— ¿Yo? — Soltó una carcajada — ¿Gustarte? Por favor— dijo irónico —A ti te gustan los engreídos esos, con dinero, popularidad y autos deportivos— describió con exactitud a Imasu.
—Tú me criticas mucho sin siquiera conocerme— empecé a acariciar su cabello.
—No necesito conocerte más para saber cómo eres— contesto seguro
—Ya te lo dije Alec— mientras me acercaba lentamente a sus labios —Voy a hacer que te tragues tus palabras— susurre sobre sus labios, los cuales entreabrió esperando que lo besara. Pero, al contrario, lo solté y de un brinco bajé el escalón. Sacándole la vuelta camine hacia la puerta. En segundos Izzy y Max bajaban las escaleras.
—Alec — dijo el pequeño — ¿Puedo ir a casa de Ty?— perfecto tendríamos la casa para nosotros solos.
—Está bien, pero pasarse por ti a la misma hora que por Izzy— le dijo y Max sonrió.
—Lindas botas Magnus — dijo Max riendo
—Lo ves...— alargue dirigiéndome a Alec —Tu eres el único que no las aprecia. — Le reclame
—Si claro— dijo sarcásticamente —Bien sabes que te estás muriendo por ponerte tus zapatos y tirar esas a la basura. — tenía razón.
Después de detenernos en una tienda de juguetes, para comprar un regalo, dejamos a Izzy en la fiesta de cumpleaños y a Max en casa de su amigo. La fiesta terminaba a las ocho de la noche, así que tendríamos casi tres horas y media solos.
— ¿Cuánto fue de lo de Izzy?— pregunto sacando su billetera de la bolsa trasera de su pantalón.
—No fue nada— deje mi bolso en uno de los sillones de la sala —Fue un regalo que yo le hice a Izzy— era verdad, además yo creo que Alec se infartaría con la cuenta, cualquier persona lo haría. Excepto mi madre que tiene cosas más importantes que hacer que revisar en que uso mi tarjeta.
—Claro que no— dijo serio —Te lo pagare ¿Cuánto fue?— pregunto nuevamente
—Ya te lo dije.
—Si estas tratando de quedar bien, no lo vas a lograr comprando a mi hermana— me señalo con su dedo índice.
—Es de mala educación señalar a las personas— baje su mano —Y no— reí —No estoy tratando de quedar bien, y mucho menos tratando de comprar a tu hermana. — No mentía —Además ¿por qué me interesaría quedar bien contigo? ¿Quién te crees? — levante mi ceja izquierda.
— ¿Lo ves?— hablo y dio un paso hacia mí —Primero me besas, te beso, te 'ofendes'— seguía acercándose a mí y por ende comencé a retroceder —Dices que solo tú puedes jugar conmigo, luego te gusto y ahora no soy nadie importante— su mirada era tan intimidante, -Estúpida pared, como te atreves a evitarme el paso- ya no podía retroceder más —Ves porque te considero un tonto, egocéntrico, que solo piensa en lo que quiere y le conviene, que...— no lo deje seguir con mis 'defectos' y como otras veces lo tome del cuello y lo atraje a mí, solo que ahora yo marcaba el ritmo evitando que notara mi inseguridad ya que no estaba muy confiado de que me siguiera. Pero al parecer me equivoque.
Apego su cuerpo al mío, tanto que ni la más mínima corriente de aire era capaz de pasar entre nosotros, sus manos se posaron en mi cintura sosteniéndome con firmeza.
Su lengua se introdujo de abrupto en mi cavidad, el roce de su carnoso miembro con el mío era algo delirante. El abastecimiento de oxígeno en mis pulmones comenzaba a disminuir. Me separe de sus labios tratando de recuperar la mayor cantidad de oxígeno posible, eche mi cabeza hacia atrás dándole el acceso total a mi cuello, el cual con desenfreno comenzó a besar volviéndome totalmente loco.
Regreso a mis labios, rosaba, mordía, succionaba, hacía con ellos lo que le placía, y por mí, no había problema alguno. Una de sus manos que masajeaban mi cintura mortalmente comenzó a bajar hacia mi cadera hasta llegar a mi pierna, alzo está a la altura de su cadera, en automático entendí y me sujete de su cuello, sin nunca separar nuestros labios me levanto como si pesara menos que una pluma, rápidamente forme una llave con mis piernas alrededor de su cintura para evitar ser atraído hacia el piso.
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Me, Myself & I (Malec) [ADAPTACIÓN]
FanfictionMagnus Bane pensaba que lo tenía todo. Popularidad, perfección, amor. Hasta que lo perdió todo, dándose cuenta del mundo superficial que lo rodeaba. El. El chico rudo, Alec Lightwood había llegado para cambiar las cosas, pero sobre todo para cambi...