero que leas mi diario, donde escribo todas las tardes de café sin ti que pasé.
También quiero que te cuides y nunca dejes que esa hermosa sonrisa se apague y esos hermosos ojos color café no se vuelvan vacíos.

Con amor  Maya Ray<3

Su letra era la más hermosa, al igual que ella.
—Muy tarde Maya, mi sonrisa y mis ojos no serán los mismo desde hoy— decía observando la fotógrafia de ella— Me gustas sabes, tenía pensado decirtelo el día que te llevo la ambulancia, por eso estaba cerca de ahí cuando pasó todo, quería invitarte aquí el día de hoy, pero no pudiste venir, te pedí tu opinión porque no quería hacer algo mal para ti, y sabía lo de la arritmia porque mi abuela falleció de lo mismo, y la golpista que recibi fue por parte de mi padre ahí está tu respuesta a todo— volvió a ver la carta y notó que tenía unas cuantas gotas secas en el papel y pensó que Maya estaba llorando a la hora de escribirla.

Ryan conversó con la imagen de Maya un rato confesando sus sentimientos y diciéndole que leería su diario, no ahora más adelante porque no estaba listo, tomó la imagen de ella el sobre y se marchó del lugar hacía su casa, ni su padre ni su hermana estaban así que se fue a su recámara y lloró como cuándo su padres biológicos murieron, lloró como cuándo su madre adoptiva falleció, ahora había perdido a otra persona tan especial como lo era Maya.

Con lágrimas en los ojos se levantó y fue a su ventana, encendió un cigarrillo y dijo

—Dijiste que pasabas tardes de café sin mi, ahora seré yo quien pasé noches de cigarrillos sin ti— dio una calada y otra y otra más y murmuró al vacío— a ti te daño el corazón el café, Entonses que a mi se me dañen los pulmones por los cigarrillos—.

Tardes de café sin ti #1 [Terminando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora