Enamorando a Milk ♥ -Gochi-

VI

Paso 5: Compartir un momento especial.
(Segunda parte)

La música suena en todos los rincones de la gran casa, empieza a aturdirme, si bien nunca he sido agüafiestas, no tengo cabeza para bailes extraños (Por ahora).

Saco de mi bolsillo un pequeño papel, en este, Bulma me escribió todas las "indirectas" que me mostraría para decla... para de... para declarar... ay, aun no puedo procesarlo.

Miro a mi alrededor, parejas bailando, las luces de colores iluminando la sala y el equipo de sonido al lado de los... ¡Bocaditos! *u*

Me acerco a la mesa donde están bocaditos de todo tipo... oh Kami, ¡Este es el cielo! Bueno, todos estan concentrados bailando así que dudo que alguien note que voy a robar algunos (muchos)

Cojo una bandeja de alfajores, y lo vacío en una bolsa negra que traje de mi casa; así con los tequeños y los panecillos. Ya con mi bolsa llena, pienso que me va a dar sed, asi que me sirvo un poco de limonada (o eso parece) en un vasito que estaba cerca. Pero al acercarme la bebida, tiene un olor muy extraño que me hace estornudar exageradamente haciéndome temblar.

Odio, mi, vida.

Con el movimiento, mi bebida se a derramado en el equipo de sonido, ¡No! La música dejó de sonar y sentí la mirada de todos sobre mi.

- Emm... eh... ¡Ey, no se suponía que esto era una fiesta!? -y como si aún hubiera alguien que me quisiera en el mas allá, la musica se reanudó con la misma intensidad, seguido con el grito eufórico de todos los bailarines.

Reí nervioso y me limpié el sudor de la frente. Al menos aún no había roto nada, aún. 

- ¡Goku! ¿Qué haces perdiendo el tiempo? -apareció mi amiga peliazul abriéndose paso entre la multitud.

- ¡Bulma! ¡Que bueno que te encuentro!- tenía que gritar para que pueda oírme con el sonido al tope. Bulma vestía un vestido corto pegado a su cuerpo de color ¿violeta? Eso parece, tampoco quiero fijarme tanto, me gusta vivir.

- ¡Eres un tonto! ¡Te dije que no te alejaras... Vé a hablar con Milk! ¡Por más que te lo dejo anotado igual lo olvidas!

- ¡Pero pensé que tú!... ¡Sí, ahí voy! ¿Dónde está?

- ¡Ese no es mi problema, búscala tu, yo ya hice bastante!

Ay pero que genio, seguro Vegeta no le da

Salí del salón principal, pasando por los largos pasadizos hasta llegar a la puerta trasera.

Su jardín es increíble... creo que hay alrededor de 10 especies distintas de flores, camino por el sendero marcado mientras admiro las flores que me rodean, ando tan distraído que no me fijé de la grada que estaba delante de mi. Estuve a punto de caer, me tambaleé desesperadamente como si estuviera aleteando rápidamente, con ayuda de mi otro pie, me logré estabilizar pero con una pose ridícula: con las piernas ligeramente dobladas, mi torso hacia adelante y mis brazos estirados, como un ave jaja

- ¿Goku? ¿Qué haces aquí?

Me enderezo- ¡Hola, Milk! -me di un lapo en la frente- ay, lo siento, no debí gritar- rasqué mi mejilla que ya se estaba tornando roja, traté de mostrar mi mejor sonrisa. 

Milk estaba realmente bella... tenía un vestido de un color rosa de un tono muy bajito que parecía blanco, su vestido le cubría las rodillas; tenía su cabello amarrado en una cola alta con unas flores adornando su cabello y unas bailarinas rosa. Parecía realmente una hermosa escultura, tan linda ella sentada en esa banca frente al pequeño lago.

Es tan adorable ¡parece una niña!

Pero su rostro... sus ojos brillantes que se lucían a la luz de la luna me decían que algo no estaba bien.

Me acerque a ella ignorando los estrepitosos latidos de mi corazón (sí, esa palabra la aprendí hoy). Ella tenía la mirada en un punto fijo.

Me senté a su lado y dudé si tocar su hombro o su mano... lo ultimo que quisiera es incomodarla.
Y como... no, no sé ni cómo describirlo... Ella buscó mi pecho y hundió su rostro dando sollozos débiles, supongo que como un acto reflejo, la abrazé, acercándola más a mi.

No sé que decir, este acercamiento... siento que es tan especial, sé que escucha los latidos de mi corazón y yo empiezo a sentir los suyos, nuestros latidos se sincronizan  como si fueran uno solo. Acaricio su cabello con ternura... nuestras mejillas rozan, la  suya está húmeda, lo que me confirma que ha estado llorando todo el día. Desconecto con todo lo que me rodea, centrándome en este momento y entonces me olvido por completo mi propósito de esta noche.