El Libro Profético del Villano Escoria

Capítulo 21: Un Acuerdo Al Final

Liu Mingyan sonrió con ternura, sus ojos brillaron de alegría cuando vio a Liu Qingge acercarse a Shen Qingqiu –quien estaba tocando el qin junto al estanque koi– por detrás. Shen Qingqiu se movió cuando sintió la presencia de Liu Qingge inclinándose hacia él, sus manos disminuyeron la velocidad al tocar las cuerdas a medida que Liu Qingge se agachaba y terminaba su canción con una maravillosa melodía dispersa.

Shen Qingqiu inclinó su cabeza hacia Liu Qingge, mirándolo, sus ojos eran suaves cuando Liu Qingge comenzó a hablar. Liu Mingyan no pudo escuchar lo que su hermano estaba diciendo, pero debía ser algo romántico (mejor que lo sea, o de lo contrario, ¿qué sentido tenía que Liu Mingyan lo entrenara sobre el amor?)

Liu Qingge se inclinó y se sentó junto a Shen Qingqiu con una mano apoyándolo mientras se inclinaba ligeramente hacia un lado, con un elegante gesto de coqueteo suave, notó Liu Mingyan. Parecían estar teniendo un momento tranquilo y divertido, lo que era una locura, porque teniendo en cuenta su relación en el pasado, nadie esperaría que actuaran así ahora.

Liu Qingge sacó una caja envuelta y Liu Mingyan escondió una risita cuando Shen Qingqiu tomó la caja, su encantadora expresión escondida detrás de su confiable abanico de papel mientras la desenvolvía. Era un raro té de tributo del reino en el oeste, parecía complacido por este.

Liu Qingge sonrió levemente, luego sacó un pergamino y le dijo algo a Shen Qingqiu en voz baja mientras el erudito señor de la cumbre lo tomaba. Probablemente era una carta de amor, su hermano era así de cursi. Liu Mingyan lo aprobaba.

Un niño se acercó corriendo hacia ellos, un chico muy guapo con una marca de belleza debajo de los ojos, llevaba el uniforme de la cumbre Qing Jing. El chico sonrió con toda su inocencia mientras le presentaba algo a Shen Qingqiu.

Shen Qingqiu lo tomó de la mano del chico, dudando un momento antes de asentir —Buen trabajo, Liu Fang— dijo. Su voz era tan tierna como los pétalos de las flores primaverales, tan clara como el cielo de verano y tan seductora como la brisa de otoño.

El chico le sonrió alegremente a Shen Qingqiu antes de arreglar su postura e inclinarse educadamente —¡Gracias, Shizun!

Liu Qingge sonrió levemente mientras tomaba una manzana del plato de frutas cerca de ellos —¿Dando cumplidos?— Dijo, casi burlonamente y Shen Qingqiu le lanzó una mirada sucia.

Liu Qingge miró al chico —Buen trabajo— dijo mientras tiraba la manzana en su mano al aire y la atrapaba de nuevo. —¡Atrapa!— Dijo simplemente y tiró la manzana en su mano al chico. Liu Fang atrapó la fruta y se rió juguetonamente de Liu Qingge.

—Cuida tus modales— Shen Qingqiu frunció el ceño.

Liu Fang saltó y se rascó la cabeza —Lo siento mucho, ¡gracias Shishu!

—Deja en paz al chico— dijo Liu Qingge mientras se reclinaba, apoyado sobre sus brazos. —No es lo peor que podría hacer.

—Solo dices eso porque es tuyo— siseó Shen Qingqiu.

Liu Mingyan se rió mientras miraba a su sobrino. —El tiempo fluyó como el agua, nunca esperaría que los dos que originalmente se odiaban hace tantos años pudieran ser así ahora. Junto con un niño— murmuró tiernamente y los dos señores de la cumbre la miraron extrañamente desde la distancia.

—Suficiente, tú. Deja de engañarte a ti misma— dijo Ning Yingying inexpresivamente mientras ponía una taza de té frente a Liu Mingyan. —Siempre eres así, ten un poco de simpatía con tu primo— dijo mientras tomaba su propio té.

—¡Tang-jie, buenas tardes!— exclamó Liu Fang y saludó a Liu Mingyan cuando se dio cuenta de su presencia a la sombra del árbol de higuera. Liu Mingyan le devolvió el saludo a su primo, suspirando decepcionada.