Epifanía

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Tengo frío, ¿ Me puedes oír?
Volaré sin esperanza, sin miedo
Y el suelo se burla de mis alas
Caigo en picada mientras canto, caigo en picada mientras...

Twenty One Pilots - Isle Of Flightless Birds

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| Levi |

La habitación de mi cuarto estaba completamente a oscuras, la luna se alzaba en lo alto y su luminiscencia nos brindaba un poco de claridad para poder ver en la tenebrosa noche. Todo era silencio en el hospital a estas horas, cualquiera diría que es como en las películas de terror, que los espíritus salían o los muertos volvían a la vida y atacarían en cualquier momento. Pero, para mí, ya era una costumbre sentir el ambiente ófrico que emanaba el lugar durante la madrugada.

Estoy despierto y es algo normal cuando las preocupaciones se me acumulan y pienso demasiado en todo acerca de mi vida. En este caso, era sobre un sueño hace pocos días. Mi muerte. No era la primera vez que mis pensamientos giraban alrededor de este tema, pues varias veces se me había cruzado la idea por la cabeza.

¿Tener miedo a la muerte? Pues mi respuesta sería un no. Lo muerto no vuelve a morir, entonces, ¿por qué temerle a la oscuridad? ¿por qué temerle a la soledad? si nacemos solos, vivimos solos y morimos solos y olvidados.

¿Por qué la gente cree entonces en la vida después de la muerte?

En mi opinión, pienso que la gente no tolera esta idea, que simplemente morimos y nos convertimos en polvo. Necesitamos justificar nuestra existencia, el motivo de nuestras decisiones, el que nuestra vida haya afectado a alguien, que somos importantes para una persona. Que nuestra simple desaparición afecte al universo y cambie las leyes físicas.

Somos tan egocéntristas de por naturaleza

¿Entonces para qué vivir?

¿Por qué estoy viviendo?

¿Por qué estoy en el hospital si ya sé al derecho y al revés mi trágico desenlace?

Supongo que todavía no estoy resignado del todo, o quizás no quiero dejar sola a mi madre. Yo ingresé al hospital por petición suya, porque yo bien podría haberme quedado en mi casa pintando hasta desfallecer en mi sala de estar, pasarían dos días para que me encontraran y luego me cremaran. Simple, sencillo, sin ningún tipo de drama.

No tengo miedo a la muerte, no tengo miedo a la soledad, no tengo miedo a la oscuridad. No tengo miedo porque soy parte de ese lugar sombrío y perenne.

Las personas me habían abandonado desde temprana edad y empezando por quien nunca debería haberlo hecho, mi padre. Sé que mi tío estuvo conmigo pero mi figura paterna principal había decidido dar media vuelta y no volver nunca más. No estaba listo para una responsabilidad como la mía y menos con mis problemas médicos, se marchó, se acabó. No tengo rencor pero tampoco podría decir que lo amo.

La segunda persona que me abandonó fue mi "primer amor", Farlan. No puedo decir que fue una historia de amor como el de las películas y esas cosas. Lo conocí en la universidad y ambos estabamos en la clase de fotografía, congeniamos bien, nos hicimos amigos y decidimos salir. No obstante, mi enfermedad estuvo presente desde chico, así que él estaba al tanto de mi situación, me acompañaba a mis controles, mis chequeos rutinarios, hasta que... un día se cansó de todo ello, al igual que mi padre, se marchó, se acabó.

Quizá fue mi culpa, yo le propuse una vez, terminar, no porque no lo amara, sino porque sabía que sufría y moriría, no podría soportar la idea de que Farlan se quedara jugandoconmigo el juego donde ya sabía que perdería, quería salvarlo del infierno, pero jamás creí que terminaría todo, incluso nuestra amistad , es decir, jamás le dije "adiós".

Hasta mi AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora