Ante de la reserva, incluso antes del quiebre social, el mundo se regía por un sistema capitalista casi funcional. Donde el valor se hallaba en papel moneda impreso y sin el no podrías contar con algo tan básico, como lo era la comida.

Por años y generaciones este sistema pareció funcionar, pero el ser humano es un ser hambriento y con el poder que iban acumulando, comenzaron a proclamarse dueños de un suelo que realmente no era de nadie. La tierra fue dividida como si de equipos se tratasen y consumida con la misma gula con la que buscaban reproducirse.

Momentáneamente algunos países fueron cayendo víctimas de un capitalismo no igualitario, ni equitativo. Arrasaron con la fauna silvestre y cazaron animales para su propio usó o beneficio. Los estragos que iban causando no fue algo que pasará desapercibidos, pero a nadie le importaba, no lo suficiente al menos. Finalmente sus empresas consumistas y su contaminación, seco e infectó los cuerpos de aguas del mundo. Y su calor artificialmente producido inundó los cielos.

Volviendo a el calor, el principal problema.

El aire se extinguía, el calor infernal mataba las plantas, a los ancianos y niños. Poco podían durar en aquel estado de sofocación constante. La electricidad colapso en algún momento y ellos se destrozaron unos a otros buscando agua y sustentó. Los saqueos, la violencia, incluyendo las violaciones, se volvieron algo de cada dia. Entonces cuando creyeron que el calor era lo peor, y que este causarían su muerte.

Llegó el frio.

Vientos y ráfagas tormentosas que arrasaban con edificios enteros, enterrando vivos a cuántos humanos pudiera, tornados y tasas de mortalidad, por el clima, incrementaron en igual proporción. Solo selectos grupos lograron sobrevivir a la devastación. Y en ese entonces el viento, que aun era abundante, destrozaba las escasas cosechas que tan mediocremente lograron dar vida en aquellos campos gastados y casi estériles.

Los frutos que florecieron no eran tan abundantes o dulces como antes, su sabor casi muerto provocaba en las generaciones sobrevivientes una melancolía por aquellos buenos tiempos, que nunca tuvieron la dicha de experimentar en carne propia.

El conocimiento en ese entonces era de dominio público, pero lejos de aprender sobre los hechos, comenzaron a exijir nuevamente a las tierras que trabajaban. Buscando imponer otra vez aquel sistema que tan duramente había fracasado. Fue entonces cuando la civilización volvió a dividirse. Aquellos que no dejaban ir al pasado, furiosos por tener que sobrevivir y los que ahora eran conocidos como sabios.

Los cuáles eran pocos y se aislaron en la ahora conocida reserva que con tanto esfuerzo y sacrificio habían logrado levantar de la nada. Ellos prosperaron y murieron dentro de los muros, reproduciéndose moderadamente y transfiriendo el conocimiento a sus hijos y nietos. Adentro era un verdadero paraíso auto sustentable.

Afuera el caos de una civilización enojada, próspero con una ira inculcada, donde sus hijos, quienes nacían de forma abundante, eran injustamente recibidos en aquella sociedad dura y cruel. Solo una parte de los recién nacidos sobrevivían, la otra se convertían en hombres y mujeres monstruosos a merced de su propia violencia.

Ambas civilización convivieron en el mismo espacio y tiempo, pero apartadas los unos de los otros. Decisión que los sabios habían tomado para le seguridad de los suyos, pues los de afuera eran seres traicioneros, que nada les costaba arrebatar la vida. Y fue así como terminaron prosperando cada quien de distinta forma.

Hasta que un nuevo problema llegó a ellos. Problema que se cosechó de forma lenta e imperceptible hasta que fue demasiado tarde. Pues los sabios, comenzaron a notar como la taza de maternidad de afuera había descendido considerablemente. Y cuando ellos le dieron la importancia que merecía, ya los había alcanzado también.

El problema de la futura extinción no alteró a los de afuera, que lejos de preocuparse siguieron con sus violentadas vidas. Los sabios por otro lado, decidieron intervenir buscando la fertilidad y recurrieron a las mujeres, que ya lograrían dar a luz a la última generación.

El procedimiento fue únicamente con fines científicos, por lo que no hubo sexo en absoluto, solo tratamientos y filtros con espermatozoides donados.

Se contaba con solo ocho mujeres jóvenes. Por lo que algunas lo lograron y otras murieron en el proceso, junto a sus hijos quienes estaban aun en sus vientres.

Solo cinco bebes nacieron. Dos niñas y tres niños. —No hubo madres sobrevivientes—. Y cuando las niñas llegaron a la edad adecuada de dieciséis años, ellas fueron parte del proceso de maternidad. Fue un proceso en el que Aurora, una chica delgada y pálida, no logro destacar, pues su útero era tan infértil como las viejas tierras de afuera. Lydia por otro lado, una morocha de piel morena, había logrado crear vida en su vientre.

Los sabios festejaron por ello. Incluso Aurora lo hizo modestamente, aun con el peso de su propio fracaso. Pero la alegría se marchito cuando la vida se extinguió, en tan solo su tercera etapa de gestación.

No fue culpa de Lydia el haber abortado, su cuerpo simplemente había atacado a la masa de células que formarían a un futuro bebe. Dejando estragos en el antes jovial útero. Y los sabios, volviéndose consientes del dolor que habían provocado en la muchacha, decidieron dar fin de una vez por todas al proyecto.

Dejando que la naturaleza volviera a tomar su rumbo.

Con el pasar de los años, algunos ancianos fallecieron a causa se su edad, solo quedaron dos sabios. Adán y Eva. Quienes eran primos.

Por otro lado, dos de los cinco jóvenes que habitaban la reserva terminaron por marcharse. Lo que terminó con solo cinco personas en aquel monumental lugar.

Ya resignados a la extinción los jóvenes y los sabios pasaron sus dias en modesta calma. Aurora se integró con las plantas, siendo ayudante de Adán, quien era cada año mas víctima de su vejez. Lydia por otro lado, estaba presa de su propio enojo y se hizo de los campos de entrenamiento, donde destacó, nuevamente, como una gran acleta.

Eliot quien era de tés canela y cabellera negra como el carbón, que llegaba hasta sus hombros y cuyos ojos verdes aceituna deslumbraban. Era la única causa de que ambas se reunieran momentáneamente.

Generalmente en las noches, cuando el se encargaba de acostar a una cansada y débil Eva. Era entonces cuando los jóvenes merodeaban las inmensas instalaciones o se quedaban en la cocina pasando el tiempo.

Era una existencia casi solitaria la que llevaban. Pero también era tolerable.

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2020 ⏰

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