El siguiente domingo, Ha Jin caminaba por el andén con varias bolsas de compras. No se le hacía difícil llevarlas, aunque su cuerpo fuera muy pequeño, tenía fuerza. Escuchó un sonido de una bocina acercarse, y allí vio aquel convertible negro otra vez.
— Entra.
— ¿Qué? —Cuestionó ella sin creer que Park Hyun Soo quisiera ayudarla.
— Si lo piensas mucho, me iré —Dijo él dispuesto a arrancar.
— ¡Voy! —Exclamó ella al tiempo que se dirigía al auto, puso las bolsas en el asiento de atrás y se sentó en el asiento de adelante, al lado de él— ¿A qué se debe esta repentina amabilidad?
— Es lo que cualquier hombre con modales haría —Dijo Hyun Soo arrancando el vehículo. La verdad, al verla tenía extrañas ganas de ayudarla y estar a su lado. Se dijo a sí mismo que sólo era por cortesía. Nada más.
— No te creo —Replicó ella. Luego, lo volvió a ver con un gesto algo divertido—. No me digas... ¿Pensaste que estaba triste por lo que me dijiste el otro día?
— ¡Por supuesto que no!
— No trates de mentirme, te conozco.
— Como sea.
Pasaron algunos minutos en silencio. En medio de eso, Hyun Soo pudo escuchar el rugido de hambre en el estómago de Ha Jin. No lo pudo dejar pasar.
— ¿Quieres comer algo?
La chica respondió con una amplia y emocionada sonrisa. Juntos, se dirigieron a un restaurante de comida casera. Hyun Soo estacionó el auto en el parqueo, puso el techo en su convertible para que las bolsas de la chica no fueran robadas y con ella entró al restaurante. Se sentaron al lado de una ventana. Ese domingo, ella ni él trabajaban.
— ¿Quisieras escuchar mi historia? —Se adelantó Ha Jin para aprovechar que él se veía más relajado ese día.
— ¿Y tú escucharás la mía? —Preguntó él. Fue algo que salió maquinalmente de sus labios. Había querido ignorarlo todo, pero su necio corazón no le obedecía.
— Será un placer.
Así, los minutos transcurrieron mientras las versiones de ambos salían a flote. Al terminar la plática y la comida, salieron del restaurante. Duraron tanto en su conversación —en la que también hablaron de otros temas y anécdotas— que la noche empezaba a llenar el cielo con su manto. Ambos se sentían más en confianza entre sí. Al escuchar el relato de Ha Jin, Hyun Soo no le pudo reclamar nada, puesto que todo coincidía con sus sueños, y también ella le ayudó a entender más puntos de la historia.
Quería estar más tiempo a su lado.
Antes de llegar al parqueo, Hyun Soo tomó la palabra:
— Quiero ir a un lugar que es perfecto para este tiempo ¿vienes?
— ¡Claro! Entonces... Ya te soy fiable ¿cierto?
— Quizá —Respondió él con una media sonrisa encantadora.
Juntos caminaron calle arriba. El tiempo pasaba silencioso, pero se sentía una atmósfera tranquila y agradable. Ninguno de los dos podía evitar tanta calidez que sentían dentro de sí. La luna que resplandecía en la noche seguía sus pasos, asegurando una dulce velada para ambos.
— Aquí es. Siempre vengo cuando necesito despejar mi mente, cuando estoy algo estresado o cuando tomo decisiones.
— Es hermoso —Dijo Ha Jin sintiendo cómo la suave brisa nocturna acariciaba sus mejillas.
— ¿Crees que nuestras vidas pasadas valieron la pena?
— Muchas veces me he preguntado lo mismo —Respondió ella entornando su vista a él—. Puede ser que todo eso me hice más fuerte, sin embargo, no le doy crédito a todo lo que sufrí. Pero, pese a eso, pude amar como nunca antes. Se podría decir que fui muy feliz.
— Bien. Casémonos, ven a vivir conmigo y tengamos una hija —Soltó Hyun Soo naturalmente.
— ¡¿Qué?! —Exclamó ella abochornada.
— ¿No querías escuchar eso? —Inquirió bromeando con ella.
Ha Jin rio a esto. Luego contestó:
— Tal vez me precipité en buscar al Wang Soo de antes. Me dedicaré a vivir mi presente. Ya no tengo que preocuparme por callar, por temer a que me maten a mí o a mis seres queridos. No se trata de que si somos los mismos del pasado. Ahora soy Go Ha Jin y tú eres Park Hyun Soo, siempre seremos nosotros mismos. Sin embargo, mis sentimientos no han cambiado... por ti.
Hyun Soo se limitó a regalarle una tierna sonrisa. Ella estaba en lo cierto. Su vida pasada y la actual seguían siendo las mismas. Y, según su corazón, en estos instantes sentía gran simpatía con la chica, desde el inicio, ella lo había atraído como un imán. Le agradaba esa perseverancia, su firmeza y su mirada llena de brillo. No le importaba lo que sufrieron en la era Goryeo, ahora tenían sus propios vidas y podían hacer lo que quisieran con libertad.
— Presentémonos de nuevo —Propuso Hyun Soo.
— Me parece bien —Aceptó ella.
— Soy Park Hyun Soo. Ya no soy rey, sólo soy un simple detective que no tiene nada que ofrecer.
—Soy Go Ha Jin. Trabajo en el campo de la cosmética. Antes fui una joven noble que amó al rey. Tampoco tengo nada que ofrecer ni nada que perder.
— Entonces...
— Este es un nuevo comienzo —Dijo Hyun Soo completando la frase de la chica—. Tú serás mi persona.
Ella le extendió la mano, a lo que él la estrechó. Ese apretón de manos simbolizaba el principio de una nueva historia. Hyun Soo tenía muchas expectativas en esa chica. Más allá de mundos pasados, su corazón le afirmaba que ella era por quien había esperado para ocupar ese vacío dentro de él. Se había asegurado todo este tiempo de evitar lo que su alma pedía a gritos, pero, allí estaba él, reencontrándose con ella, estrechando su mano y sintiendo afecto por ella.
En los labios de ambos se asomó una gran sonrisa, acompañada del avistamiento del amor. La luna fue testigo de la promesa que perduró por siglos y que esa noche, finalmente se pudo cumplir.
Fin.
- - -
¡Hasta aquí llega este pequeño desenlace! Aunque una secuela de este bello drama todavía no ha dado ni señas de humo, pues se vale imaginarse una de tantas posibilidades de cómo sería dicho reencuentro.
¡Muchas gracias por leer!
Ojalá nos leamos luego.
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Moon Lovers, Secuela - Mi Persona
Krótkie OpowiadaniaPequeña historia que relata cómo, en la época actual, el cuarto príncipe Wang Soo y Hae Soo se reúnen. Ahora, Hae Jin, quien vive con el recuerdo de su vida en la era Goryeo, intentará una vez más cambiar la historia que parecía tener punto y final.