Aquí estudio sólo el problema del nacimiento del cristianismo. La primera proposición para resolverlo es ésta: el cristianismo sólo se puede comprender partiendo del terreno en que ha crecido: no es un movimiento contrario al instinto judaico; por el contrario, es su consecuencia lógica, es una ulterior conclusión en la terrible lógica de aquel instinto. En la formula del Redentor: La salvación viene de los hebreos.
La segunda proposición es ésta: el tipo psicológico del Galileo es aún reconocible, pero sólo en su completa degeneración (que es al mismo tiempo una mutilación y una enorme adición de rasgos extranjeros) pudo servir para lo que estaba destinado, o sea para dar el tipo de un redentor de la humanidad.
Los hebreos son el pueblo más extraordinario en la historia del mundo, porque, colocados ante el problema de ser o no ser, con conciencia totalmente admirable prefirieron el ser a toda costa; y esta costa fue la falsificación radical de toda la naturaleza, de toda naturaleza, de toda realidad, de todo el mundo interior, así como de todo el mundo exterior. Trazaron un límite contra todas las condiciones en las cuales hasta ahora un pueblo podía y debía vivir, se crearon para su uso propio un concepto opuesto de condiciones naturales, invirtieron sucesivamente la religión, el culto, la moral, la historia, la sicología, de un modo irremediable, haciendo de él la "contraposición de sus valores naturales". Nosotros encontramos una vez más el mismo (fenómeno y en proporciones enormemente mayores, pero sólo todavía como una copia: la Iglesia cristiana carece, frente al pueblo de los santos, de cualquier pretensión a la originalidad. Precisamente por esto, los hebreos son el pueblo más fatal de la historia del mundo: con sus ulteriores efectos hicieron de tal manera falsa a la humanidad, que aun hoy el cristiano puede tener sentimientos antijudaicos sin comprender que él es la "última consecuencia del judaísmo".
En mi Genealogía de la moral he adoptado por primera vez, psicológicamente, el concepto de contraste entre una moral noble y una moral de rencor, de las cueles la segunda nace del no dicho a la primera: pero ésta es completamente la moral judío-cristiana. Para poder decir no a todo lo que constituye el movimiento ascendente de la vida, la buena constitución, el poder, la belleza, la afirmación de si mismo sobre la tierra, el instinto de rencor, hecho aquí numen, tuvo que inventar otro mundo, partiendo del cual aquella afirmación de la vida aparecía como el mal, como la cosa más reprobable en si. Desde el punto de vista psicológico, el pueblo judío es un pueblo que manifiesta una fuerza vital tenacísima, y que, colocado en una situación imposible, toma voluntariamente, por la más profunda habilidad del instinto de conservación, el partido de todos los instintos de la decadencia, no ya dejándose dominar por ellos, sino habiendo adivinado en ellos une fuerza con la cual se pues desarrollar contra el mundo. Los hebreos son lo opuesto a todos los decadentes: tuvieron que sostener el partido de los decadentes hasta dar la ilusión, y con un non plus ultra del genio histriónico supieron colocarse en el vértice de todos los movimiento de decadencia ( en calidad del cristianismo de Pablo), para crear de sí algo más fuerte que un partido cualquiera que afirmase la vida. Para aquella especie de hombres que en el judaísmo y en el cristianismo llegó al poder, la decadencia es un forma sacerdotal, es sólo un medio: esta especie de hombres tiene un interés vital en hacer que la humanidad enferme y en invertir, en sentido peligroso para la vida y calumniador para el mundo, los conceptos de bien y mal, verdadero y falso.
ESTÁS LEYENDO
El Anticristo》Friedrich Nietzsche
RandomEsta es una de las pocas obras que me han cambiado completamente mi forma de pensar acerca de lo que es la religión, espero que disfruten esta increíble obra de arte así como yo lo hice; sin duda es uno de los mejores libros que he leído.