El interrogatorio (camren)

Capítulo 1

Estaba tan fuera de lugar que no podía comenzar a imaginar. Nunca había visto algo así, pero no podía apartar la vista del entretenimiento. Como una niña, y sé que soy una mujer, pero me sentía como una niña aquí, rodeada de todos los adultos, de Winston-Salem, Carolina del Norte, nunca imaginé que fiestas como esta existieran, mucho menos soñado asistir a una, especialmente vestida como estaba. Incluso escribir sobre eso me da un vuelco.

Hoy había gastado el salario de medio mes en el equipo, dinero que no podía permitirme gastar, ya que estaba bastante segura de que iba a estar sin trabajo el lunes por la tarde. Estuve en el área de la Bahía de San Francisco por negocios. Trabajé para una pequeña empresa de software en Winston-Salem, y el dueño de la compañía, mi jefe, nos vendía a una gran empresa en Silicon Valley. La compañía que nos compró nos invitó a todos a entrevistas el lunes y el martes para ver a cuáles de nosotros tenían la intención de retener. Estaba segura de que no me querrían, al menos no con un salario que estaba dispuesta a aceptar para vivir en el costoso mundo del área de la bahía. De vuelta en Winston-Salem, era dueña de mi propia casa. No era mucho, y había costado incluso menos, pero sabía que si vendía mi casa, tal vez podría pagar unos dos pies cuadrados de bienes raíces en San José.

Fue una amiga de los juegos quien me contó sobre la fiesta. Las jugadoras no eran tan comunes, así que cuando nos conocimos hace varios años en los juegos en línea, reconocimos a los espíritus afines. Las dos supimos de inmediato que la otra era una chica real, no un hombre que se hacía pasar por mujer, lo cual era muy común. Pero habían pasado años antes de que ambas supiéramos que compartíamos algo más en común: ambas estábamos en el sexo depravado. A excepción de Dinah, ella realmente experimentó el sexo perverso. Yo solo puedo fantasear con eso.

La llamé cuando supe que iba a estar en su ciudad natal. "¡Voy a California!" Me preguntó cuándo e inmediatamente me invitó a "una fiesta el viernes por la noche," pero no me había ofrecido detalles hasta que llegué.

Ella lo había llamado una fiesta fetiche y me dijo dónde comprar un atuendo. Me miré por un momento, increíblemente cohibida. Estaba vestida como el personaje Ginn de Stargate Universe, alguien con quien me había enamorado desde el primer momento en que apareció en la pantalla. Estaba vestida todo de cuero marrón, excepto mi cinturón de cuero negro y mis botas. Polainas de cuero marrón, túnica de cuero marrón que terminaba como una falda y una chaqueta de cuero que ondulaba mientras caminaba. 

Dinah lo había llamado una fiesta fetiche y me invitó como su cita, pero luego me llamó esta tarde y me dijo: "Estoy enferma como un perro. Te daré instrucciones, y puedes venir a recoger la invitación, pero no puedo ir contigo." Había gastado todo mi dinero en el atuendo, así que dejé que me convenciera de ir. "Diviértete," dijo cuando me dio el boleto.

Nunca nos habíamos conocido en persona antes. Fue muy extraño pararse en la entrada de su condominio y ver a una amiga que nunca había conocido en persona antes, pero a quien le había compartido algunos de mis secretos más profundos.

Había llegado esperando que esto se pareciera mucho a una fiesta de convención en la que la gente se vistiera como personajes de anime. Había estado en algunos de esos, pero nunca me había disfrazado. Y esto era un poco así: todos estaban vestidos bien. Y ahí fue donde terminó la similitud.

No era una fiesta de disfraces. Era una fiesta de sexo.

Dinah me animó a tomar un taxi para la fiesta, lo cual había hecho, y el taxi me dejó frente a un almacén. Le pagué al conductor y luego le di una propina para que esperara cinco minutos en caso de que estuviera en el lugar equivocado. No estaba en el lugar equivocado. Me dirigí a la puerta principal para encontrar un par de hombres grandes que actuaban como gorilas. Habían pedido mi invitación; Se los mostré y les pedí que confirmaran que estaba en el lugar correcto, luego me di la vuelta y saludé al taxista para que se fuera.