III

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Día 1:

Era mi primer día solo en esa casa, mejor dicho, mi primera noche, ya que del asilo volvimos al anochecer. Voy a admitirlo, tenía miedo, y sabía que me iba a jugar en contra, ya que ellos se alimentan del miedo de las personas, y mientras más miedo tengas, más peligroso se vuelven.

Caía una primorosa y ligera llovizna. Hacía frío así que fui hacia el jardín a buscar un par de troncos para prenderlos fuego en el hogar y así poder calentarme, pero no había troncos, ni uno solo. Me tuve que despedir de un viejo árbol que estaba plantado ahí desde que nosotros éramos pequeños. Tenía mucha leña para calentar. Me puse un gorro, unos guantes y saqué de un cuartito que estaba en el fondo del jardín un hacha de metal. Estaba un poco sin filo y me tuve que tomar el tiempo de afilarla. No tenía ganas de hacerlo, pero me tenía que mantener calentito allí adentro, si no el frío me iba a ganar.

Termine muy de noche. Junté todas las ramas que había cortado del pino y me fui hacia adentro. Coloqué las ramas en el hogar, les tiré alcohol encima y prendí el fuego. El hogar daba justo sobre el sofá del living, así que me sentía como un rey.

El sofá del living de la casa estaba pegado contra la escalera, y en frente estaba la mesa ratona y el televisor. A la derecha estaba el comedor y antes de llegar a él, estaba el baño. Al frente izquierdo del living se encontraba la cocina, atrás del lado izquierdo estaba la puerta de entrada y la escalera. No sé por qué les digo esto, pero quería ponerlo.

Estaba viendo televisión, con los pies apoyados en la mesa ratona y en la escalera sentía la presencia de alguien. Creo que había visto a alguien. Era como una sombra. Levanté la cabeza para ver y no había nadie, pero sentía la presencia y una extraña pesadez. No estaba solo después de todo.

Llegó la hora de bañarme. No quería realmente, no porque no me gustara bañarme, si no porque tenía miedo. Me bañé lo más rápido que pude y gracias a Dios no pasó nada malo. Puedo decir que ese día la pase bien...

Día 2:

Me levanté de la cama y caminé hacia el baño a lavarme la cara. No sabía si estaba dormido o qué pero sentí algo detrás de mí. De inmediato me di vuelta pero no había nada. Vuelvo hacia el espejo y se veía un hombre de blanco detrás de mí. Nuevamente giré la cabeza hacia la puerta y no había nada. Me quedé mirando un momento con los ojos bien abiertos y luego volteé hacia el espejo y el reflejo no se veía. "¿Qué carajos fue eso?" pensé.

Bajé las escaleras para desayunar y prendí mi Laptop. Estaba bastante aburrido, todavía seguía de licencia laboral. Miré las cámaras de seguridad –ya que estaban conectadas a allí-. No parecía haber ocurrido nada paranormal en toda la noche, ni entre las doce y tres de la madrugada. Seguía haciendo frío pero ya no caía esa fina llovizna, así que aproveche el día para seguir cortando un par de ramas para el frío. Mientras hacía el trabajo escuché prenderse la televisión a todo volumen. Me pegué el susto de mi vida. Estaba muy concentrado con las ramas y se escuchó la voz del locutor a todo volumen repentinamente. Imagínense la situación... fui hacia adentro y apagué el televisor y se escuchó un silencio que ni el perro quería estar allí. Empecé a girar la cabeza para todos lados. Tenía mucho miedo pero sabía que si lo tenía, ellos se iban a volver más fuertes. Todos esos seres malignos se alimentan de su miedo. Fui hacia el jardín nuevamente y continué lo que estaba haciendo.

A la tarde fui a comprar una cámara de video para grabar las cosas que sucedían en primera persona, y pasé por una iglesia y compre un rosario, un agua bendita y una biblia. Soy un fiel creyente.

BullopWhere stories live. Discover now