Capítulo 20: Su Xiyan

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Shang Qinghua hizo una mueca de disgusto mientras excavaba en la tierra espiritual poco a poco, sacando delicadamente el cuerpo de la planta enterrado debajo de la tierra. Por suerte no apestaba. Sin embargo, todavía sentía que estaba cometiendo un saqueo de tumbas.

Mo Beijun frunció el ceño cuando notó la incomodidad de Shang Qinghua —Muévete— dijo simplemente.

Shang Qinghua levantó la vista —¿Eh? ¿Disculpe, mi rey?

Mo Beijun se dirigió silenciosamente al lado de Shang Qinghua y miró hacia el agujero que Shang Qinghua había hecho. Shang Qinghua comprendió que quería desenterrar el cuerpo él mismo en su impaciencia, así que rápidamente se apartó.

Mo Beijun sacó su espada...

—¡Mi rey! ¡No importa, déjame hacerlo!— Shang Qinghua rápidamente detuvo a Mo Beijun antes de que arruinara todo e hiciera que los mataran.

Mo Beijun se detuvo después de que Shang Qinghua insistió en ello, pero sus ojos nunca dejaron a Shang Qinghua, quien comenzó a cavar lentamente de nuevo.

Shang Qinghua se sintió deprimido. Tres días eran demasiado poco tiempo para esto y con solo Shang Qinghua sacando este cuerpo. Mo Beijun probablemente lo destruiría y Mu Qingfang estaba a poca distancia, preparando sus propias hierbas espirituales para ayudar a la Flor de Rocío del Sol y la Luna aún en preparación.

—No puedo creer que mi arduo trabajo durante años se convirtiera en anfitrión para un montón de mierda— murmuró Shang Qinghua para sí mismo mientras se estremecía de nuevo. Finalmente, después de un tiempo sacó todo el cuerpo. Vestido, gracias a Dios.

Mo Beijun lo ayudó a sacar la planta/cuerpo del agujero y ponerlo al lado del suelo excavado. Shang Qinghua saltó con bastante facilidad y aterrizó junto a Mo Beijun, arrodillándose para verificar cualquier deformidad que pudiera evitar una resurrección exitosa. Un cuerpo que por lo menos, podría resistir durante unos meses...

Shang Qinghua hizo una pausa por un momento antes de usar su manga para limpiar sin cuidado la suciedad de la planta/rostro del cuerpo. Después de varias veces, el barro fue limpiado y se pudo ver un rostro hermoso. Shen Qingqiu dormía serenamente, tan frío como una cueva helada pero tan delicado como un copo de nieve. Sin embargo, se veía muy hueco y un poco espeluznante.

Shang Qinghua se sintió un poco escandalizado —¿Se donará un rostro tan guapo a esa basura?— Murmuró con incredulidad al tocar el rostro. Pero no menos de medio segundo después de que la punta de sus dedos tocó el rostro, la muñeca de Shang Qinghua fue agarrada y de repente estuvo de frente a Mo Beijun, quien reveló un rastro de insatisfacción en su rostro.

—¿M-Mi Rey?— Shang Qinghua no estaba seguro de lo que había hecho mal.

—No toques— dijo Mo Beijun con firmeza.

—¿B-bueno?— Shang Qinghua parpadeó y Mo Beijun soltó la muñeca de Shang Qinghua.

Shang Qinghua se frotó la muñeca y bajó la cabeza. Sollozos... «¿Qué hice mal? Este no es Shen Qingqiu, ¿de acuerdo? Esta no es la luz de luna blanca del jefe, ¡no me meteré en problemas si solo lo reviso aquí y allá! Además, ¡no es como si me atrajera un cuerpo hecho de una planta!»

—¿Te gusta...?

Shang Qinghua espabiló y miró a Mo Beijun con desconcierto. —¿Eh...?

—Él—Mo Beijun señaló el Cuerpo de la Flor de Rocío del Sol y la Luna. —¿Te gusta Shen Qingqiu?— Preguntó, su tono era tenso.

Shang Qinghua se quedó boquiabierto en absoluta confusión, sintió que su cerebro sufría un cortocircuito y su sistema decidió freírlo mientras aun podía. —¿Qué?— Shang Qinghua sacudió la cabeza con incredulidad. —¿Gustar?

El Libro Profético del Villano EscoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora