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El Inicio

Finalmente, después de muchos años de investigación y tratamientos, su sueño se hacía realidad.

Al fin tenía a su bebé.

El no podía albergar tan hermosa criatura en su cuerpo, pues esa gracia solo había sido concedida a ellas. Y ellas ya no querían hacerlo, desde hace mucho tiempo.

Tampoco es que quisiera que una de ellas hubiera cuidado de su bebé.

Con el permiso de ellas, bajo razones que todavía no comprende, y que no quiere comprender, le dejaron acceder a la Tumba Sagrada de la Vida. El famoso lugar de descanso de todas ellas, las que habían dado al mundo una preciosa vida entregando la suya en el camino.

Todavía no entendía que las motivaba a dejar a un lado su vida por traer estos bebés. Ellas explicaban siempre que cada uno de estos bebés tenían un futuro excepcional, un gran destino que cumplir, y que sus progenitores, para garantizar ese destino, debían dejar el mundo físico y unirse al alma de su estirpe. De todo lo demás se encargarían ellas.

Sin embargo, la Tumba Sagrada de la Vida es sólo para ellas.

Ellos tienen otro lugar. La Tumba Sagrada de la Muerte.

A la gente no le gusta estar ahí. Prefieren evitar ese camino y ni hablan de el a menos de que algo sumamente importante lo requiera.

A él no le importaba. Todo por su bebé.