here we go again;

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Mis ojos se posaron en él, me sorprendí de verlo sólo, más de cómo sus facciones parecían gritar necesitar a alguien, claro, no era de esperar viniendo de él.

Quería creer que era el destino, yo había llegado solo a la fiesta y JaeBeom también, pero yo sabía perfectamente que solo era cuestión de segundos verlo coquetear con YoungJae, no tenía ni siquiera porque preguntarme que era lo que haría dado a su situación, siempre era así y ello me provocaba enojo y hacía que mis entrañas se revolviesen, provocando en su mayoría que quisiera vomitar encima de los dos.

No éramos novios, ni amigos cercanos, aun no conocía muchos aspectos de él, pero siempre me enfurecía la manera en que siempre coqueteaba frente a mis ojos con ese tipo, me molestaba como lejos de los demás me miraba a los ojos y sonreía descaradamente, mientras tenía entre sus brazos a YoungJae, presumiéndome que aquel chico era merecedor de poder besarlo y tocarlo en público, como si se refiriese a si mismo de un premio.

No éramos nada, aun así se daba siempre la libertad de mirarme lo suficiente para hacerme sentir extraño, se daba la libertad de buscarme a mitad de la noche y besarme cuando nadie más nos miraba. No todo había siempre sido así, JaeBeom solía revolotear a mi alrededor, y yo me limitaba a ignorarlo, porque no me podía dar la anchas de sólo juzgarlo, aunque de cualquier modo era un egocéntrico, uno que me hacía odiarlo, y querer arrancarle el cabello, esa sonrisas llenas de narcisismo, todo su ser era lo bastante estupefacto para hacerlo a un lado o para querer golpearle la cara cerca de mil veces, hasta el punto de dejarlo lo sufrientemente feo como para que dejara de sentirse la gran cosa al menos por un par de meses o días, y no era porque realmente fuese feo, era atractivo, de verdad que lo era, pero la gente suele perder –al menos en mi punto de vista – el encanto cuando tienen esa clase de esencia, de sentirse lo mejor de lo mejor, cuando quizá ni siquiera lo son, no lo tomen a mal, tener autoestima es bueno, pero al nivel de ese tipo que ahora me tenía enrollado en su dedo como si fuese un accesorio, no era bueno. Aun no entendía como había terminado de aquel modo con él, no entendía cómo era posible denigrarme a mí mismo por solo obtener un par de besos y unas cuantas caricias vacías, era como un juguete de su colección, y yo había caído totalmente cuando simplemente me dijo que era lo suficientemente bonito, ni siquiera había sido un gran adjetivo, pero aun así estaba ahí, y eso era lo peor, es decir, existían mejores palabras, como guapo, atractivo, ardiente, algo, pero si bien, era demasiado ingenuo en aquel entonces para entenderlo y sólo dejarme llevar por un buen par de palabras y una escena cliché de algún libro sin gran sentido en sus argumento o continuidad.

Como era de esperar, YoungJae ya estaba encima de él, besándolo, coqueteando con él, devorándoselo y mientras lo besaba mantenía los ojos abiertos, viendo directamente hacía mi dirección, como si quisiera darme celos, como si intentase burlase de mí, sin serle suficiente con sólo tenerme en un rincón y buscarme cuando nadie más lo mirase.

—Imbécil. — hable quedadamente, apretando mis puños y alejándome lo suficiente, teniendo solo como resultado el molestarme conmigo y sobre todo con él.

Mi vista se paseó por él túmulo de gente, tratando de alejar la idea de tener que volver a besar sus labios, los cuales iban a estar besados por otros tantos, sino es que cientos. Me quedé mirando a la nada y en aquel punto se interpuso un chico lo suficientemente llamativo. Parecía intentar bailar, pero no era particularmente su estilo, aunque no podía negar la idea de que aquellos vaqueros que traía puestos acentuaban las partes correctas de su cuerpo. Era de esos tipos que parecían ser políticamente correctos, amarse lo suficiente sin pasar la línea, algo que quizá necesitaba, además, no había ningún compromiso de por medio que me comprometiese a estar atado a ese estúpido, pero sinceramente era yo más estúpido por dejar que aquella situación avanzara, por no colocar mis propios límites y nunca ser claro con él, ayudándolo a sólo elevar su ego y permitir que su cabeza se siga llenando de basura.

Los ojos del mal bailarín chocaron con los míos, le sonreí, él me sonrió de vuelta, y en menos de lo que esperé estábamos conversando, o algo así, parecía algo más parecido a lanzarnos un par de indirectas calientes, y ni siquiera sabía su nombre aun, pero esa era la función principal de aquella fiesta de la facultad, un buen filtreo sin compromiso alguno y a pesar de inicialmente tener la intención de sólo verme como idiota siguiendo a JaeBeom, termine obteniendo algo mejor.

—...Y entonces...— trató de recordar mi nombre, pero era obvio que nunca lo había pronunciado.

—Mark. — solté un risa.

—Jinyoung— se presentó, me gustó su nombre y como quedaba condenadamente bien con él, aunque también tenía cara de Peter, y si no me decía su nombre estaba dispuesto a decirle de ese modo.

—Entonces... Mark... ¿Quieres ir a otro lado? — yo asentí y deje que tomara mi mano para irnos fuera de aquella fiesta.

JaeBeom buscaba tener lo que deseaba fuese como fuese, no importaba si lo hacía de la manera más arrebatada o grosera, mientras JinYoung en una noche me mostró que era todo lo contrario, JaeBeom se amaba en exceso, mientras Jinyoung se apreciaba lo suficiente, lo bastante para poder apreciar a alguien más y poder admirar las cosas buenas que tenían los demás, sus besos eran cálidos y suaves, no acalorados y lujuriosos como los de él, pero sobre todo se tomaba la molestia de ser amable, aquellos descubrimientos fueron en una sola noche, no sabía porque pero estaba totalmente curioso por conocerlo aún más.

—Hola— me saludó el lunes por la mañana, jugueteando un poco con sus manos sin saber si tomar la mía, por instinto enganche mis dedos a los de él, haciendo que Jinyoung me sonriese, aun no estaba acostumbrado a sus manos, eran más grandes que las mías, y más fuertes, conservaban esa sensación suave, pero no aquella suavidad con la que me sentía cómodo, era un poco extraño.

—Hola— devolví el saludo, mientras los dos comenzábamos a caminar sin un rumbo, aunque claro mi cometido inicial era ir a clases pero quedarme un rato con él no estaba mal, ya se me ocurriría una excusa lo suficientemente buena para ir a clases. En el aire aún se sentía un poco de incomodidad con respecto a lo de la noche pasada, la cual pudo ser una de las mejores, pero en cuanto titubee el pelinegro me preguntó si estaba bien, a lo cual negué, así que al final de la noche se quedó esa ligera tensión, pero pudimos seguir hablando y darnos un par de besos.

Mi intención mental era clara, lo bastante para saber que no estaba mal si me daba la oportunidad de conocerlo y saber que era el significado de que te dieran tu lugar.

A lo lejos miré a JaeBeom venir, opté por ignorarlo tal como él lo hacía y disfrutar de la compañía de JinYoung.

—¡Mark! ¡¿Qué haces con él?! — di un saltó, como si se tratase de alguna explicación que debiese darle.

Él me estaba gritando, como si tuviese el derecho de hacerlo, lo que yo nunca hacía él se daba el derecho de hacerlo y no iba a permitir que fuese así.

[...]

funciono en el two/ three shot con uno por semana, ya sabemos, quiero suponer, sino bonjuor, coucou, salut

inspirado en boyfriend de ari ari osi

y pues nada, no sean mala pata, es mi primer - segundo- intento narrando en primera persona so abr si les gusta ;;

es como un reto para mi de mi osi XD

nos leemos luego, espero les guste un poco

boyfriend; markbumWhere stories live. Discover now