Capítulo. 1

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10 años antes.

Salgo de casa de mi padre, camino tres cuadras hasta llegar a la parada de autobuses. Cuando llego no veo a nadie, vale, hay una mujer, no siento miedo.

Tomo asiento y reviso mi móvil, 8:30 de la noche. Llegan mas personas, hombres y mujeres esperando por el autobús. Vuelvo a revisar el móvil, 9:15, vale esto se esta tardando.

Pensaba llegar a casa antes de las 10:00 p.m, pero no llega el autobús. Un señor se a cerca a mi, finjo estar hablando por teléfono y el hombre se va. Vaya fue extraño.

¡Por fin llegó!

Tomo mi bolsa y subo a los últimos asientos, vuelvo a checar la hora, 10:00 p.m, genial. En el camino solo me dispongo a escuchar música.

El autobús me deja dos cuadras antes de llegar a casa, se ve obscuro, mi colonia no es tan segura así que adelanto el paso. Siento pisadas cerca de mi, volteó por curiosidad y es el mismo tipo que se me acercó en el bus.

Vale, mi vecino no es.

Llego a la puerta de mi casa, pero me detengo a responder la llamada entrante de mi padre, pero algo me lo impide.

Caigo al piso por un fuerte golpe en la cabeza, siento como ese señor me carga casi inconsciente. Como puedo pataleó, y trato de gritar, grabé error. El señor vuelve a golpearme, esta vez me duerme.

Despierto en un lugar solo a la luz de la luna, por ahora solo tengo cabeza para preguntarme que pasa, a parte del gran dolor en la cabeza y cuerpo.  Y entonces escucho su asquerosa voz.

–Por fin despiertas.

No respondo. El señor camina hacía mí, trato de retroceder pero no puedo, desde ya puedo ver que mis pies están amarrados.

Sin decir nada, me arranca la ropa, menos el pantalón y mis bragas, pues están amarrados mis píes, quiero llorar.

Trató de gritar, pero este con una de sus mano tapa mi boca con brusquedad, mientras con la otra recorre mi cuerpo.

Me muevo como puedo para que no me toqué, lo hice enojar, pues me da una bofetada y de su pantalón saca algo que se ve como un cuchillo, lo se porque gracias a la poca luz el objeto brilla un momento cuando la ladea, es una navaja. La acerca a mi cara, y me hace besarla, la recorre por mi cuello y en mis pechos hace círculos con ella, baja hasta mi ombligo y hace como si la quisiera enterrar, vuelvo a escuchar su voz.

–Si no cooperas, te mató.

No digo nada, pero dejo de luchar algo que ya perdí.

No hay luz, solo me alumbra la luz de la luna, me quedó mirándola un momento, como si dependiera de ella para que no me pasara nada. Temo de mi vida.

Vuelvo a la realidad cuando la mano de ese señor toca mi parte íntima, solo cierro los ojos, no puedo mas, mi llanto no para.

Sin previó avisó introduce un dedo en mi, arqueó la espalda, no gimo por excitación, lloró y grito porque me duele.

Mete dos, mete el tercero, comienza a meter y sacar rápido, tan rápido que siento mi parte abrirse en dos, como si fuera a romperse. Saca los dedos de mi, puedo ver su sombra desvestirse.

Se posa encima de mi, y por fin los ojos de mi violador y los mios se conectan, este sonríe al momento de meter su miembro en mi.

Grito con todas mis fuerzas, pero nadie puede ayudarme.

Mi vagina duele, me estaba penetrando tan fuerte que me hizo sangrar, me desgarró por dentro, me desgarro el alma.

Cuando termino estaba amaneciendo, aun no en su totalidad, pero ya se veía claro.

Me golpeó tan fuerte como pudo, no me dolió tanto como me dolió lo anterior, pero no pude defenderme. Casi inconsciente estaba cuando se acercó a mi, me jure jamas olvidar su mirada y su voz asquerosa.

–Nos vemos.

Fue lo último que dijo, cuando me dio el ultimo golpe.

Perdí la noción del tiempo, desperté en una cama de hospital.

Mi arco iris entre nubes grises. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora