Era una hermosa noche estrellada en la aldea oculta entre las hojas donde resplandecía una brillante luna llena que alumbraba las oscuras calles, ahí mismo pero en un oscuro lugar se encontraba cierto chico pelirrojo contemplando ese cálido cielo.
Cuánto deseaba poder ser un chico normal, uno que apreciarán y quisieran, que lo vieran como un amigo, hermano, hijo, y no como una arma difinitiva para la protección de aldea de la arena. Esa maldita opresión que sentía en el pecho que lo carcomía todos los días, su padre el culpable de su miserable vida, por su culpa no pudo conocer a la persona más importante en su vida su madre, todos le temían al solo verlo, lo juzgaban sin siquiera conocer como es que él se sentía.
Ni siquiera le dieron la oportunidad de decidir si quería a ese maldito demonio que albergaba en su interior, porque si por él fuera nunca habría deseado esto. Lo único que lo acompañaba era esa soledad que cada día lo consumía más y más.
Pero al final de todo no era tan mala, ya una vez había confiado en alguien al que quería mucho y todo resultó ser una maldita farsa.
Esa fría noche en la que descubrió que la persona que le había enseñado sobre ese sentimiento tan puro llamado amor lo había traicionado intentándolo matar como muchas otras veces también lo había tratado de hacer su padre. Sin embargo su corazón se quebró en mil pedazos cuando se dio cuenta que al que había asesinado era a su tío Yashamaru.
Jamás podría olvidarlo porque a pesar que ya habían transcurrido varios años sobre ese doloroso suceso le seguía doliendo como el primer día, esa vez pudo darse cuenta de una sola cosa el único que lo podría amar era él mismo, vivía para él, se amaba él, asesinaba a diestra y siniestra solo para él, por eso es que en su frente llevaba el kanji. Ese siempre sería su recordatorio de que jamás en su vida podría experimentarlo ni sentirlo.
Pero había algo que lo inquietaba desde hace varias horas, más bien en alguien en específico, ese chico pelinegro de gruesas cejas que era genin de la aldea de la hoja y al que había derrotado dejándolo mal herido.
No podía negar que algo lo atraía de él, pero no sabía que, por primera vez sentía un extraño sentimiento que lo embargaba por cada fibra de su ser.
Cuando luchó contra él sentía una gran satisfacción el ver como se defendía de cada uno de sus ataques, era algo sorprendente como contraatacaba, desde ese mismo instante sintió como su interior se encendía y su cuerpo se envolvia en un fuego abrasador por la enorme adrenalina.
¿Cómo es que alguien podía estar a la par de él? Lo único que había provocado ese chico era que despertará su instinto asesino. Nunca había deseado tanto verlo sufrir, cuando lo atacó con su arena volvió a sentir esa opresión en el pecho, su mente le decía que no le hiciera daño, pero por otro lado el Shukaku le aconsejaba que acabará ya con su insignificante vida.
Estaba a punto de hacerlo de no ser porque su mentor intervinó en la pelea sino ya estuviera muerto. Ese.hombre con peinado raro le había dicho que Lee era una persona muy especial para él y que no dejaría que lo lastimará más, fue ahí cuando sintió una leve punzada en su corazón, pero que significaba, sentía mucha confusión, no entendía que era lo que le ocurría, cuando vio que se lo llevaron en la camilla pudo sentir una pizca de ¿tristeza? Pero ¿por qué? que era lo que le estaba causando ese chico.
Decidió olvidarse por un momento de todo, tenía que mantener la mente fría antes de que los recuerdos lo fueran carcomiendo.
Ya era pasada la media noche y aunque no quisiera debía regresar con sus estorbosos hermanos.------------------------------------------------------------------
A la mañana siguiente
Como era costumbre él se encontraba recargado en la ventana de la habitación contemplando a toda esa gente que pasaba, si tan solo él fuera un genin normal, que le dieran la oportunidad de poder convivir con la gente sin temor a que lo rechazarán, pero ya no ganaba nada con lamentarse ese era su castigo por haber matado a su madre, se lo merecía.
Entonces a lo lejos pudo divisar el hospital, fue cuando a su mente regresó la imagen de ese genin, necesitaba verlo, sabía que si iba podría descubrir que era ese extraño sentimiento, así que sin más se giró para salir pero una voz fastidiosa lo detuvo.
—¿A dónde vas Gaara? — Le cuestionó Baki
—Saldré por un momento, al rato regreso— Y sin dar más explicaciones salió de esa habitación
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En el hospital
En una amplia habitación se encontraba ese chico pelinegro durmiendo profundamente con esas grandes heridas en su brazo y pierna que le demostraban cual feroz batalla había tenido.
Sin embargo a pesar del diagnóstico que le habían dado, Lee no se daba por vencido, él tenía la seguridad de que volvería hacer un excelente ninja. Su sensei le había enseñado que ante cualquier adversidad con solo esfuerzo y dedicación podría superarla, y él seguiría luchando por su sueño de llegar hacer un gran shinobi de la aldea de la hoja sin la necesidad de poseer algún ninjutsu con el simple taijutsu marcaría una gran diferencia entre los ninjas.
El pelirrojo ingresó al hospital sorprendiendose que no había ninguna enfermera al cargo, así que sigilosamente caminó por los solitarios pasillos hasta toparse con la habitación donde se encontraba ese chico, lentamente abrió la puerta ingresando sin hacer ningún tipo de ruido percatándose que estaba dormido, a paso lento camino hasta quedar a un lado de la cama, mirándolo sin expresión alguna, levantó su mano acercandola al rostro del pelinegro, pero cuando estaba a punto de tocarlo una mano lo detuvo sorprendiendoló un poco.
—¿Se puede saber que haces aquí? — Le cuestionó el pelinegro poniéndose a la defensiva temblandole levemente la mano por la presión que estaba ejerciendo
—¿tienes miedo?— Preguntó el chico sin ninguna expresión en su rostro
—yo no te tengo miedo Gaara y jamás te tendré.
—eso suena bien.
Después de decir eso el pelirrojo le dio un suave beso en los labios sorprendiendo al pelinegro, Lee estaba en shock nunca pensó que Gaara lo besaría, pasaron unos segundos hasta que el chico correspondió el beso, era uno lento y tierno, de esos que te arrancan suspiros y te reconfortan el alma, estuvieron así por unos minutos hasta que se tuvieron que separar por falta de aire.
Lee le dedicaba una mirada confusa pero antes de que pudiera cuestionarle el porque lo había besado desapareció en una nube de arena dejándolo algo desconcertado.
El pelirrojo se encontraba en el bosque, dio un leve toque a su pecho justo en el corazón. Éste se encontraba desbocado latiendo desenfrenadamente ¿Que era lo que había pasado minutos atrás? ¿Por qué lo había besado? Eran tantas las preguntas sin respuesta alguna.
Aunque no se arrepentía de haberlo hecho, los labios de ese chico eran tan suaves como la seda. Por alguna extraña razón quería volver a sentirlos, tocarlos, saciarse de el hasta el cansancio.
¿Qué era ese sentimiento que cada vez le embargaba más a su cuerpo? podría ser lo que tantas veces su tío Yashamaru le había dicho, ese sentimiento puro y sincero que te carcome cada fibra de tu cuerpo, llenandote de una felicidad infinita.
Y es que por fin lo había entendido eso era amor, ese que tanto se lo había negado la vida, justo ahora lo sentía y comprendía en su totalidad.
Después de todo nadie esta excento ante ese sentimiento.
CONTINUARÁ...
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Extraño Sentimiento
FanfictionEsta es una pequeña historia 100% Yaoi y es un Gaara x Lee